Ayer, su paso destructivo por Carolina del Norte, con fuertes lluvias y vientos, dejó serios estragos entre los que se apuntan inundaciones y más de 20 tornados en 24 horas.

El crucero Grand Celebration llegó este sábado al puerto de Palm Beach (Florida) con más de un millar de personas que fueron evacuadas de Bahamas tras la devastación causada por el huracán.

Sin ofrecer muchos detalles, las redes sociales del condado Palm Beach muestran un video del barco Grand Celebration, de la compañía Bahamas Paradise Cruise Line, atracando en el puerto, unas 80 millas al norte de Miami.

Los evacuados son turistas que se habían quedado varados en Bahamas y también bahameños.

Aunque el condado ha preparado albergue para desplazados, se prevé que los evacuados permanecerán en su mayoría con familiares en Estados Unidos.

Sin embargo, la peor huella de este fenómeno quedó en Bahamas, archipiélago al que arribó con categoría 5. Hasta ahora el número de muertos asciende a 43, pero como asegura Erica Wells Cox, portavoz del primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, "Se espera que este número aumente de manera significativa".

Se reportan además unas 2 000 personas desaparecidas y cerca de 13 000 viviendas destruidas o dañadas.

Ante un panorama devastador, luego del paso de la fuerte tormenta que destruyó parte de la infraestructura de las islas Gran Ábaco y Gran Bahama, en el norte del archipiélago, los equipos de rescate continuaban sus trabajos en la remoción de escombros.

La pérdida de vidas que estamos experimentando es catastrófica y devastadora, ha afirmado Minnis en un comunicado, en el que ha reconocido que muchas personas siguen desaparecidas y que el número de fallecidos puede aumentar significativamente.

Dorian impactó el pasado fin de semana en esas islas ubicadas en el norte de Bahamas como huracán categoría 5 (la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson) con vientos máximos sostenidos de hasta 295 kilómetros por hora y permaneció estacionado casi 48 horas.

Por su parte, el ministro de Seguridad, Marvin Dames, explicó que las autoridades se estaban esforzando por llegar a todas partes pero agregó que los equipos no podían abrirse paso a la fuerza entre los árboles derribados y los escombros porque podría haber cuerpos que todavía no han sido recuperados.

Ya habíamos pasado por esto antes, pero no con este nivel de devastación, apuntó Dames. Son momentos muy graves y sensibles, añadió.

Una serie de organizaciones, países y empresas, incluyendo Naciones Unidas, se movilizaron para enviar comida, agua, generadores, lonas, pañales, linternas y otras provisiones de apoyo.

Naciones Unidas ha alertado que al menos 70 000 personas necesitan ayuda inmediata en Bahamas, especialmente en las islas Ábaco y Gran Bahama.

La real magnitud total de la tormenta aún se desconoce puesto que parte de la isla se encuentra bajo agua, situación que impide el aterrizaje de vuelos.

Fuente: Agencias