Yarisley Silva y Robeilys Peinado, sensaciones distintas en Doha 2019
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Las únicas dos latinoamericanas presentes en la maratónica discusión de preseas (17 participantes) terminaron con idéntico resultado, al igual que en Londres 2017, pero ahora la marca de 4,70 superada no les bastó para una medalla, como sí lo hizo el 4.65 que consiguieron en la capital británica, donde se agenciaron el bronce.
Para Silva, ya con un título del orbe su palmarés (Beijing 2015), su quinta definición consecutiva en un certamen planetario no trajo las mismas alegrías que las tres ediciones precedentes, en las cuales sí subió al podio, mientras ahora concluyó en un discreto onceno lugar.
El momento clave para la cubana llegó cuando tocó elevar el tope hasta los 4.80: 'allí hice un primer salto bastante bueno aunque fallé, pero en el segundo tuve un malentendido con un árbitro y perdí la oportunidad', explicó minutos después en el área de prensa del Khalifa International Stadium.
'El oficial había detenido la prueba durante la presentación de los 100 metros planos en el momento que me tocaba a mí, así que me viré de espaldas un momento y entonces autorizó a continuar.
Cuando me di cuenta quedaban pocos segundos y me desconcentré', manifestó.
El resto es historia para la tres veces campeona en Juegos Panamericanos (2011, 2015 y 2019), quien reconoció que nunca pensó fuera a sucederle algo así dada su experiencia a este nivel.
'Ahora toca seguir adelante para el año que viene, prepararme para el mundial bajo techo y la olimpiada con nuevas energías', concluyó la subcampeona olímpica de Londres 2012, intentando buscarle el lado positivo a su paso por Qatar.
La otra cara de la moneda es la venezolana Peinado, toda sonriente en la zona mixta y declarándose contenta y satisfecha con el resultado, que iguala su récord nacional logrado en la pasada final de la Liga del Diamante en Bruselas, el 6 de septiembre.
'Al principio estaba un poco presionada porque nunca he comenzado tan alto: los 4,50 para mi eran como otro nivel, pero cuando lo pasé en el primer intento me relajé y disfruté la competencia', reveló.
A pesar de no repetir su medalla de hace dos años, Robeilys admitió que esta vez se sintió mejor que en su primera final en la capital británica.
'Mi primer mundial fue algo loco, fuera de lo normal, y no me dio tiempo a vivirlo como hubiera querido, el bronce llegó de repente y no me lo esperada', rememoró.
'Pero estar otra vez en una final ya es un logro y pienso que con la poca experiencia que tengo quedar en la séptima posición está excelente, ahora hay que seguir trabajando y veremos qué pasa el año que viene', afirmó antes de despedirse la sudamericana de 21 años, que se perfila como el relevo de la cubana Silva, una década mayor.
Más allá de las distintas impresiones de las dos representantes de América Latina, el salto con garrocha femenino del Mundial de Doha 2019 dejó una de las mejores finales de la historia en estas lides, donde por vez primera seis mujeres superaron los 4,80 metros.
A la postre, la rusa Anzhelika Sidorova se proclamó monarca universal, aunque usando bandera neutral ante la suspensión que todavía enfrenta la federación de atletismo su país por un escándalo de dopaje.
Sidorova se elevó por encima de los 4.95 para firmar el mejor registro de su carrera y de la temporada, con el cual envió al segundo lugar a la estadounidense Sandra Morris (4.90), mientras la campeona defensora griega Katerina Stefanidi (4.85) debió conformarse con el bronce.
Asimismo, la británica Holly Bradshaw, la canadiense Alysha Newman y la sueca Angelica Bengtsson, cuarta, quinta y sexta, por ese orden, también sobrevolaron la barrera de los 4.80.
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