Critica Günter Grass ola de indignación tras su poema contra plan atómico de Israel
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El Premio Nobel de Literatura Günter Grass se mostró crítico hoy con la oleada de indignación que ha despertado su poema publicado ayer en varios grandes diarios de todo el mundo, en el que se opone abiertamente a un ataque israelí contra Irán.
«La actitud es sobre todo no entrar en el contenido del poema, sino emprender una campaña contra mi persona», señaló Grass en relación a las respuestas que ha suscitado su texto.
«También el hecho de que con 17 años entré en las SS -repito, con 17- se incluye en esta clase de polémica, pero lo que no se hace es echar una mirada a mis numerosos libros, en los que una y otra vez abordo y critico este tema, el del antisemitismo alemán», subrayó.
Asimismo, el Premio Nobel calificó de «ofensivos» e «indignos para la prensa democrática» algunos de los comentarios sobre su texto y su persona aparecidos hoy en los medios.
En su texto, titulado «Was gesagt werden muss» («Lo que hay que decir»), Grass rompió la ley no escrita en Alemania de evitar criticar a Israel y arremetió contra el «supuesto derecho a un ataque preventivo que podría exterminar al pueblo iraní».
En este sentido, Grass aludió en sus declaraciones a la NDR a la guerra en Irak.
«Se nos quiso convencer de que era necesario librar esa guerra, porque allí se fabricaban gases tóxicos y armas bioquímicas», aunque «no se encontró nada», y «más tarde un exministro del gabinete de (el anterior presidente estadounidense George W.) Bush reconoció que todo había sido una mentira para justificar la guerra».
Según el escritor, esas cosas le han vuelto «desconfiado», le hacen estar siempre alerta y han contribuido a que busque «llamar las cosas por su nombre».
En su poema, el Premio Nobel alude también al «creciente potencial nuclear» de Israel, que «pone en peligro una paz mundial ya de por sí quebradiza» y que se mantiene «fuera de control» e «inaccesible a toda inspección».
Las críticas de Grass van en su texto de lo general a lo concreto, con la alusión al próximo suministro de un submarino de fabricación alemana a Israel -el sexto-, desoyendo las denuncias de ONG internacionales de que es susceptible de ser equipado con cabezas nucleares.
Si hasta ahora calló, prosigue Grass en su escrito, fue por sentirse bajo el «estigma imborrable» que afecta a los alemanes, en alusión a la responsabilidad histórica del país por el Holocausto frente a Israel.
La «hipocresía de Occidente» le hace ahora romper con ese silencio, mantenido todo este tiempo por una especie de autocensura o la coacción que supone temer verse etiquetado de antisemita.
Su poema fue difundido por el S ddeutsche Zeitung, diario de referencia en Alemania; el español El País; el estadounidense The New York Times y el italiano La Repubblica.
Grass levantó ampollas en 2006 con su confesión tardía de haber estado en las SS a los 17 años, tras décadas de haber sacado los colores a los políticos o intelectuales con pasado nazi.
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