Nicolás Maduro: "Los sueños de Fidel y de Chávez se cumplirán"

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Nicolás Maduro: "Los sueños de Fidel y de Chávez se cumplirán"
Fecha de publicación: 
15 Diciembre 2017
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Autor: Nicolás Maduro Moros

15 de diciembre de 2017 03:12:24

Raúl y Maduro en el acto del XIII aniversario ALBA-TCP

Foto: Estudios Revolución

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Queridos compañeros;

Queridas compañeras;

Buenas noches a todos y a todas;

Querido General de Ejército, Presidente Raúl Castro Ruz;

Compañeros de los catorce gobiernos presentes en el Consejo Político de Ministros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA);

Compañeros y compañeras presentes:

Estamos aterrizando hace una hora apenas desde Estambul, más o menos unas 16 horas de vuelo, así que pido excusas de cualquier perturbación mental (Se ríe) producto de las horas de vuelo y sin dormir.

Estamos muy felices de estar en La Habana y, sobre todo, con motivo de conmemorar los 23 años de aquel abrazo, de aquel encuentro entre dos gigantes de la historia: el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el Comandante bolivariano Hugo Chávez Frías (Aplausos). Uno, ya habiendo recorrido un largo trecho de una intensa historia de combate, de batallas, como les llamaba él mismo, de batallas de ideas, de valores, desde mucho antes del asalto al cuartel Moncada, legendario héroe de la Sierra Maestra y luego la cara visible de la dignidad de Nuestra América durante todo el siglo XX, Fidel.

El otro, un joven revolucionario, bolivariano, que apenas salido de la cárcel, luego del alzamiento, la insurrección antioligárquica, anti-Fondo Monetario Internacional, del 4 de febrero de 1992, luego de haber salido de la Cárcel de la Dignidad, como él mismo la llamara, en la primera oportunidad que tuvo vino en aquel año 1994 a conocer a Cuba, a conocer a Fidel.

Hoy conmemoramos 23 años de aquel encuentro. Muchos de ustedes no habían nacido, otros estaban dando los primeros pasos en la vida; pero los que aún jóvenes somos y nos tocó vivir esas décadas de los 80, de los 90, recordamos crudamente de qué se trataba el tiempo en el cual se conocieron y se abrazaron y encontraron sus caminos y sus vidas Fidel y Chávez. Mil novecientos noventa y cuatro:  estaba en pleno desarrollo, como dice Walter Martínez, la década después conocida como la década perdida, la década neoliberal; se estaba imponiendo con su peso demoledor el Consenso de Washington.

Años antes había ocurrido una catástrofe que solo un profeta en la Tierra lo vio:  la desintegración y desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de todo el llamado campo del socialismo real del este de Europa, imposible de imaginar o de creer antes de que sucediera. Y Cuba resistía desde sus propias entrañas, desde su propia historia, con un gigante al frente: Fidel. Era el mero centro de esa década de ofensiva imperialista, del pensamiento único del Consenso de Washington, que para Nuestra América comenzó a llamarse la Alianza para el Comercio de las Américas, el ALCA; el Área de Libre Comercio, el ALCA, 1994.

Venezuela había experimentado, casi en el mismo tiempo histórico de la de-sintegración, la caída, la desaparición de la Unión Soviética, Venezuela había experimentado un proceso de despertar de un largo letargo, de un largo proceso de dominación democrático-burgués, cuando el 27 de febrero de 1989 el pueblo venezolano rompió las amarras y se fue a las calles, en lo que se conoció para entonces como el Caracazo.

Y al pasar de los años, en 1992, en medio de una tragedia social, económica, política, un producto del modelo de dominación impuesto en nuestro país, surge la brillante generación bolivariana de militares revolucionarios encabezada por nuestro Comandante Hugo Chávez.

Venezuela no tuvo tiempo para entristecerse ni deprimirse por la caída de la Unión Soviética y por la confusión general que comenzó a recorrer los campos de la izquierda y el campo progresista y revolucionario del mundo. Dos rebeliones: una, el 27 de febrero de 1989, una rebelión popular, la primera rebelión contra el Fondo Monetario Internacional y sus paquetes económicos, llamados así, y otra segunda rebelión, una rebelión militar revolucionaria, de carácter bolivariana, el 4 de febrero de 1992.

Así despidió nuestro país la década de los 80 y así recibió la última década, la década de los 90, que marcaran el final del siglo XX venezolano.

