El Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno de Saná, en Yemen, condenó en los términos más enérgicos la agresión de Estados Unidos contra Irak y Siria, y las actuales acciones estadounidenses-británicas contra su propio territorio.

Por medio de un comunicado, la cancillería calificó estas acciones de violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional y de todas las normas y convenios internacionales.

Además confirma la falsedad de los alegatos del gobierno norteamericano de no estar interesado en intensificar y ampliar el círculo de guerra en la región.

Más bien demuestra cómo Estados Unidos es la verdadera amenaza a la paz y la seguridad internacionales en todo el planeta, denunció el mensaje yemenita.

El comunicado diplomático advirtió a Washington acerca de las consecuencias de continuar su agresión contra los países árabes, porque pudieran desestabilizar la seguridad y estabilidad en la región, y por ende en el mundo.

Saná reiteró la solidaridad del gobierno y el pueblo de Yemen con Irak y Siria, y destacó el interés de Yemen por la seguridad y la estabilidad en estos dos países hermanos.

A su vez, el Buró Político del movimiento Ansar Allah condenó los golpes estadounidense contra Irak y Siria, y los catalogó como una agresión bárbara y flagrante, una violación de la soberanía iraquí y siria, y una violación del derecho internacional.

Esta agresión contra las naciones vecinas se produce en el contexto del apoyo estadounidense al enemigo israelí, para facilitarle continuar con sus crímenes contra el pueblo palestino en Gaza, denunció Ansar Allah.

A juicio de sus líderes, las acciones agresivas de Estados Unidos arrastrarán a la región a un conflicto más amplio, de fuerte amenaza para la paz y la seguridad internacionales.

“Washington podría haber obligado a Israel a detener su agresión contra el pueblo palestino y levantar su asedio a Gaza, en lugar de involucrarse en atacar otros países”, valoró el comunicado.

Ansar Allah reivindicó el derecho de los pueblos a defenderse y proteger su seguridad y soberanía de los repetidos ataques criminales estadounidenses.

También afirmó su rechazo a “la narrativa estadounidense", pues mientras sus militares dicen reaccionar en legítima defensa, cometen agresiones flagrantes en Medio Oriente.