Hostilidad de EE.UU. hacia Rusia sigue con Trump, afirma Lavrov
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La hostilidad de Estados Unidos hacia Rusia continúa hoy con la administración de Donald Trump y apenas se diferencia de la practicada por Barack Obama, opinó el canciller de este país, Serguei Lavrov.
La táctica de la administración Trump es muy similar a la de Obama y se desarrolla por inercia, pues se mantienen las acciones poco amistosas de Washington, declaró Lavrov al diario italiano Libero.
Más bien, con la ayuda del lobby antirruso en Washington se ponen en práctica medidas como la ampliación de las sanciones unilaterales, se refuerza un sistema antimisil global y aumenta el contingente de la OTAN y norteamericano cerca de las fronteras rusos, subrayó.
Rusia denuncia que el escudo anticoheril estadounidense y el despliegue de fuerzas adicionales de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) son una amenaza directa a su seguridad nacional.
En medio de una ola de rusofobia, el Congreso norteamericano aprobó la ley para contrarrestar a los enemigos de Estados Unidos mediante la aplicación de sanciones, recordó Lavrov, en alusión a una legislación que también incluye acciones contra Teherán y Pyongyang.
Un ataque sin precedentes lo fue el cierre de nuestro consulado en San Francisco, California, y el despojo de cinco de nuestras propiedades diplomáticas en el país norteño, denunció el ministro ruso.
Además de ordenar el cierre del referido consulado, Estados Unidos expulsó a Rusia de sus oficinas comerciales en Nueva York y Washington, así como confiscó dos mansiones de descanso de su rusa en la capital estadounidense y en las afueras de Nueva York.
Por otro lado, Lavrov reafirmó que Crimea es parte del territorio de la Federación de Rusia y dio por cerrada la discusión en torno a ese asunto, otro de los que marca la diferencia entre su país y Estados Unidos.
Recuerdo que se trata de una decisión soberana, libre y democrática de la población de Crimea, que tomó una decisión consciente en favor de la paz y la prosperidad, consideró el canciller ruso, en alusión al referendo efectuado en marzo de 2014.
Esa vía de expresión popular para ejercer su derecho a la autodeterminación fue la única defensa posible de los intereses esenciales del pueblo, en medio del auge del neofascismo observado, tras el golpe de estado perpetrado en febrero de 2014 en Kiev, apuntó.
Un plebiscito como el de 2014 salvó a la población de Crimea de los horrores de una guerra y de los desmanes que desde hace tres años práctica el gobierno ucraniano contra la población sublevada en la región hullera del Donbass.
Desde abril del referido año, Kiev lanzó una operación de castigo contra Donetsk y Lugansk que se autoproclamaron repúblicas independientes, tras sendas consultas populares, un mes después.
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