Así que aquel día 14 de diciembre, un día como hoy, una noche como hoy, a esta misma hora, cuando en el aeropuerto internacional José Martí aterrizara aquel avión con aquel joven Comandante Hugo Chávez y se bajara de la escalerilla y recibiera la sorpresa de su vida encontrarse en el pie de la escalerilla a aquel gigante de la historia, Fidel Castro Ruz, en ese momento de la historia se encontraban dos caminos: el camino que venía de resistencia, de dignidad, de lucha de Fidel y el camino que empezaba de la Revolución Bolivariana que iba a encabezar nuestro Comandante Hugo Chávez Frías.

Un día de historia sin, lugar a duda, en aquella pasada década de los años 90 y que permitió el encuentro de dos soñadores; pero dos hombres que tuvieron la cualidad de amasar sus sueños y de buscar caminos para hacer realidad sus sueños, de romper barreras, de romper paradigmas y de crear nuevos caminos, si eran necesarios, para hacer realidad sus sueños de liberación, de redención social de nuestros pueblos; dos hombres caracterizados por el amor profundo al ideal de patria, de patria grande, tomada de Bolívar, tomada de Martí; dos hombres caracterizados por su espíritu rebelde, valientemente rebelde, podemos decir, muy valientemente rebelde, que los llevó a un antimperialismo proclamado, abierto, pedagógico, motivante, que tantas conciencias despertaron y que aún está viva en nosotros la conciencia antimperialista de Fidel y de Chávez como dos valientes antimperialistas del siglo XX, que nos legaron el antimperialismo del siglo XXI, que hoy tiene más vigencia que nunca frente a las tropelías, los abusos y los atropellos del gobierno de los Estados Unidos y del estamento del poder estadounidense.

Veintitrés años, apenas 23 años del encuentro de estos dos gigantes.  Pudo la vida permitirles a ellos dos encontrar los tiempos para abrirles espacio a sus sueños.  Aquí mismo, en esta sala, estaba recordando con Miguel; en esta misma sala, viendo los videos de inicio de este hermoso evento conmemorativo de los 13 años de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en esta misma sala, apenas hace 13 años se firmó el acuerdo de fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América, cuando se estaba conmemorando en ese año 2004 los primeros 10 años del encuentro entre estos dos gigantes, Fidel y Chávez; aquí mismo, en esta sala. Trece años han pasado ya y cuántos caminos se iniciaron, cuántos impactos al interno de nuestros países, tuvo la creación del ALBA, ha tenido la creación del ALBA; cuántos impactos en el marco de las relaciones de nuestra región, en el Caribe, en Centroamérica, en América del Sur. El ALBA se ha conformado, desde su paso inicial, en una poderosa alianza moral, espiritual, política, social, económica, en una poderosa esperanza realizada y en una hermosa esperanza por realizar.

Si nos pusiéramos a evaluar, como lo hacíamos hace un año, exactamente aquí; si nos pusiéramos a evaluar el camino andado, si tomáramos con atención las palabras de esta joven estudiante de Dominica, su convicción, su claridad, y viéramos el camino andado, seguramente nos sentiríamos contentos, felices, y podríamos decirles a Fidel y a Chávez: Ha valido la pena recorrer este camino de rebeldía, de construcción de una alternativa, de una alianza, que en la idea de Bolívar una el sueño, una el amor, una la esperanza de los pueblos del Caribe, de los pueblos de Centroamérica, de los pueblos de Suramérica (Aplausos prolongados). Claro que ha valido la pena que por primera vez se conformara un organismo de integración, de cooperación, que tuviera que ver con los humildes y que tuviera como centro la felicidad social de los pueblos, la felicidad y la liberación, la redención social de los pueblos del continente.

Aquí tenemos el rostro de nuestros hermanos del Caribe, de San Vicente y las Granadinas, de Dominica, de Cuba, de Saint Kits; pero también está Suramérica: Ecuador, Bolivia, nuestros hermanos de Nicaragua, Granada, nuestro Secretario General, este indio aimara, que habla quechua, del Titicaca, nuestro gran compañero, secretario general, David Choquehuanca.  Pido un aplauso para este compañero, que ha asumido la secretaría general y ha llevado el mensaje del ALBA y los sueños de dos portentos (Aplausos).

