Estados Unidos continúa hoy adelante con su intención de impulsar un plan de paz para Israel y Palestina rechazado por este último territorio, que considera parcializada la mediación de Washington en el prolongado conflicto.

La Casa Blanca reveló este fin de semana la parte económica de la controvertida propuesta, poco antes de la celebración desde el martes en Bahréin de una conferencia de dos días para abordar el tema, a la cual se oponen abiertamente los palestinos, quienes critican no haber sido consultados sobre esa cita.

Bajo el título de Plan para la prosperidad, la iniciativa publicada la víspera solicita financiamiento público y privado y anuncia una inversión para Palestina de 50 mil millones de dólares en un plazo de 10 años.

Además, promete un proyecto de infraestructura que funcionaría como sustento económico de la propuesta de paz para el Medio Oriente que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha llamado 'acuerdo del siglo', a pesar de que tras una larga espera su contenido político sigue sin difundirse.

El documento hace un llamado a invertir en proyectos por valor de 27 mil 500 millones de dólares en Cisjordania y Gaza, y nueve mil 100 millones, siete mil 400 millones y seis mil 300 millones para palestinos en Egipto, Jordania y Líbano, respectivamente.

Según el diario The New York Times, el texto de 38 páginas establece objetivos ambiciosos, como duplicar la cantidad de agua potable en los territorios palestinos y casi triplicar las exportaciones.

El plan contempla una variedad de fuentes de financiamiento, como subvenciones y capital privado, pero no hay compromisos concretos en dólares de los Estados Unidos, la mayor parte del dinero proviene de países en el Golfo Pérsico, advirtió el periódico.

De acuerdo con la publicación, no estaba claro cómo planea la administración Trump atraer a estos gobiernos o inversionistas privados para que ofrezcan tanto capital sin enfrentar problemas espinosos, entre ellos la aspiración del pueblo palestino a su propio Estado o el estatus político de la ciudad de Jerusalén.

Tras difundirse detalles sobre el documento, las autoridades palestinas rechazaron el contenido de esa parte del plan preparado fundamentalmente por Jared Kushner, asesor y yerno de Trump.

Si realmente les importa la economía, deberían empezar por levantar el bloqueo de Gaza, frenar el robo de nuestro dinero por parte de Israel, nuestros recursos y tierras, expresó Hanán Ashrawi, una dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Ashrawi, consejera del presidente palestino, Mahmoud Abbas, llamó además a Washington a 'abrir nuestras aguas territoriales, nuestro espacio aéreo y nuestras fronteras para que podamos exportar e importar libremente'.

Desde su punto de vista, la propuesta es 'un planteamiento totalmente equivocado' que contienen todo un conjunto de intenciones y promesas abstractas, y subrayó que la condición primordial para la prosperidad de Palestina es el fin a la ocupación israelí.

Por su parte, Ismail Rudwan, portavoz del movimiento Hamas, manifestó desde Gaza que rechazan el acuerdo del siglo y sus facetas económica, política y de seguridad.

Apuntó que la cuestión palestina es nacionalista. 'Es una cuestión de un pueblo que quiere estar libre de ocupación. Palestina no se vende y no se negocia. Palestina es una tierra sagrada y la ocupación no tiene otra alternativa que marcharse'.

La difusión de la iniciativa económica por parte de Washington ocurre después de reportarse a principios de este mes que el secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, se mostró escéptico sobre las perspectivas del plan de paz de la administración.

El diario The Washington Post y la televisora CNN informaron que en una reunión celebrada con líderes de organizaciones judías de Estados Unidos, el jefe de la diplomacia estimó que el proyecto podría no ser ejecutable o carecería del suficiente empuje. A decir del Post, Pompeo también reconoció como justificada la idea extendida de que el acuerdo será unilateral a favor del Gobierno israelí.

Las autoridades palestinas rechazan el referido proyecto porque consideran que no busca restaurar la paz, sino responder a los intereses de Israel, y sostienen que cualquier plan que no esté basado en la solución de dos Estados está destinado al fracaso.

Desde que el presidente Trump dio a conocer que quería resolver ese conflicto de décadas, Estados Unidos ha emprendido acciones fuertemente rechazadas por los palestinos.

Entre otros hechos, el mandatario republicano declaró Jerusalén capital de Israel y movió hacia esa ciudad la embajada norteamericana que estaba en Tel Aviv, retiró fondos a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, y reconoció la soberanía israelí sobre los Altos del Golán sirio.

El secretario general del Comité Ejecutivo de la OLP, Saeb Erekat, señaló en mayo pasado que nada de lo revelado sobre la iniciativa de paz aborda los problemas reales: 'el fin de la ocupación israelí que comenzó en 1967 y la preservación de los derechos inalienables internacionalmente reconocidos del pueblo de Palestina'.

Mediante un artículo de opinión publicado en el Times, Erekat señaló que, si el plan del Gobierno norteamericano no aborda esos temas de frente, no es aceptable para los palestinos, ni debería serlo para el resto del mundo