De solterías y solteron@s

De solterías y solteron@s
Fecha de publicación: 
29 Julio 2023
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Lo que décadas atrás hacía cruzar los dedos y era visto casi como un estigma, hoy va cuesta arriba en el mundo y las formas de verlo han variado significativamente.


Foto: tomada de videomanqueue.cl

Permanecer solteras y solteros más allá de la edad en que usualmente, según cada cultura, se contrae matrimonio, va convirtiéndose en una interesante tendencia a nivel mundial y de la que Cuba no se excluye.

Ha sido costumbre que los hombres contraigan nupcias a una edad mayor que las mujeres, y así sigue sucediendo; lo que no era tradición es que Ellas decidan casarse, si lo deciden, también cuando se acumulan calendarios que suman los «ta».


Foto: tomada de Facebook 

Y así está ocurriendo, convirtiéndose la soltería en una realidad cada vez más extendida en el mundo. 

Según datos de la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat), en un tercio de los hogares en la Unión Europea viven solteros sin hijos; mientras que, por ejemplo, en Estados Unidos, las personas sin pareja, entre 25 y 54 años, suponen cerca del 38% de la población, y el 28% de los hogares son unipersonales.

China, por su parte, cuenta con cerca de 92 millones de personas adultas que viven solas, lo cual no es excepción en el continente asiático, donde igual los estudios demográficos hablan de un aumento de la soltería como fenómeno global.

En América Latina también la soltería se abre espacio en los últimos años, aunque con matices diferentes a los del viejo continente. De acuerdo con cifras del Censo de Población y Vivienda 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México el 34.2 por ciento de los habitantes son solteros, mientras que en Paraguay el 52% de la población adulta se mantiene soltera, según el Instituto Nacional de Estadísticas de ese país.


Foto: Adobe Stock  

Desafíos como el acceso a la vivienda, a servicios de salud o seguridad social, así como las tradiciones familiares, la religión y la pobreza igual andan marcando de este lado del mundo la posibilidad o no de permanecer solo o en pareja.


Foto: Getty Images  

En torno a los años 90, comenzó a hacerse sitio en muy distintas latitudes esa tendencia de retrasar el momento de la boda, condicionada, entre otras razones, por cambios en la forma de entender el matrimonio y la familia.

No pocos prefieren priorizar su desarrollo personal y profesional, su independencia económica y su libertad de elección, antes que comprometerse con una pareja o con tener descendencia. 


Foto: Internet

El acceso a la educación, a métodos de planificación familiar y de anticoncepción, así como las características actuales del mercado laboral y nuevos enfoques de género han permitido a las mujeres emanciparse, retrasar o renunciar al matrimonio y también, como tendencia creciente, a la maternidad. 

Aunque es ya usual encontrar en diferentes geografías del planeta a mujeres de distintas edades orgullosas de su soltería y que para nada cargan con el estigma que tiempo atrás esa condición representaba, todavía hoy persisten los prejuicios en ese sentido.

Lo ratifica el ensayo «Cuestionamiento de discursos hegemónicos sobre la soltería femenina», publicado el pasado año por la Doctora en Psicología Social Argelia Gómez Ávila, en la Revista de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de México.  


Foto: Internet

«Hoy, todavía muchas mujeres solteras en distintas sociedades intentan sobreponerse a los efectos de un contexto ideológico y cultural que las coloca en una percepción de “falta” e “inadecuación”, a pesar de ser personas independientes, autónomas y que evalúan su vida de forma satisfactoria», asegura la especialista.

A pesar de ser esta una realidad, otros expertos se detienen en la otra cara de la moneda y han acuñado el término soltería positiva, que rechaza concebir a los solteros como personas que sufren y buscan desesperadamente pareja.

Wavemaker global, una de las cinco principales redes de medios globales, publicaba en febrero del año pasado que el 60% de los solteros declaraba que les encanta ser solteros, y hasta un 70% aseguraba no haber buscado activamente pareja en los últimos 12 meses.


Foto: Adobe Stock 

Pareciera estar ocurriendo un replanteo colectivo en cuanto a que determinados puntos de referencia de la adultez como el matrimonio y los hijos no se correlacionan necesariamente con la felicidad.