Tuve la fortuna, y como creyente le doy gracias a Dios, cuando veo estos videos que documentan el pasar de esos años y veo a Fidel y veo a Chávez caminando juntos, y los veo juntos en Managua, en Quito, en Bolivia, en todo el Caribe, le doy gracias a Dios por haber vivido y haber visto el pasar de estos dos gigantes y sus sueños. Y quizás es una de las cosas que sería más importante poder reivindicar; reivindicar la fuerza que puede tener un ser humano cuando es capaz de aferrarse a una idea justa, cuando es capaz de defender esa idea justa con su propia vida, y cuando es capaz de ser coherente entre el pensamiento, el deseo, la palabra y la acción; cuando es capaz de tener una idea más allá de sí mismo como ser individual y de tener una idea de patria, de sociedad; cuando no se queda ahogándose en sus propias penurias, que todos las tenemos, masticando sus propias penurias y dolores, sino que es capaz de ver más allá y ser un ser social, un ser patria. Y precisamente los hombres y las mujeres que en nuestras tierras han trascendido a lo largo de tantos años, a lo largo de estos siglos de lucha, tienen esa marca que nosotros reconocemos en Fidel y en Chávez. Los dos se juntaron desde que se conocieron, pero sobre todo desde hace 13 años que fundaron el ALBA ellos dos solitos, ¿para qué más?, diría un amigo mío: Estaban los dos, ¿para qué más?  (Aplausos). Y los dos pudieron juntar su energía, su capacidad de soñar, pero, sobre todo, hermanos y hermanas, su capacidad de hacer, de hacer, de hacer, de hacer, más allá del discurso. 
Siempre nos autoexigimos de esa forma, siempre nos autoexigimos en el hacer, en el lograr y en la coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que somos capaces de construir con nuestras propias manos. ¿Cuántos caminos iniciaron ellos solos?

Cuando uno ve a esta joven de Dominica, estudiante de la Escuela Latinoamericana de Medicina, se da cuenta de que sí es posible hacer mucho con poco y de que sí es posible hacer grandes obras en el humanismo fidelista, chavista, en el humanismo cristiano, en nuestro humanismo latinoamericanista si nos lo proponemos.

La Misión Milagro cómo llegó benefactora a tocarles la puerta a los campesinos, a los pobladores de los barrios. La Misión Yo Sí Puedo, o como le llamamos nosotros, la Misión Robinson, cómo logró llevar la luz a ejércitos enteros de toda América Latina, de analfabetos y declarar territorios libres de analfabetismo a repúblicas, como la República Bolivariana de Venezuela, a Bolivia, Ecuador, Nicaragua, el Caribe, o llevar el sistema de salud primario, familiar, preventivo, para que llevara su conocimiento y su amor a millones de hombres y mujeres, a veces en silencio, como decía Martí: «en silencio ha tenido que ser», ha sido en silencio, pero con mucho amor a lo largo y ancho de los campos; o llevar el deporte como derecho de la vida física de nuestros pueblos.

Hay que ver cómo se han crecido, uno lo ve en las competencias internacionales, en la propia región, países que jamás aspiraron a medalleros o a logros importantes en sus atletas; pero de la mano de los profesores de educación física de Cuba y del ALBA han salido verdaderas estrellas de los barrios y campos de los países del ALBA y más allá del ALBA.

La obra social, en primer lugar, del ALBA se pierde de vista. La obra política de esa fundación de hace 13 años permitió un proceso de aceleración de las dinámicas integradoras y unificadoras de América Latina y el Caribe. Sin la fundación del ALBA, sin la consolidación del ALBA hubiera sido imposible la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La Fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el 2 y 3 de diciembre del año 2011, se explica por los pasos de encuentros y de cercanía que se lograron a partir de la fundación del ALBA por parte de Fidel y del Comandante Hugo Chávez.

Antes el Caribe andaba en su propio proceso: Caricom. Desde Suramérica muchos veían el Caribe como algo extraño, lejano, no nuestro. Fue el ALBA la que empezó a compactar las regiones: la fachada suramericana, la fachada centroamericana, la fachada caribeña, y ahí, sin lugar a duda, el papel del liderazgo de Cuba y el papel del liderazgo del Comandante Hugo Chávez fueron fundamentales para crear la confianza y la cercanía necesarias para la fundación de la organización que está llamada a marcar la historia futura de nuestro continente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Así que las tareas, la labor cumplida verdaderamente es extraordinaria si nosotros vemos lo que fue el siglo XIX y el siglo XX latinoamericano y caribeño; si nosotros vemos cómo fuimos sometidos a todas las maneras de dominación: coloniales, neocoloniales; si nosotros vemos cómo estuvimos separados, de espaldas unos con otros, a pesar de ser hermanos –como dice la canción–, nos mirábamos con miedo, con resabios, con desconfianza.

