Amílcar Salatti: de la pequeña a la gran pantalla
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Conversamos con el prolífico guionista Amílcar Salatti, cuya obra ha marcado la televisión y el cine cubano. Teleseries como SOS Academia, Zoológico y la primera temporada de De amores y esperanzas; telenovelas recordadas como Viceversa; series como Calendario y Al habla con los muertos; así como los filmes Inocencia y Línea roja, entre otras propuestas, han nacido de su ingenio y de su rigor para develar emociones y conflictos de profundo valor humano.
Actualmente, los televidentes disfrutan los domingos en Cubavisión de Las reglas de Rodo, una serie que aborda el trastorno del espectro autista (TEA) con una mezcla particular de seriedad y humor, reflejando la riqueza y complejidad del día a día.
Para conocer algunos detalles de esta creación reciente y adelantos sobre su incansable carrera, nos cuenta:
¿Cómo nace la idea de la serie Las reglas de Rodo?
«Hace tiempo quería escribir un tipo de comedia más contenida, que se mezclara con el drama. El espectro autista es un tema que me atrae profundamente; me parecen personas muy singulares, con habilidades extraordinarias pero también con limitaciones importantes para su inserción social, lo que hace su vida mucho más difícil. Además, existe mucho prejuicio alrededor de este trastorno. En los últimos años se ha incrementado notablemente el diagnóstico de personas autistas, lo que refleja un mayor conocimiento del tema. Creo que esos factores fueron determinantes para animarme a escribir sobre ello.
«Se trataba, entonces, de concebir una comedia donde el drama tuviera un papel protagónico, algo que hasta ahora solo había explorado en subtramas de otras series. Además, estas personas generan situaciones que pueden resultar muy simpáticas por la sinceridad de su actuar; no hace falta inventar nada falso».
¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje?
«Primero investigué bastante; exploré Instagram y sitios web de personas autistas donde hablan de su experiencia. También analicé series con personajes similares. La creación de Rodo fue la combinación de investigación, indagación y verificación de hechos ya conocidos. Lo ubiqué en circunstancias muy concretas: una familia pequeña y otros elementos que contribuyeron a su desarrollo integral.
«Luego, con la colaboración de las asesoras y de Magda, la directora, fuimos refinando el personaje. Esta metodología de trabajo me ha funcionado en proyectos anteriores y sigue siendo efectiva».
¿Qué tal la dinámica de trabajar con Magda, cuya estética ya conoces?
«Trabajar con Magda siempre es garantía de calidad. Es una directora que respeta el texto, acierta en casi todos los castings y logra credibilidad en los actores. En ficción, ya sean series, telenovelas o teleplays, un casting acertado y una buena dirección de actores asegura gran parte del éxito de la obra. Luego vienen detalles como la fotografía y el sonido, pero lo fundamental es tener un texto sólido y un elenco que responda a los personajes. Con Magda siempre sé qué esperar y eso me da la certeza de que la obra alcanzará un alto nivel de actuación».
¿Cómo está siendo la recepción del público?
«Confieso que no sigo mucho las redes ni los comentarios, porque pueden ser engañosos: unos alaban excesivamente y otros critican de manera hiriente. Sin embargo, por retroalimentación indirecta, parece que al público le gusta la serie; el tema es novedoso para la televisión cubana y la mezcla de comedia con drama es bien recibida. Todavía falta ver la repercusión final, pero hasta ahora estoy satisfecho, especialmente porque la gente valora la originalidad y la manera en que se presentan las situaciones».
Proyectos futuros...
«Actualmente escribo la segunda temporada de Las reglas de Rodo. Magda está por rodar un trabajo mío que combina televisión e ICAIC. También debo escribir la cuarta temporada de Al habla con los muertos. La novedad es que estoy enfrascado en mi primera película como director, que ya se encuentra en edición.
«Como director, la experiencia es estresante pero emocionante. Creo que un guionista siempre tiene algo de director; este proyecto es muy personal y llevamos siete años intentando levantarlo. Las condiciones de producción obligan a ser prácticos, porque lo más importante es terminar la película».
Adelantos de la película...
«La película se llama Viejo y narra la historia de un septuagenario que vive solo en el último piso de un edificio de los años cincuenta. A raíz de una filtración hacia la casa de un vecino, todos lo presionan para que venda el apartamento, pero él se aferra al lugar donde quiere terminar su vida. Es viudo y…».
Hasta aquí llegan los adelantos de este nuevo desafío de Amílcar Salatti. La conversación dejó más interrogantes que respuestas, pero eso fue un pretexto perfecto para adentrarse en los pasos creativos de un escritor de televisión que ahora se estrena en el cine, mostrando personajes y situaciones universales que primero cobraron vida en palabras y ahora lo hacen en imágenes tras la llamada de “Acción”.















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