Además de la Guardia Nacional, el gobernante Donald Trump ordenó el despliegue de efectivos del FBI y agencias federales en Washington para sofocar disturbios por la muerte de Floyd.

“Hoy, el presidente Trump ordenó al fiscal general, William Barr, dirigir los esfuerzos federales de la aplicación de la ley para contribuir a la restauración del orden en el distrito de Columbia”, anunció el portavoz del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Kerri Kupec.

Barr detalló que la unidad de rescate de rehenes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y los equipos antidisturbios de las prisiones federales habían sido enviados a las ciudades de Miami y Washington D.C.para detener las protestas por el asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía blanco, señala HispanTV.

Además, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) había desplegado equipos especiales de respuesta en todo el país para colaborar con los agentes federales.

“Ante los disturbios civiles que tienen lugar en todo el país, el personal del ICE y los equipos de respuesta especial se han desplegado para proteger las instalaciones y los activos de la agencia en apoyo al Servicio Federal de Protección y para ayudar a los socios locales, estatales y federales de aplicación de la ley, según sea necesario”, dijo un representante del ICE a la cadena estadounidense CNN.

Trump prometió el lunes realizar una acción rápida y decisiva para poner fin a la violencia en las protestas en Washington. “En estos momentos, estoy enviando a miles y miles de soldados fuertemente armados, efectivos militares y agentes del orden público”, amenazó el mandatario.

En efecto, más de 66 000 efectivos de la Guardia Nacional de EEUU, por orden de Trump, fueron movilizados desde el lunes en todo el país.

La muerte de Floyd en la ciudad de Mineápolis (estado de Minnesota) ha generado multitudinarias protestas en diversas ciudades estadounidenses. El desarmado Floyd murió el pasado lunes 25 de mayo después de estar al menos 10 minutos boca abajo contra el suelo, mientras un policía blanco lo inmovilizaba con su rodilla presionándole el cuello.