Las ideas de Bolívar, de San Martín, de José Gervasio Artigas, de Francisco Morazán en el siglo XIX, de Martí; las ideas de Sandino, de Emiliano Zapata, de Farabundo Martí; las ideas de Ernesto Che Guevara de un continente despierto, de pie y unido estuvieron muy muy lejos de ser conquistadas en el siglo XIX, en el siglo XX. Y es con la fundación del ALBA que se aceleran los procesos progresistas de América Latina, del Caribe, el surgimiento, fortalecimiento y victoria de nuevos liderazgos en el continente y se genera una dinámica definitiva para que hayamos sido testigos de este nuevo tiempo histórico con que se inició el siglo XXI latinoamericano y caribeño.

Pero si somos capaces de reconocer eso y el papel que juegan los procesos políticos de los países aquí presentes, también hay que reconocer que hay un mundo por hacer. Sí es cierto que hay esperanzas logradas, sueños conquistados, también hay que tener muy presente y muy claro que todo el camino de la liberación social, política, cultural, económica, de la unión de nuestro continente latinoamericano y caribeño está por hacer todavía, y los sueños de estos dos gigantes están todavía por realizarse con las luchas que nos toca ahora emprender y dirigir a nosotros.

Somos nosotros los continuadores y debemos ser nosotros y nosotras, mujeres, las y los continuadores y constructores del mundo que se fundó hace 13 años para una poderosa alianza de liberación, de felicidad y de unión de América Latina y el Caribe. Aún es que falta el mundo por hacer. Trece años recorridos, falta mucha conciencia todavía para consolidar los procesos, y los procesos no son lineales, como diría nuestro querido camarada embajador, Alí Rodríguez Araque, uno de los fundadores del ALBA, hace 13 años, como Canciller del Comandante Hugo Chávez, fue uno de los firmantes del Acta Fundacional del ALBA. Hoy lo he nombrado presidente honorario para la reestructuración y recuperación de nuestra empresa petrolera, Pdvsa, querido hermano (Aplausos).

Los procesos nunca han sido lineales, los procesos ameritan procesos de liberación, ameritan de un gran esfuerzo, de una gran dedicación, de una gran sabiduría en su conducción, de una gran tenacidad y una gran perseverancia en su búsqueda. Nada nos ha caído del cielo. Pudiéramos tomar esa frase: del cielo nos vienen bendiciones. Amén. Y nada nos caerá del cielo. Todo lo que suceda en nuestra América, de aquí en adelante, 2018, 2025, 2030 dependerá de la capacidad que tengamos los que tenemos responsabilidades de conducción de nuestros países, y nuestro proceso revolucionario para mantener la conciencia despierta, viva, y para llevar adelante y seguir construyendo una identidad latinoamericana-caribeña basada en una poderosa cultura común, en una poderosa práctica común, en un poderoso proceso en el cual hay que confiar.

Yo digo, y lo repito permanentemente con los equipos de trabajo del gobierno bolivariano: ¿Y si nosotros no confiamos en nosotros mismos, y si nosotros no creemos en este sueño, y si nosotros no buscamos de manera tenaz, como lo hizo Bolívar, como lo hizo Martí, que los llevó al martirio; como lo hizo el Che; y si nosotros no buscamos de manera tenaz también, como lo hicieron Fidel y Chávez, este camino propio, nuestro, ¿quién lo va a hacer? ¿Quién lo va a construir? ¿Es que hay otro?

Seguramente hay otros mundos que están emergiendo, con los cuales tenemos que encontrarnos. Hay un gran mundo en el Asia, encabezado por China, y va surgiendo, y hacia allá hay que poner la mirada, las manos, el cuerpo y el alma. Hay otro mundo que va surgiendo y resurgiendo, la gran Rusia y el gran papel que viene cumpliendo en la configuración de un mundo pluripolar, multicéntrico, de equilibrios ante los poderes imperiales. Pero de lo que se trata, de nuestro mundo, solo depende de nosotros y de nadie más; depende del esfuerzo unitario, dedicado, amoroso, apasionado, como somos nosotros los latinoamericanos para consolidar espacios como el ALBA y abrirles caminos a los sueños que nos dejaron como legado nuestros Comandantes fundadores.
Creo que es uno de los elementos más importantes que debemos siempre tener presente.

