Brasil enfrenta la peor crisis hídrica y eléctrica en 91 años
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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reconoció el jueves en una alocución pública que el país enfrenta la peor crisis hídrica de los últimos 91 años, e hizo un llamado a la población a ahorrar electricidad y apagar luces en sus hogares.
“El problema es serio y algunas hidroeléctricas podrían incluso dejar de funcionar (...) Estamos al límite del límite. Algunas dejarán de funcionar si esta crisis continúa”, dijo Bolsonaro.
Brasil ha perdido la sexta parte de sus áreas cubiertas de agua dulce en tres décadas, pasando de 19.7 millones de hectáreas en 1991 a 16.6 millones de hectáreas en 2020, una reducción de 15.7 puntos porcentuales, con el Pantanal, mayor humedal del planeta en alerta roja, según la organización Mapbiomas que estudian los cambios en el territorio mediante el mapeo.
Se prevé que el precio de la energía eléctrica duplique al del 2020. Para promover la aprobación de privatizaciones como la de Eletrobras el ministro de Economía Paulo Guedes prometía un "shock de precios bajos", ante los aumentos de esta semana dijo: "no sirve de nada llorar".
Las declaraciones de Bolsonaro llegan luego que el ministro de Economía, Paulo Guedes, cuestionara "cuál es el problema de que la energía fuese un poco más cara porque llueve menos".
El Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) de ese país informó que la capacidad media de los embalses está en un 23 por ciento con riesgo de reducción hasta el 21, en comparación con el 42.3 de igual periodo en 2020.
Esta situación implica que las reservas responsables del 70 por ciento de la capacidad de generación hídrica de Brasil se hallan en niveles críticos.
Además, entre 2001 y 2021 Brasil redujo un tercio su dependencia de hidroeléctricas para el abastecimiento de energía, y estiman que, dentro de una década, dicha fuente de generación se reduzca del 62 por ciento actual a un 48.
La ONS añadió que, de persistir la sequía y continuar la tendencia a la disminución de generación de electricidad, hacia octubre próximo sería insuficiente la generación de energía para satisfacer la demanda y se requeriría elevar el suministro en un 7.5 por ciento para evitar apagones.
El ente instó al Gobierno incrementar el uso de las termoeléctricas y considerar la importación de energía de países vecinos.
Impacto en la economía familiar
Estos fenómenos impactan directamente en la economía familiar brasileña que ha visto triplicarse (16.07 por ciento), el precio de la electricidad en lo que va de 2021. Al respecto, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica alertó sobre un posible incremento del 16.68 de dicha tarifa para 2022.
El coordinador del Índice de Precios al Consumidor de la Fundación Getulio Vargas, André Braz, agregó que la electricidad afecta aproximadamente al 4.5 del presupuesto familiar, y entre un 6.5 y 7 por ciento en familias con índices de ingresos más bajos.
La Administración de Bolsonaro, cuestionada por su gestión de la pandemia de Covid-19, la privatización de empresas estatales, entre otros desaciertos económicos, proyecta medidas para atenuar el impacto de la crisis como la activación de plantas térmicas, más caras y con mayor índice de contaminación.
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