Yarisley Silva: Las nubes y un diamante al alcance de su pértiga
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Carrera de impulso, apoyo de la pértiga con la cuña, sobrevolar la varilla, velocidad, técnica y posición adecuada del cuerpo durante el vuelo. Todas esas palabras se las repite desde Río de Janeiro 2007 la pertiguista Yarisley Silva, cuando contaba 20 años y culminó en bronce con 4.30 metros, su primer resultado de relieve.
Ahora, cuando en sus vitrinas atesora el subtítulo olímpico alcanzado en Londres (igualó su tope personal de 4.75), y está abrazada a diez puntos en la carrera por imponerse en la III Liga de Diamante con la estelar brasileña Fabiana Mürer —de resultados grises en este final de temporada— toda esa secuencia está más latente en cuerpo y mente, en especial por la estabilidad sostenida por encima de 4.60 metros en sus ejecuciones.
Si analizamos los mítines que amparan sus aspiraciones constatamos con creces la afirmación anterior: abrió en Nueva York el 9 de junio con un segundo escaño y 4.70 que le valieron dos unidades; repetiría la dosis en Mónaco el 20 de julio (4.62) y ayer domingo en Birmingham (4.65), y completó su acumulado con las cuatro rayas cimeras de Estocolmo el pasado 17 (4.70).
¿Si me preguntaran que opciones reales le veo de acompañar a Yarelis Barrios (doble titular), Yargelis Savigne y Dayron Robles como ganadores de la gema? Muchas, ya comentaba el hecho de que la auriverde Mürer atraviesa por un momento de declive, la alemana Silke Spielgerburg (8 puntos) no ha tenido apariciones sólidas en los últimos mítines, y la que verdaderamente preocupa es la estadounidense Jennifer Suhr (4), pues a pesar de estar separada a seis unidades de las punteras, es junto a la pinareña de 25 años, la que mayor estabilidad ha mostrado durante la campaña. Sus cetros en la capital británica y la víspera en Birmingham así lo confirman, además de que tanto en Zurich este jueves día 30 y Bruselas, el próximo 7 de septiembre, segmentos finales de la competición, como siempre sucede los tres primeros puestos recibirán el doble de puntuación (ocho, cuatro y dos unidades).
No será hasta el Memorial Van Damme en tierras belgas que se conocerá el final del suspense de la garrocha.
DE CUANDO YARISLEY COMENZÓ A LABRAR SU ESTIRPE
Contaba apenas 12 años cuando se inició en la práctica del salto con pértiga en Vueltabajo. Con 19, sin rebasar aún los cuatro metros de altura fue subtitular en los Centroamericanos de Cartagena de indias, Colombia (3.95). Pudo desanimarla el decimotercer escaño de Beijing, pobre además los 4.15 de entonces. Pero no, apostó a la constancia de los grandes continuó ganándole centímetros al cielo, hasta que en el 2011 dio la clarinada.
Mes de agosto, reunión atlética de Barcelona, sus 4.66 metros constituyeron primacía para el mitin y antesala de lo que sucedería luego en el Mundial de Daegu, Sudcorea. Allí coqueteó con el podio, ancló quinta gracias a 4.70, tope nacional. Yarisley quería más, su sed de campeona distaba de ser saciada. Bebió el néctar de los grandes por primera vez en los XVI Juegos Panamericanos Guadalajara 2011. Su Cáliz grabado con 4.75 metros y la satisfacción de haber derrotado a la reina del orbe, la Mürer, siendo record para los Juegos y elevando el tope antillano.
Ahora solo ella es capaz de ponerse límites, en la tierra del Big-Ben repitió esa altura, su estabilidad ya la hace temible entre las rivales. Poco menos de dos semanas la separan de Bruselas y la gema brillante, otro palmarés que al parecer, al igual que el cielo están al alcance de su garrocha. Confiemos en que así nos premie, con su carrera, saltar desenfadado, técnica depurada y la varilla bien alto.
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