Sobre todo se hace muy claro con el giro que ha tomado el poder político a 90 millas de aquí, es más claro aún si uno ve lo que viene sucediendo, las agresiones contra Venezuela, el bloqueo, la persecución obsesiva, enfermiza, es una persecución enfermiza contra nosotros los bolivarianos. Es poco lo que se conoce de lo que nos hacen todos los días para tratar de asfixiarnos económica y financieramente. Pero se los digo con absoluta fe y confianza: el imperialismo no ha podido asfixiarnos ni podrá con la Revolución Bolivariana en ninguno de los campos que nos busque (Aplausos).

El recrudecimiento de lo que se llama el bloqueo, a mí siempre me gusta más bien utilizar la palabra persecución, porque no es un bloqueo, un bloqueo es que yo me pare aquí y no los deje pasar a ustedes; no se trata de un bloqueo que me pare para que no pase nadie, es una persecución activa al comercio, a las cuentas bancarias, a los movimientos financieros.

Nosotros lo estamos viviendo crudamente; Cuba lo ha vivido durante 55 años continuos. Cuba ha logrado el consenso mundial en espacios como la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero la arrogancia, prepotencia y el desprecio de los círculos de poder imperiales de Estados Unidos no les importa que el mundo entero diga, como lo ha dicho en una sola voz, en la Asamblea General de Naciones Unidas: ¡No al bloqueo a Cuba! ¡No a la persecución económica, comercial y financiera contra Cuba!

El recrudecimiento de las acciones de la derecha extremista en el continente: ahí vemos en Honduras, una alianza de centro democrática, no podemos decir ni que es de centro izquierda, aunque hay líderes de un valor gigantesco, de una valentía que conocemos muy bien, como el expresidente «Mel» Zelaya, al cual aprovecho, desde el ALBA, enviarle un abrazo de compromiso y de hermandad, querido presidente «Mel» Zelaya y a su esposa Xiomara y a su familia, a todos los compañeros de la resistencia hondureña que conocemos también (Aplausos).

Ahí está lo que está sucediendo en Honduras, si me lo permiten, en un mensaje claro: los que dieron el golpe de Estado en Honduras, aquel día 28 de junio del año 2009, están diciendo: no lo vamos a permitir. A pesar de que todos los reportes de diversos organismos, incluso aquellos en los cuales nosotros no creemos ni queremos mucho, como la inefable OEA de la «basurita» Almagro –con el perdón de la basura (Risas)–, el «señorito basura» Almagro, y la derecha, incluso hasta la derecha miamera, salen a decir lo que ha sucedido en Honduras, un fraude nunca antes visto ahí.

O lo que está sucediendo en Brasil, la persecución contra Lula, quien encabeza todas las encuestas. Si hoy fueran las elecciones en Brasil, Lula da Silva sería, sin lugar a dudas, electo nuevo presidente de Brasil, ese gran líder de Sudamérica, ese gran hermano mayor, ese gran compañero (Aplausos).

O lo que sucede en Argentina, la persecución contra una mujer honesta, sin lugar a dudas, muy valiente, muy decidida, muy luchadora, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y todo el peronismo kirchnerista, persecución judicial, política para tratar de acabar con alternativas al neoliberalismo que ya han demostrado su capacidad de éxito en los 12 años que fueron gobernantes de la Argentina.

O lo que sucedió con la compañera Dilma, golpe de Estado a los ojos de todos nosotros. Quiere decir que hay un recrudecimiento de los métodos de la extrema derecha que hoy ha tomado un aliento muy especial con la llegada, instalación de los sectores extremistas en los órganos principales de decisión y en los órganos principales de poder de los Estados Unidos. Nosotros hemos sido víctimas de eso este año. Ustedes todos sufrieron, seguramente compartieron sus angustias y sus sufrimientos en el primer semestre de este año, donde Venezuela fue sometida a una forma de lucha violenta para generar las condiciones de una guerra civil o de un golpe de Estado y un quiebre de la democracia venezolana.

Durante los meses de abril, mayo, junio y julio, 120 días continuos fuimos sometidos a una forma de violencia que se conoce ya popularmente como las guarimbas, que tenían el objetivo de caotizar la sociedad venezolana, llenar de violencia las principales ciudades, justificar un golpe de Estado, pero sobre todo crear las condiciones para una intervención militar, política, diplomática, internacional que convirtiera a nuestro país en una especia de protectorado.

