Zinedine Zidane deja el Real Madrid

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Zinedine Zidane deja el Real Madrid
Fecha de publicación: 
31 Mayo 2018
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“Tomé la decisión de no seguir en el cargo de entrenador del Real Madrid. Hablé con Florentino para explicarle lo que pensaba. Es el momento para mí, la plantilla y el club. Es un momento raro pero es importante para todos para seguir ganando. Y eso necesita otro discurso y otra metodología”, afirmó Zidane.

La decisión la comunicó en una rueda de prensa en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva del club junto al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quien afirmó que ha sido “una decisión totalmente inesperada”.

Zidane agregó que no está buscando otro equipo y dejó las puertas abiertas para un regreso. “Puede ser un hasta luego. El Madrid me lo ha dado todo y estaré cerca del club toda la vida”.

El entrenador del Real Madrid afirmó que ya le comunicó la decisión a los jugadores. “No hablé con ellos personalmente, pero se enteraron por un mensaje. Hablé con Ramos y lo haré con los capitanes”, indicó.

Dijo también que habían momentos complicados en que se cuestionó si era la persona adecuada. “Eso te hace reflexionar. Los jugadores necesitan un cambio. Este es un club exigente y apretamos mucho a los jugadores y hay un momento en que no se puede pedir más”, explicó.

“Todo es más simple de lo que parece. Hay etapas en la vida en que uno debe saber cuándo parar. Lo hago por el bien del equipo. Conmigo hubiese sido complicado ganar el año que viene. Lo hemos visto en los momentos complicados. Hay que saberlo cuando estás en este club. No quiero acabar mal. Quiero terminar cuando todo va bien. Ya lo hice como jugador. No veo tan claro seguir ganando y hay que hacer un cambio”, concluyó.

La última sonrisa de Zidane

Zidane se hizo cargo de la primera plantilla del Real Madrid el 4 de enero de 2016 en sustitución de Rafa Benítez y desde entonces ha ganado tres Ligas de Campeones, una liga, dos Supercopas de Europa, dos Mundiales de clubes y una Supercopa de España. Nueve títulos de trece posibles.

El último éxito lo alcanzó el pasado día 26 en el Olímpico de Kiev, donde el Real Madrid logró su tercera Liga de Campeones consecutiva y la decimotercera de la historia al vencer al Liverpool (3-1).

A sus 45 años, el entrenador merengue se convirtió en el primer técnico en la historia del fútbol en ganar tres Ligas de Campeones consecutivas.

Zidane ha sabido aplicar el ‘laissez faire’ en un vestuario donde es preciso combinar orden y tacto a la hora de dirigir estrellas. El día que anunció en el Madrid su deseo de apuntarse al gremio de entrenador, fue una bomba. Nadie en el fútbol podía imaginar que Zidane algún día fuera a convertirse en entrenador.

Era un tipo frío, poco hablador, algo distante y poco dado al folklore. Sin embargo, Zizou tiró abajo todas las dudas que se presumían con unas primeras comparecencias ante la prensa espectaculares.

Dueño del escenario, Zidane comenzó a exhibir una sonrisa cautivadora, a responder cuestiones comprometidas, sacando dientes, y no dando importancia a asuntos que parecían trascendentes.

Y en el campo, fue tirando prejuicios uno detrás de otro. Decían que la BBC era intocable. Y se cargó el mito. Benzema se fue al banquillo. Y Bale también. El galés incluso ni jugó de titular la última Champions en Kiev. Luego lo puso en el campo y regaló la famosa chilena que tumbó al Liverpool.

Zidane apeló a la meritocracia. No lo hizo con urgencia. Eso es verdad. Entrar en el equipo titular no es fácil y tener contentos a 22 jugadores toda la temporada es un desafío a prueba sólo de los más grandes.

Con Zidane jugó Isco, tiró de Marco Asensio en las grandes citas, confió a ciegas en Keylor Navas, impuso un centro del campo Modric-Casemiro-Kross, incluso dejando en el banquillo a la estrella colombiana James Rodríguez, lo que le hizo merecedor de duras críticas, y manejó con mano izquierda los berrinches de Cristiano Ronaldo.

Después de tres años, Zidane necesita un cambio de aires. Siempre fue dueño de su futuro. Florentino Pérez fue su gran valedor. El confío en él a ciegas. Y acertó de pleno. Lo fichó con una servilleta. Zidane en su día, se fue de jugador, con contrato en vigor. Y se marcha ahora de entrenador, en lo más alto de su carrera, con el Madrid repleto de éxitos.

En los últimos años, Mourinho dejó huella en el vestuario. Sus cercanos cuentan como cambiaba tácticamente con pasión los partidos sentado en el suelo moviendo las botellas de agua de Solán de Cabras.

Zidane es de otro estilo, de otra pasta, sabe cuando el jugador quiere estar solo, cuando necesita la caricia, supo usar el palo y la zanahoria. Los futbolistas respetan su rango. Tres Copas de Europa consecutivas. Y Zidane se va cuando esta plantilla está ya en la línea de mirar a los ojos al de Puskas, Di Stéfano y Gento en la maquinaria de sumar títulos.

Hay una ley no escrita que dice que un entrenador no puede estar más de tres temporadas en un club. Zidane ha hecho oficial esta tesis y ha puesto ese listón en los libros de fútbol.

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