Kaliema Antomarchi: De la sombra a la élite mundial en el tatami (+ Video)

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Kaliema Antomarchi: De la sombra a la élite mundial en el tatami (+ Video)
Fecha de publicación: 
30 Diciembre 2017
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Kaliema Antomarchi parece una expresión sobre el tatami de Naomi Campbell. Su cuerpo, como esculpido en ébano impresiona por su esbeltez, curvas cuasi perfectas que adereza con una sonrisa a flor de piel.

Lo que muchos no saben es que la judoca nacida el 25 de abril de 1988 se convierte en una fiera cuando viste su judoguis, y así lo demostró en el Mundial de Budapest, Hungría, donde por el camino tortuoso de la repesca se agenció bronce en la división de 78 kg y de paso confirmó su inclusión en la élite.

Con más de dos ciclos en la preselección nacional, para Kaliema siempre resultó harto difícil hacer el primer equipo. En su peso tenía prácticamente que enfrentar un Mundial a diario durante los entrenamientos y confrontaciones domésticas, pues creció esperando su oportunidad, acechando a figuras de la talla de Yalennis Castillo y Yurisel Laborde.

Su palmarés anual estuvo aderezado con el subtítulo Panamericano y presea de bronce en el Grand Prix de Cancún, Kaliema, ocupante del puesto 13 en el ranking Mundial de su categoría con 2243 puntos, dialogó con Cubasí durante la Gala de premiación de los mejores deportistas cubanos en este 2017:

¿Consideras que el haber vivido tantos años a la sombra de Yalennis y Yurisel te ayudó a obtener este resultado en Budapest?

“Mucho. Siempre tuve una preparación de nivel muy alto. Aunque durante mucho tiempo supe que no sería la atleta fundamental, entrenaba como si me estuviese preparando para asistir yo a unos Juegos Olímpicos. En lo absoluto bajé la guardia ni me desmotivé.

Ahora ha salido a relucir ese esfuerzo de tantos años, el sacrificio no fue en vano y se rompió la espera, aprovechando bien la oportunidad en el Mundial”.

Una judoca no muy conocida, ¿dónde se concentran tus virtudes a la hora de hacer judo?

“En realidad no me considero una atleta fuerte. Para mi división aprovecho la rapidez y la técnica. Pienso que el resultado del campeonato del orbe no fue casual. En el 2007 estuve en la edición de Holanda y allí quedé séptima. Luego estuve en el de París y en el de Río 2013 fui quinta. Hasta que lo conseguí. Una medalla muy luchada porque mi poule estuvo bien duro”.

Tanto es así que en el grupo B Antomarchi abrió con ippón sobre la argelina Kaouthar Oullal; luego desbancó por la misma vía en una campal batalla a la anfitriona Abigel Erdelyi-Joo (octava del escalafón- 2702 unidades); y por el primer lugar de su llave cedió a manos de la japonesa Mami Umeki (sexta-3230). En la repesca dejó en el camino a la italiana Assunta Galeone (puesto 27-1063 rayas); y en el duelo decisivo por el bronce su víctima resultó ser la nipona Ruika Sato (décima-2 520) a quien desbancó por wazari.

Por tu elevada talla tienes ventaja en los kumis (agarres). ¿Son las técnicas de hombro de tus principales recursos al ataque?

“En realidad las de piernas y caderas. Por mi estatura, y la longitud de mis extremidades, realizo los agarres en función de estos dos grupos de y se me hacen más fáciles las proyecciones cuando trabajo sobre esos planos”.

De las oponentes enfrentadas en la élite, ¿cuál es la más complicada?

“La brasileña Mayra Aguiar, este año me enfrenté con ella en Cancún y perdí. Nunca la he podido derrotar, de hecho”.

Ciertamente, entre los escollos más prominentes, no solo de Kaliema, sino de cualquier otra judoca del planeta se halla la auriverde Aguiar, cuarta del escalafón (4508 puntos), titular del orbe en Hungría y en Rusia 2014, además de dueña de otros cuatro metales mundiales (dos platas y otros tantos bronces) y par de bronces olímpicos. En cuatro actos Antomarchi no ha podido emerger airosa frente a ella.

Con el resto de las judocas de la élite, Kaliema ha ganado y perdido indistintamente. El 2017 marcó un año favorable pues de 14 combates al máximo nivel salió airosa en ocho, según el sitio especializado www.judoinside.com. Además, desde el 2006 a la fecha exhibe en la arena internacional, bajo rigor notable, saldo global de 33-30, para un 52.4% de efectividad en sus presentaciones.

Expectativas tras este año agraciado en la alta competición de cara al 2018

“Lo más difícil en el deporte de alto rendimiento es estabilizar los resultados. La presea de bronce en Budapest me exige buscar el podio en cada uno de los torneos a los que asista. Los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla son una meta importante, pero no la de mayor rigor. Me he propuesto ser medallista en todo certamen al que asista y pensar de la misma forma de cara a los Olímpicos de Tokio 2020”.

¿Sobre qué elementos debes trabajar con mayor rigor de cara a continuar creciendo?

“Fundamentalmente sobre la fuerza. Y paralelamente mejorar la fidelidad al pensamiento técnico-táctico. A veces falla y resulta determinante en un desenlace o veredicto. Especialmente cuando el nivel de las judocas que enfrento es similar, o ligeramente superior al mío en materia de alta competición y fogueo”.

Durante las sesiones diarias de entrenamiento hacer randoris con los varones, ¿cuánto te aporta?

“Desde antes del mundial concentré los entrenamientos con los varones. Eso resultó fundamental. El resto de las muchachas de la preselección nacional en los pesos grandes tienen buen nivel, pero a excepción de Idalys Ortiz (+ 78 kg) no me aportan lo suficiente. Para lo que necesito los varones me favorecen más. Con ellos gané en prácticamente todos los parámetros a la vez que elevé, a tono con lo que me exigen, la efectividad en ataque y la seguridad en defensa”.

¿Satisfecha con tu 2017?

“Muy contenta con mis resultados de este año. Al pueblo de Cuba le deseo mucha salud y prosperidad, que confíen en el judo y en mí, que no lo defraudaremos. Esperen mejores dividendos de cara al 2018.

El peso de acechar como depredadora su mínimo chance. Dedicar a los entrenamientos, en esa espera hasta la última gota de energías y motivaciones. Esa ha sido la fórmula de Kaliema Antomarchi para pasar de súbito, del anonimato a la gloria. En lo personal voté por ella como mejor atleta femenina de deportes individuales. Su bronce pesó más desde mi perspectiva, que el de la pertiguista Yarisley Silva (4.65 metros en una final grisácea)...

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