Secretaria: Tome nota

Secretaria: Tome nota
Fecha de publicación: 
1 Julio 2016
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No hace mucho, cuando escribía sobre las reuniones y sus excesos, entre los comentarios promovidos por ese texto  había uno de una secretaria que me instaba a comentar sobre quienes ejercen ese oficio. “Periodista, con respeto para Ud., pero ni se imagina !como trabaja!!!! una buena secretaria, me imagino que el día que vaya a escribir algún artículo como éste y de la que Ud. dice "que tanto habría que escribir" sobre las secretaria, sea para bien.”

No será solo para bien, aunque de seguro ROSAVILLE, que así es el Nick de quien comentó, es de las buenas, de las que respetan su oficio, tan útil y respetable como cualquier otro.

Como mismo casi todos los cubanos opinamos de pelota, también podríamos hacerlo sobre las secretarias. No sé por qué no ocurre así, al menos públicamente, aun cuando sean muy pocos los habitantes de esta Isla –descontando los bebés y otras excepciones- que en su cotidiano existir no hayan tenido que ver en pasado o presente con una de ellas.

En el momento en que uno llega ante el buró de una secretaria, queda situado en la mismísima encrucijada de dos caminos que se bifurcan: a partir de ese instante todo se vuelve claro, expedito, fácil, o, luego de ese instante, comenzará un vía crucis interminable y exterminador.

Si la interacción con la secretaria es teléfono mediante, la historia lleva muchos otros matices. Porque puede darse el caso de que sea de esas trabajadoras capaces, conocedoras de normas  de educación y del buen decir; si así sucede, ya tenemos ganada una parte importante de la ¿batalla?

Pero si es de esas otras que te dicen “Ay mami, espérate un momentico, que tengo una llamada en la otra línea”, el asunto empieza a enturbiarse un poco. Y más oscuro se vuelve con una espera de diez minutos al teléfono, oyendo toda la conversación en que le cuenta a una amiga lo bien que le quedó esta vez la keratina y que si vio las fotos en el Facebook que subió fulanita, “tan especuladora, creyente; mira que se cree cosas, chica”. Luego de tanto aguardar, uno escucha a la secre que vuelve a ti y te responde: “Mima, pero él no está, está reunido fuera del organismo”.

¿! Fuera del organismo!? te preguntas sobrecogida ante frase tan futurista. ¿Dejó su organismo en el buró y teletransportó su conciencia? El Boson de Higgs a veces se vuelve un yoyo –los más jóvenes que consulten la RAE o pregunten a las tembas- a expensas de algunas secretarias.

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En la foto una secretaria en 1965 y otra en la actualidad

También al señor Graham Bell lo convierten ocasionalmente en un niño de pecho. No importa que el escocés haya dejado bien aceitadito su invento del teléfono antes de lanzarlo al mundo. Ellas se encargan de arrostrarlo moviendo una simple ruedita: le bajan el tono, lo ponen en mute.

Entonces tú llamas y llamas, y nadie responde. Da lo mismo que sea  al comenzar la jornada laboral, que a media mañana, a media tarde… solo timbre. Eso, si no te tropiezas con un eterno tono de ocupado. