Las casas de subastas, claves en el retorno del espolio nazi

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Las casas de subastas, claves en el retorno del espolio nazi
Fecha de publicación: 
7 Diciembre 2018
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La obra “Esquisse de paysage (Deux femmes dans le jardin des Collettes à Cagnes)”, del pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir, que representa a dos mujeres en un jardín, ha cambiado de manos no menos de siete veces desde que la policía alemana lo confiscó en septiembre de 1941.Cuatro de ellas en subasta pública.

Christie’s recibió en 2013 el encargo de vender la obra, pero las dudas que generó su procedencia les hizo llamar a las autoridades, sin dejar de conservar la pintura.

Los fiscales federales y el FBI investigaron a quién pertenecía hasta que dieron con Sylvie Sulitzer, la nieta de Alfred Weinberger, quien huyó de París en 1940 después de la invasión nazi, no sin antes haber guardado su colección de arte en la cámara acorazada de un banco.

En septiembre, las autoridades devolvieron la obra (pintada en 1919, el mismo año en que murió Renoir) a la nieta de Weinberger, en el Museo del Patrimonio Judío de Nueva York.

Una combinación de factores políticos, tecnológicos y generacionales, durante las dos últimas décadas, ha facilitado la devolución de piezas robadas.

“El espolio de arte en la era nazi solo cobró interés internacional a mediados de los años noventa”, dijo a la AFP la directora de restauración internacional de Christie’s, Monica Dugot.

Después de años de empuje, 44 países aceptaron en 1998 los Principios de Washington para encontrar y, si es posible, devolver las obras robadas por los nazis.

La desclasificación de numerosos documentos, el auge de internet y la digitalización han dado acceso a información exhaustiva y esencial para museos, comerciantes de arte y casas de subastas.

El Registro de Arte Perdido y la base de datos ERR de obras saqueadas por los nazis, basados en archivos guardados por el partido político de extrema derecha, son los depósitos de información más exhaustivos, pero existen otras decenas de recursos.

Las grandes casas de subastas, como Christie’s y Sotheby’s, también han adaptado y formado equipos dedicados desde finales de la década de 1990.

“Juegan un papel muy importante”, dijo Wesley Fisher, director de investigación de la Conferencia de Reclamaciones, un grupo creado en 1951 entre cuyas tareas está la de devolver las posesiones robadas.

“Hay una generación cambiante.Las personas que tuvieron estas obras de arte saqueadas en privado están falleciendo y sus descendientes deciden venderlas”.

– “Minimizar el riesgo” –

El jefe de restitución de Sotheby’s, Lucian Simmons, dijo que la casa de subastas investiga cada trabajo creado antes de 1945 que llega a sus manos, ya sean pinturas, muebles, cubiertos o alfombras.

El objetivo es “minimizar el riesgo de que Sotheby’s venda accidentalmente una obra de arte que fue saqueada en la Segunda Guerra Mundial y que nunca fue litigada”, agregó.

Las leyes varían entre los diferentes países.En Alemania, la devolución de objetos ya no es obligatoria después de 30 años, mientras que en Francia no se pueden tomar obras de las colecciones estatales.

“Las casas de subastas generalmente hacen un mejor trabajo que los comerciantes de arte en general, porque las casas tienen que anunciar lo que están vendiendo y lo que hacen se conoce públicamente”, explicó Fisher.

Las casas de subastas hacen tareas de conservación de las obras, independientemente de si el propietario oficial está de acuerdo.

“Para Sotheby’s, esto no es necesariamente un problema legal.Es más un problema ético y moral”, dijo Simmons.

“Lo que también tengo que explicar es que incluso si la pintura está teóricamente limpia de acuerdo con la ley en un país, esto no significa que la gente puje por ella en una sala de subastas si hay un reclamo pendiente de la Segunda Guerra Mundial”.

Pero enfatizó que el litigio es “muy raro” porque Sotheby’s intenta resolver tales situaciones de manera amistosa y mediante negociaciones.

Sin embargo, algunas casas de subastas que se niegan a vender una obra de arte sospechosa o que se la devuelven al coleccionista que se encargó de venderla a veces se enfrentan a demandas, tanto del propietario oficial como de sus descendientes, cuya colección fue confiscada.

En tales casos, las casas de subastas se dirigen a las autoridades, como lo hicieron con el Renoir.

Una fuente cercana al caso dijo que el coleccionista finalmente se rindió: insistir en su propiedad podría haber llevado a procedimientos legales.

“Las casas de subastas son importantes e instrumentales para encontrar soluciones justas y equitativas de acuerdo con los Principios de Washington de 1998 sobre el arte confiscado por los nazis”, dijo Imke Gielen, abogada de la firma especializada alemana von Trott zu Solz Lammek.

“Hay que suponer que la mayoría de las obras de arte saqueadas durante el período nazi están hoy en manos privadas y solo se conocerán si los propietarios privados las ponen a la venta”.

Con la desaparición progresiva de una generación de coleccionistas aficionados de la posguerra, una gran cantidad de pinturas que podrían caer en esta categoría están llegando al mercado, como se vio en las recientes subastas de otoño en Nueva York.

“Hay comerciantes de arte que prefieren mantener la tradición del mercado del arte, que es secreto”, dijo Fisher, refiriéndose también a las casas de subastas más pequeñas.

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