CRÓNICAS BIEN CORTAS: Y este calor que nos abruma…
A las ocho de la mañana el sol ya raja las piedras. A las ocho y media, el calor ya es insoportable. A las nueve, ya no se puede estar en la calle. Ese es nuestro verano. Nuestro alegre verano.
—Hay que ser muy guapo para salir a coger una guagua con este calor —dice una señora en la parada inicial del P-8, en la Villa Panamericana.
—Y agradezca que estamos en la primera parada, por lo menos iremos sentadas y en la ventanilla. ¡Pobres los que se montarán después! —le dice otra.
—Si yo pudiera, trabajaba de noche y dormía de día. Abría el bufete a las nueve de la noche y lo cerraba a las cinco de la madrugada.
—¡Es buena idea! ¡Y que las tiendas abran también a esa hora! Yo te aseguro que la gente trabajaría más a gusto.
Y allí estaban las dos, divertidas y sudorosas, hasta que llegó la guagua, y la gente se abalanzó a montarse, y a la primera de las señoras (empujada y zarandeada) le dio por reírse:
—Te juro que lo voy a plantear en los debates de la Constitución: ¡Artículo 100: Durante los meses de verano, se establecerá un horario laboral especial! ¡A coger guaguas por la madrugada!
Añadir nuevo comentario