De todas formas, presiones sociales, culturales, económicas y de variada índole, pueden influir en cómo se vive la soltería, lo mismo para hombres, para mujeres y para otras identidades de género.

Y entre estas últimas condicionantes no faltan la Internet y las redes sociales en particular, donde la profusión de parejas felices pudiera generar comparaciones y sentimientos de frustración en quienes viven sin esa compañía.

Solas y solos en Cuba

En nuestro país, con la población más envejecida en América Latina, los colores de la soltería no son muy diferentes, como tendencia, a lo que acontece en el resto del mundo.


Los Palacios de los Matrimonios no cuentan con la concurrencia de otras épocas. Foto: tomada de Facebook 

De acuerdo con el Anuario Demográfico de Cuba 2022, publicado este mes, la tasa de nupcialidad ha llevado también una tendencia decreciente.

Si en 2018 la tasa de nupcialidad era de 5,2 por mil habitantes y en 2019, de 5,4, para 2020 este indicador descendió a 3,2; y en el 2021 era de 3,7.

Claro que deben hacerse algunas consideraciones, hablamos aquí de matrimonios, no de uniones consensuales, y también debe considerarse el impacto de la pandemia en estas estadísticas.

De igual forma, la puesta en vigor del nuevo Código de las Familias derivó en un incremento sustancial de esta tasa de nupcialidad el año pasado, cuando fue de 8,5, considerando dentro del número de matrimonios a los contrayentes del mismo sexo.


Foto: tomada de BBC Mundo

Como datos curiosos del año pasado, este Anuario Demográfico recoge que:

-Mayabeque fue el territorio con mayor tasa de nupcialidad el año pasado (11,6), seguida por la Isla de la Juventud (11,1) y Villa Clara (10,9).

-La Habana y Villa Clara, en ese orden, fueron las provincias donde el año pasado tuvieron lugar más matrimonios entre contrayentes de un mismo sexo.

-Noviembre fue el mes en que hubo un mayor número de bodas entre hombre y mujer (10 mil 974), seguido por octubre (9 mil 744) y febrero (9 mil 497).

-Entre 30 y 34 años es la edad en que mayor número de hombres y mujeres se casan entre sí.

-Llama la atención que en ese año se casaron 3 mil 987 muchachas entre 15 y 19 años; 380 mujeres entre 70 y 74 años contrajeron nupcias y 228 con 75 y más años. Ello, mientras 26 adolescentes varones se casaron con 16 años o menos, y 938 hombres con edades entre 70 y 74 igual daban el sí ante notario, seguidos por 718 de 75 y más años.

-Ocurrieron 21 mil 185 divorcios, 1,9 por cada mil habitantes. Artemisa e Isla de la Juventud se apuntaron las mayores tasas de divorcialidad, con 3,1 por cada mil habitantes, respectivamente.


Foto: Internet

Es variopinto y con diversos signos el abanico de causas que influyen en que no pocos cubanos vivan sin pareja, desde el envejecimiento poblacional, las posibilidades educacionales y profesionales, la esperanza de vida, las dificultades económicas y de vivienda en particular, las nuevas formas de convivencia, hasta los avances en el enfoque de género, sin con ello dejar cerrada la lista.

La soltería en Cuba, al igual que en nuestra región y en el resto del mundo, puede ser vista por quien la protagoniza como una opción de vida o como una situación no deseada; ello, en dependencia de sus expectativas y proyectos, y también del contexto personal, familiar y social.

De ahí que igual sea interpretada como un tanto a favor de la autonomía y desarrollo personal, que como motivo de angustia, de dolorosa soledad e, incluso, de cierto rechazo o burla, lo mismo para hombres que para mujeres.


En Cuba existe una relación de masculinidad, según categoría de la ONEI, de 984 hombres por cada mil mujeres. Foto: tomada de escambray.cu

No obstante, continúa creciendo la aceptación hacia esa forma de vida, cada vez más libre de estereotipos y prejuicios, al igual que lo son hoy las familias cubanas, que viven nuevos replanteos, proyectos y retos.

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