Dos zarpazos de Tigres en el Latino: causas y azares
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Con protagonismo indiscutible la final de la pelota está en la calle, miles de aficionados han desafiado la lluvia para colmar el Latinoamericano. Allí y en innumerables esquinas se han vestido de abogados del diablo, juzgado la manera de jugar de Lázaro Vargas o Roger Machado y se cuestionan cada lanzamiento, estrategia…
Lo cierto es que tras la victoria 8-3 de anoche, segundo zarpazo asestado por los Tigres avileños a la novena azul, la final de esta 51 Serie Nacional de Béisbol se inclina de manera muy favorable para Ciego de Ávila, máxime cuando en su cuartel general del José Ramón Cepero dependerán del estelar derecho Vladimir García, quien archiva 15 éxitos en línea y por segundo año consecutivo cinco en postemporadas. De imponerse en sus predios, igualaría con seis al pinareño Yosvani Torres, quien por esas cosas que tiene la vida, los castigó en par de ocasiones durante la finalísima del clásico anterior.
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Interrupciones interminables con la lluvia como tercer finalista, la madre natura deshaciendo a su antojo planes de los mentores y el ensordecedor ruido del mar de aficionados y la música llenando los espacios. Atletas, prensa especializada, artistas… todo mezclado. Y es que la pelota, y me atrevería a decir más, Industriales, suena a identidad, despierta interés, tanto en la torcida fiel como en los más acérrimos detractores.
Digo la lluvia porque ha funcionado como vórtice en los desenlaces y decisiones futuras. En el desafío dominical, dos horas que en mi criterio desconcentraron a Odrisamer Despaigne. Este llegó con hombre en segunda y un out y permitió hit, base intencional a Isaac Martínez y luego otro tubey de Raúl González. Eso más las inquisidoras dos bolas escapadas del máscara Lisbán Correa. Con esa ventaja de tres y Vladimir desde la colina de los suspiros, el mal estaba hecho. Mucho se cuestionó el hecho de no sacrificar a Tabares ante un lanzador extremadamente eficaz. Parte y parte, por un lado Tabares, curtido en este tipo de instancias (181 inatrapables) y líder ofensivo de los azules por encima de 400, podía estar libre, flema y pericia posee para conectar a tierra de nadie. También es real que al decir de muchos estrategas, la pelota se juega por tercios: usted primero necesita empatar y luego buscar adelantarse en el marcador. Si nos guiamos por ese teorema de manual, Vargas actuó de forma errónea.
En el segundo choque de nuevo la lluvia llegó y plantó por dos horas. Con la agravante de una suspensión el día anterior, lo que prolongó el descanso de los lanzadores y le dio la posibilidad a Roger de utilizar a todos sus abridores en caso de abrir delante en la pizarra.
Como calcado al carbón. Osmar Carrero y Yande Guevara se combinaron para materializar el éxito. Yander, quien ya le había propinado diez ceros a los leones, los dejó con el madero al ristre en otros cinco actos. De nuevo Vargas apostó por la conexión fuerte y no el sacrificio a la hora cero. Esa, no llegó nunca y el desenlace todos lo conocen. Incluso vaticinó no hacer movimientos en su alineación de cara al choque del viernes en el Cepero: «no hemos conectado a la hora buena, y cuando lo han conseguido, los batazos han salido de frente. En las series de play off anteriores nunca estuvimos muy precisos en los dos encuentros iniciales. Ciego es un gran equipo, supieron arrancarnos dos triunfos acá y yo espero que nosotros podamos hacer lo mismo en su terreno», sentenció.
Inalterable también mantendrá su rotación de pitcheo. Muy precipitado este criterio, máxime con lo urgidos de victorias que se encuentran en esta final y la efectividad constatada de Despaigne sobre Ián Rendón, quien además se reincorpora tras un descanso prolongado por sentirse indispuesto.
Del otro lado está un Roger con sus huestes desbordadas madero en mano: 19 indiscutibles en dos batallas, despertar que llegó tarde, pero enhorabuena. «Diseñamos la preparación para alcanzar el tope hacia el último tercio. Apenas bateamos 272 en la etapa regular y ya ves, la historia ha cambiado mucho en postemporada. El viernes de nuevo enviaré al montículo al Cañón de la Trocha (Vladimir). Industriales es un equipo grande y no se le puede dar brecha alguna. Es nuestra mejor carta, hay que emplearla siempre que se pueda. Descanso tendrá suficiente», argumentó Roger.
Cambio de arena para la posible definición de esta batalla entre dos novenas de gladiadores. En el Cepero, a partir de las 8:30 p.m. del viernes, nuevamente se destapará la caja de Pandora.
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Yayo
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