TEXAS: ¿Quién manda? Sus armas de fuego

Los más recientes dramas tuvieron lugar semanas atrás, y finalizaron este sábado, cuando fueron asesinadas cinco personas.

Allí, según autoridades, hubo entre 15 y 20 fallecidos, así como tres detenidos en centros comerciales de El Paso.

La agencia noticiosa española EFE comentó en Washington que lo hacen cuando disminuye el rigor sobre el control de las armas.

¿Dónde? En lugares como escuelas e iglesias. ¿Cuándo? A partir de este domingo.

Las ocho leyes que lo amparan fueron aprobadas por el Congreso de Texas entre enero y mayo pasados.

Una de sus normas legaliza a los texanos llevar armas de fuego dentro de iglesias, sinagogas y otros lugares de culto, a menos que este lo prohíba expresamente con un cartel.

Hay otra ordenanza que prohíbe a los distritos escolares imponer restricciones a la forma en que los titulares de licencias de armas de fuego las guardan en sus vehículos.

Una de las leyes elimina barreras al número de vigilantes que pueden llevar armas de fuego, tanto en centros públicos como privados.

Al mismo tiempo, legalizan guardar armas y municiones en los llamados hogares de acogida, siempre que estén bajo llave.

La legislación también evita que los dueños de casas en alquiler incluyan cláusulas en los contratos que prohíban las armas de fuego a sus inquilinos e invitados.

También que las asociaciones de propietarios no admitan su almacenaje en instalaciones para arrendar.

Otra ley establece que, a partir de ahora, los ciudadanos pueden portar armas sin licencia en áreas de desastre o catastróficas.

Esas ocho normas están vigentes, a pesar de que durante el mes transcurrido registraron dos sonados tiroteos en Texas.

Uno de ellos, a principios de agosto, destrozó la existencia de 22 personas, ocho de ellas mexicanos.

Hace horas, este sábado, otras cinco fallecieron y veintiuna resultaron heridas.

Todo en la cuna de los Bush, quienes ostentan la condición de haber cortejado exitosamente los favores de la Asociación Nacional del Rifle.

Años atrás, hubo un presidente demócrata, William Clinton, que se atrevió a caracterizar a esa Asociación como uno de los verdaderos poderes detrás del trono en Estados Unidos.

El caso de Texas lo corrobora.