BÉISBOL: Granma, de la esperanza al fracaso

Esperanzador resultó el debut de los Alazanes de Granma en la versión promocional de la Liga de Campeones de Béisbol de las Américas 2023, con sede en México, pero todo se fue desinflando y terminaron sumando otro fracaso a la extensa lista de la pelota cubana en eventos internacionales en los últimos años.

El único éxito de los orientales en la lid tuvo como protagonista al pinareño Erlis Casanova, quien trabajó durante siete entradas, permitió cuatro imparables y solo una carrera limpia, además de ponchar a seis y regalar apenas un boleto.

No obstante, el refuerzo dejó el marcador empatado y fue el relevista espirituano Yanielquis Duardo quien se apuntó la victoria, en definitiva tres carreras por una.

Se mantenía lo más habitual de la década reciente, buen pitcheo y problemas con el bateo, pero de ahí en adelante las cosas cambiaron, y no pudieron hacerse justicia los otros dos abridores antillanos, también provenientes de otros equipos, Raymond Figueredo y Wilber Reina, quienes toleraron cuatro carreras per cápita antes de abandonar el box.

A la ofensiva, con un promedio de cuatro anotaciones por encuentro se puede aspirar a la victoria en cualquier evento, pero los serpentineros tienen que hacer su labor, y esta vez no fue el caso.

En teoría eran los Alazanes y los Leones de Yucatán los que presentaban las mejores nóminas, pero quedaron para discutir el tercer puesto, que en definitiva se tradujo en la única victoria de los locales en el estadio Kukulcán Álamo, de Mérida.

Al final conquistaron el trono los Fargo Moorhead Redhawks, de Estados Unidos, precisamente el único elenco al que le ganaron los alumnos de Leonardo Soto. Cosas de la pelota.

Más allá de eso, los reforzados granmenses, que tuvieron como mejores toleteros a Yoan Moreno (.375), Yordanis Samón (.364) y Yordanis Alarcón (.333), regresarán a casa sin poder cumplir con las expectativas.

Desde la lomita el descontrol fue nuevamente un factor enervante, con 10 pasaportes gratis en solamente tres desafíos, y la falta de comando a su vez lleva a recibir batazos cuando se debe cerrar una cuenta y se busca desesperadamente la zona noble de bateo rival.

Si a esto sumamos los errores (uno solo a las estadísticas, pero otros mentales) en los dos últimos encuentros, que provocaron anotaciones, el panorama se complicaba mucho más.

La novena cubana comenzó debajo en esos dos choques y nunca tuvo la reacción necesaria como para meterse en el partido, a pesar de los movimientos efectuados por el alto mando.

Fue un torneo corto que sirvió como vitrina para ver si prende la idea de la Liga de Campeones de Béisbol con un enfoque mucho más global, pero para esto todavía habrá que esperar. De momento, la imagen cubana en esta primera versión no fue buena.