Nos tocó combatir duro, complejo fue. Les digo, no es fácil enfrentar circunstancias como esas y llevarlas, controlar el orden público con una visión de autoridad democrática e ir desmembrando los núcleos financiados con dólares y de los grupos de derecha internacional; se nos presentó la disyuntiva y la pregunta del qué hacer y, afortunadamente, de lo más profundo del legado que nos dejara nuestro Comandante Chávez, tuvimos una respuesta, una respuesta que tuvo su pertinencia, su justeza y que ha sido una respuesta victoriosa: la convocatoria al Poder Popular Constituyente, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que fue elegida por nuestro pueblo el 30 de julio de este año y significó la llegada de la Asamblea Nacional Constituyente con más de 8 millones 300 000 votantes, significó la llegada de la paz política y la derrota de los grupos extremistas de violencia que se habían instalado en nuestro país (Aplausos).

Fue quizá la convocatoria a un proceso popular de carácter constituyente que implicó la elección de una Asamblea Nacional Constituyente y entregarle el poder constituyente a nuestro pueblo, lo que sirvió como fórmula para atajar a los factores extremistas y a los factores violentos y para ganarnos la voluntad, la conciencia de las inmensas mayorías de nuestro país para retomar el tránsito político por la vía de la paz, para tener un enorme triunfo político, moral, canalizando el deseo de paz de las inmensas mayorías por la vía de la Asamblea Nacional Constituyente.

La llegada de la Constituyente, sin lugar a dudas, ha significado y significó en su momento, en el mes de agosto, la llegada de un clima de paz que permitió la retoma de la capacidad de iniciativa política y de ofensiva política por parte de la Revolución Bolivariana.

Inmediatamente instalada la Constituyente, entre otras, una de las medidas que tomó fue convocar bajo su mandato y amparo a las elecciones de gobernadores y gobernadoras de los 23 estados del país, y con la misma fuerza que la Constituyente se levantó el 30 de julio, se colocó la fecha del 15 de octubre, como saben ustedes, de este mismo año, apenas hace una semanas atrás, como la fecha para ir a dar la batalla con los factores de la derecha en el campo electoral, y nuestro pueblo respondió como en los mejores momentos ha sabido responder frente al llamado de la Revolución Bolivariana y tuvimos el 15 de octubre una gran victoria política y electoral de las fuerzas revolucionarias en 18 de los 22 estados que en su momento se contabilizaron (Aplausos), estados muy importantes, compañeros.

Aquí está Peter Davis, de Granada. Me decía Peter Davis que en Granada la información que llega de Venezuela es por la BBC de Londres, y si usted se informa por la BBC de Londres o por CNN en español o en inglés es un desastre, pues, no podrá entender jamás qué pasa en Venezuela, porque tienen una campaña permanente orquestada, bien dirigida para marcar a nuestro país en cada evento, en cada circunstancia, en cada situación. Yo le hago seguimiento personal a la forma cómo ellos manipulan, desfiguran la situación real de Venezuela y el devenir de la revolución y se cartelizan, se cartelizan.

Por eso es muy importante conocer de primera mano la respuesta que nuestra revolución viene dando para salir de las circunstancias muy, pero muy complejas y difíciles que vivimos en el primer semestre de este año 2017.

La victoria del 15 de octubre de este año, sin lugar a dudas, consolidó el liderazgo regional de base, muy poderoso. Estados tan importantes, como el estado de Miranda, que algunas de ustedes que han prestado sus servicios médicos conocen, es el segundo estado más grande del país, queda alrededor de la capital de la república y había sido gobernado durante muchos años por las fuerzas de la ultraderecha; de ahí venía el excandidato presidencial, señor Capriles Radonski. Allí tuvimos una victoria resonante, con un liderazgo joven, el compañero Héctor Rodríguez, con más del 57 % de los votos.

Un estado occidental, grande también, importante desde el punto de vista poblacional, económico y electoral, el estado Lara, fue conquistado por un nuevo liderazgo –también estaba en manos de la oposición durante muchos años–, nuestra almirante en jefe, hoy gobernadora Carmen Teresa Meléndez.

Entre dos puntos de la geografía venezolana que yo pudiera traer en esta intervención.
Inmediatamente la Asamblea Nacional Constituyente tomó en sus manos la realización del otro evento electoral pendiente.

La oposición venezolana durante el primer semestre no se cansó de pedir: elecciones ya, elecciones, elecciones. Es lo que le hemos dado. ¿Quieren elecciones? Tomen elecciones, pues. ¡Tres elecciones en ciento treinta y seis días apenas! Y fue como la Constituyente, apenas terminando el proceso de gobernadores, convocó la elección para elegir, valga la redundancia, a los alcaldes y a las alcaldesas de los 335 municipios del país. La primera autoridad: alcaldes y alcaldesas y de los 335 municipios del país. Y eso fue lo que aconteció el domingo que acaba de terminar.

