CuCu Diamantes: «Amor crónico» por Cuba (+ Fotos y Videos)

Luego del gran concierto en La Habana, Paz sin Fronteras, liderado por Juanes y secundado por renombrados músicos cubanos y extranjeros, CuCu Diamantes decidió hacer un periplo por su país para reencontrarse con su público.

El deseo de testimoniar sus vivencias en diferentes ciudades de la isla por la que la artista siente una pasión inconmensurable, hizo nacer Amor crónico. Al decir de su director, el actor cubano Jorge Perugorría, lo que sería un documental terminó siendo un largo de ficción porque él sentía que esas experiencias daban para mucho más.

«Ella vive entre la ficción y la realidad. CuCu parece salida de una película, como dice el personaje que la acompaña durante toda la trama: su amigo Guarapo», comenta Perugorría.

«Amor crónico es el tributo que hacía tiempo yo le debía al cine cubano, pues gracias a este soy todo lo que soy actualmente. A ambos (y a todo el equipo de filmación) nos unía la necesidad de expresar esa pasión por Cuba. Así que la película fue todo un divertimento, sin más pretensiones que las de crear sobre lo que estábamos viviendo. Para mí fue una experiencia vital», concluyó el actor de Fresa y Chocolate.

Andrés Levin, esposo y compañero profesional de CuCu, dijo a la prensa que aunque la cinta fue estrenada en el festival South by Southwest en Texas, la presentación aquí es muy importante para ellos, ya que se trata de una película llena de guiños al cine cubano y es una suerte de poema de amor hacia Cuba, hecha para este público.

Solo hay que mirar de cerca a CuCu para darse cuenta de su orgullo y satisfacción por el filme. «Todo fue muy emocionante porque pusimos nuestra voluntad y sentimiento. La gira duró 11 días que fueron muy intensos entre los conciertos y la filmación. Era como una guerrilla de amor, pasión y creatividad».

Fue así como los altos tacones habituales en la imagen de esta joven amante de las divas cubanas Moraima Secada, Elena Burke y Omara Portuondo, recorrieron los escenarios cubanos.

-¿Qué fue lo más emocionante de esta experiencia?

-Lo mejor de volver a Cuba es reencontrarse con uno mismo. Eso le ha pasado a muchos músicos que conozco, que han vivido en el extranjero por un tiempo y vuelven a su país, a sus orígenes. Para un artista eso es fundamental. Yo siempre digo que para reinventarse hay que viajar a las raíces, hay que mamar de la madre patria.

Cuando Juanes me invitó a Paz sin Fronteras, no lo pensé dos veces, a pesar de que yo tenía un itinerario bien apretado. Él necesitaba un artista cubano que apoyara la paz mundial y así soy yo. Yo estoy contra la guerra. Y luego de ese gran concierto, quise venir una vez más a cantar aquí, con mi gente.

-El filme es una ficción, pero me imagino que, en la realidad, tú eres muy parecida a tu personaje.

-Sí, claro. El filme es sobre la gira, pero tiene también cosas de mi vida. Actuar siempre lleva algún esfuerzo, pero en Amor crónico me fue bastante fácil porque era sobre mí misma.

-Es evidente que te sentiste cómoda haciendo tu papel, te va bien en la actuación. ¿Es algo que te gustaría seguir haciendo?

-Sí, me gustaría. Ya antes había actuado. Hice una escena en Havana nights y representé un personaje en otro filme con Marc Anthony.

De todas formas, creo que al cantar en un escenario usamos más o menos los mismos recursos que para actuar. También hay histrionismo cuando tenemos que interpretar una canción porque hay que hacerlo desde el alma, si no, no estamos haciéndolo bien.

-Hay una escena en la película en la que dices que eres demasiado neoyorkina para vivir en La Habana y demasiado cubana para vivir en Nueva York…

-Esa frase la tomamos de una poeta cubana que murió en Nueva York. Creo que ese sentimiento de extrañeza lo tiene cualquier emigrante en todas partes del mundo.

Yo salí de Cuba porque me encanta descubrir cosas nuevas, viajar, eso es algo que me retroalimenta. A mí la curiosidad me mata.

Pero cuando se viaja mucho, siempre se vive con ese problema existencial de preguntarse «de dónde soy». Regresar a Cuba me funde una vez más aquí, en mi país.

Me gusta una frase de Eleonor Roosevelt que dice: «Ayer fue historia, hoy es un regalo y mañana será un misterio». Para eso existimos los seres humanos: para descubrir el misterio, explorar, disfrutar las cosas que nos da la vida.

Aprendemos de la reinvención de nosotros mismos. Yo siempre digo que soy una estudiante de la vida, y creo que lo más importante es mantenerse inocente en vez de creer que nos lo sabemos todo.

-Cuando tu esposo y productor del filme dijo que esta película podía abrir otras puertas, ¿a qué se refirió?

-A que podemos mostrar una Cuba que no sea la misma que aparece en la propaganda extranjera que se hace en contra de este país. La gente que ha visto la película se sorprende y dice: «¡pero qué linda es Cuba!», quedaban encantados.

Este es un país donde se suda talento, arte.

-Durante la conferencia, dijiste que el diseñador de tus joyas y accesorios de vestuario era actualmente diseñador de Lady Gaga. Salvando muchas distancias, a veces te veo como una Lady Gaga cubana porque tienes muchos contrastes…

-Él se llama Rodrigo Otazu. La verdad es que ahora está ganando mucho dinero, pero mucho antes, cuando yo lo conocí, solo me diseñaba a mí y a otra artista underground de Nueva York.

Mi vestuario está hecho por otros diseñadores underground del grupo Three as Four, quienes también son emigrantes; además de mi amiga colombiana Jessica Sofía Mitrani, que fue la que creó el zapato donde caben los dos pies, con el que aparezco en el poster de la película.

-Son muchos artistas underground, ¿cómo conoces a esa gente?

-Porque viven en mi barrio, que es así, underground, como te digo. Ese es el ambiente que me gusta. De eso me nutro.

-Estás haciendo un disco nuevo…

-Sí. Voy a hacerlo de forma independiente, aquí en Cuba, con músicos cubanos. Uno de los temas lo comparto con Descemer Bueno.

-Además, estás involucrada en otros proyectos que tienen que ver con Cuba.

-Estamos preparando un proyecto que se llama Red Hot Havana con nuestra organización sin fines de lucro Music has not Enemies. Es una manera de recaudar fondos para la lucha contra el sida en Cuba. Las presentaciones serán en un teatro en Brooklyn y pensamos llevar a varios artistas cubanos como Alexander Abreu, Juana Bacallao, El Tosco, David Torrens, Samuel Formell, Osdalgia, Kelvis Ochoa…

Me gusta la filantropía porque creo que vivimos en una burbuja de la que hay que salirse. Estas cosas son parte de mí misma, es parte de mi amor por los demás.