Juan Antonio Fernández: «Necesitamos un mundo sin violencia»

«Con Cuba no te metas», advirtió en Lima el diplomático cubano Juan Antonio Fernández Palacio, y la frase, convertida en lema y etiqueta en las redes sociales, se hizo tendencia, porque con la mayor espontaneidad y firmeza el embajador resumió el sentimiento de todo su pueblo.

Con el mismo compromiso, Juan Antonio se pronuncia a favor de la equidad y la justicia que, esencialmente, ha defendido la Revolución cubana, y se siente honrado por su reciente proclamación como Embajador de Buena Voluntad de la campaña «Súmate por una vida sin violencia»:

«La campaña enarbola una causa noble. Se inserta, además, en los objetivos de desarrollo 2030, en el plan de desarrollo económico y social del país hasta 2030, así que con mucho orgullo lo asumo, y lo que me tienen que dar tareas para hacer y cumplir y poder de verdad estar a la altura de la distinción que me han dado», expresó en declaraciones exclusivas a CubaSí.

«Es un gran honor; de hecho, la campaña invita a sumarse, así que estoy ya sumado, y tenía que hacerlo porque comparto los principios, los valores, las ideas que promueve la campaña. Estoy profundamente convencido de que necesitamos un mundo sin violencia de género, familiar, contra la mujer ni por ninguna otra causa o razón: racial, de orientación sexual, lo que fuere; es nuestra aspiración».

¿Un hombre feminista?

Pues sí; salvando los vicios o los extremos que a veces desvirtúan el vocablo, Juan Antonio ha sido feminista en el sentido más fidelista, revolucionario y justo del término. Así nos lo contó él mismo:

«Por las cosas de la vida y de la propia profesión, siempre he estado muy cerca de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). De hecho, tengo el carné de miembro y la Distinción 23 de agosto, que me la entregó Vilma, en ocasión de la Conferencia Mundial de la Mujer, en Beijing, en el año 1995. Siempre he trabajado muy estrechamente con las federadas, no concibo la Revolución sin el papel de la FMC. Es una tarea que es siempre inacabada: la lucha por la igualdad plena de la mujer, por la equidad de género, por el adelanto de su condición jurídica y social, es permanente».