Digo esto porque hay un silencio en la mediática mundial: manipulan, ponen diversos temas, verdades con medias verdades y mentiras, para tratar de opacar y seguir vendiendo la idea de que Venezuela es una dictadura atroz, un gobierno autoritario que niega los derechos políticos, sociales, económicos de nuestro pueblo.

El domingo pasado acudieron más de 9 300 000 compatriotas a votar, y de 335 alcaldías, la revolución tuvo la victoria en 305, el 92 % de las alcaldías que se eligieron el pasado domingo 10 de diciembre (Aplausos), con una victoria que teníamos tiempo que no veíamos en esa magnitud; con el 70 % de los votos a nivel nacional para las fuerzas patrióticas revolucionarias bolivarianas, del Partido Socialista Unido de Venezuela y de los partidos aliados.

Así que nosotros podemos decir, compañeros, frente a la arremetida imperialista, de los factores extremistas que han tomado el poder en los Estados Unidos y que monitorean de manera directa, a veces brutal y vulgar a la derecha opositora venezolana, la Revolución Bolivariana les ha dado una lección con pueblo, con participación, con votos, con más democracia.

Esa es la lección que sacamos, frente a las balas, frente a la guarimba, frente a la quema de seres humanos, por su color de piel, por su condición social, por la sospecha de ser chavistas, se alzó una gran voz de paz, de humanidad y, afortunadamente, hemos logrado unir los grandes deseos de paz y transformación de nuestro pueblo, y la Revolución Bolivariana en 140 días ha obtenido tres resonantes victorias en tres instancias fundamentales: la Asamblea Nacional Constituyente, las gobernaciones de los estados y los municipios del país (Aplausos).

Cada quien tiene su camino, este es nuestro camino abriéndole espacio a nuevas situaciones superiores, sin lugar a dudas, y no hay mejor escenario que no sea el ALBA en este aniversario número 13 para nosotros hacer este balance, porque sabemos que ustedes sufrieron junto a nosotros, pero también sabemos que ustedes disfrutan y gozan el éxito del pueblo bolivariano, del pueblo revolucionario de Venezuela, y compartimos con ustedes esos éxitos y también el gozo (Aplausos).

Muchas cosas faltan por hacer, decimos, muchas cosas faltan por hacer y las haremos; pero, sobre todo, hay que convocar a la juventud, hay que convocar a la juventud a creer, hay que convocarla a tener fe en el camino recorrido. Hay que convocarla a renovar esa fe y esa esperanza, a redescubrirse con sus propias formas, porque la juventud siempre tiene formas renovadas para hacerse y para hacer.

El año pasado fue el primer aniversario que conmemoramos sin Fidel físicamente presente. Hace poco se conmemoró el primer aniversario de la despedida que le dio el pueblo cubano a Fidel y los pueblos del mundo, y así pasarán los tiempos, y pasarán los tiempos, y estoy seguro, porque así lo veo y lo siento en este aniversario, estoy seguro de que al pasar de los tiempos habrá dos nombres inolvidables, que quedarán para la posteridad como los fundadores de este camino que nos encontró para siempre: Fidel y Chávez. Ahí estarán siempre, con su sonrisa, con su mensaje, con su amor infinito, con su verdad dicha a los vientos, gústele a quien le guste (Aplausos). ¡Seamos como ellos, podemos ser como ellos! ¿Que es pesado el legado? ¿Quién dijo que iba a ser ligero? ¿Que es difícil el camino? ¿Quién dijo que iba a ser fácil? Ah, amerita mucha tenacidad, mucha perseverancia. Este es el camino, camino del encuentro de nuestros pueblos, camino a la integración espiritual, humana, cultural.

En Venezuela hemos tenido miles de médicos cubanos, miles, no sé a cuántos llegarán, ¿50 000? (Le dicen algo), ¿más de 50 000? Y lo más hermoso que reconoce el pueblo humilde de Venezuela, además de su conocimiento científico, porque la derecha cuando empezó este plan en el año 2003, junio, julio agosto del 2003, Barrio Adentro, desde abril, mayo, por ahí, comenzaron a llegar los primeros médicos con la idea de un médico, un punto en el barrio y empezaba la atención primaria familiar, una experiencia que ya Cuba había desarrollado desde los años ochenta, el médico de la familia.

Fidel estaba detrás de esto, y entonces Fidel, conversando con Chávez, acordaron los dos acelerar la llegada de los médicos, y al pasar de los días comenzaron a llegar aviones, y aviones, y aviones con médicos y médicas por cientos, en una operación que en un principio fue en silencio, y comenzaron a llegar a ciudades, al oriente, al sur, en el llano, en las ciudades centrales, en los Andes, en Zulia, y la derecha empezó a decir que no eran médicos, que eran babalawos (Risas), irrespetando a los babalawos, que merecen todo nuestro respeto y cariño, y eran médicos y médicas, eran científicos de la salud, pero, sobre todo, eran magos del amor. Si algo reconoce nuestro pueblo es el amor, la calidad humana, el sentimiento del médico, de la médica que ha venido de Cuba y de la Medicina Integral Comunitaria, donde Venezuela no tenía ni un graduado. Hoy tenemos 40 000 médicos y médicas graduados en el concepto de la Medicina Integral Comunitaria (Aplausos), y la meta es llegar a 100 000, sin que se vayan los cubanos de Venezuela, compartiendo el consultorio, el ambulatorio, el CDI, compartiendo.

La integración más grande que tenemos que buscar nosotros es la espiritual, que es la verdadera integración, sentirnos uno solo, un solo pueblo, y poder compartir nuestras formas de ser, nuestros gustos, nuestras ideas; la integración moral, la integración política, y avanzar hacia estadíos superiores, que ojalá esta juventud los asuma, de integración y desarrollo común en el campo económico. La resolución de nuestros problemas en el campo económico, al final de cuentas, al final del camino, en este mundo de bloques del siglo XXI vendrá de una dinámica positiva que se genere de la integración de la capacidad económica de nuestros países, no hay otro camino.  Cada quien por su lado, cada quien por pedazos no llegará al desarrollo económico.

Yo siempre lo recuerdo, creo que aquí lo recordaba hace un año; lo decía Lula cuando era presidente de Brasil, y hay que ver Brasil, ¿no?, Brasil es un país-continente, gigantesco, veinte veces el tamaño de nuestros países, y Lula decía: ni Brasil puede pretender el desarrollo económico por su propia cuenta, tiene que hacerlo en el marco de América del Sur, de América Latina y del Caribe.

Esa es la gran tarea, seguir transitando, seguir transitando, seguir enamorados de la idea de la unión en una sola patria, en una patria grande; de la unión en lo espiritual, en lo cultural, en lo político, en lo social; seguir juntos aprendiendo el camino de lo social y que la juventud visualice con su maravillosa energía el futuro del desarrollo sustentado, sustentable de un nuevo modelo económico productivo, verdaderamente diversificado, que convierta a nuestra región en un polo respetado por el resto de este siglo y que sea la base del desarrollo integral de nuestros países.

Esos son los sueños que hemos heredado, son los sueños que defendemos, son nuestros sueños. Y me perdonan por esta expresión, pero solo nosotros tenemos estos sueños grandes para la patria, nadie más los tiene (Aplausos). ¿Qué sueños puede tener la derecha dependiente, entreguista, vendepatria en nuestros países?  ¿Qué sueños pueden tener, el sueño de la felicidad, de la integración; el sueño de ver a nuestros libertadores allí encabezando la epopeya de este siglo?  No, no lo pueden tener, solo nosotros tenemos esos sueños, solo nosotros aspiramos a ese mundo y esa es la fuerza que nos mueve aquí dentro y que nos hace ser invencibles, indestructibles contra todos los obstáculos y problemas que se nos presenten, que se nos han presentado.

Es la escuela, es la escuela del que aquí mismo, hace 13 años, firmó, Fidel; y es la escuela de ese joven comandante que él vio como su hijo y lo asumió como tal, el comandante Hugo Chávez.

Valió la pena, hace 13 años, fundar ese sueño. Ya ellos no están físicamente, pero estamos nosotros, y sus sueños se cumplirán. Así lo juramos frente a la historia de nuestros pueblos: ¡Los sueños de Fidel y de Chávez se cumplirán; los sueños de una patria grande feliz e integrada! (Aplausos prolongados.)

Muchas gracias, queridos camaradas. Muchas gracias, Raúl.

¡Que viva la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América!  (Exclamaciones de: «¡Viva!»)

¡Que viva el legado de Fidel y de Chávez! (Exclamaciones de: «¡Viva!»)

¡Que viva el futuro de América Latina! (Exclamaciones de: «¡Viva!»)

¡Hasta la Victoria! (Exclamaciones de: «¡Siempre!»)

¡Venceremos!

Gracias, hermanos (Ovación).

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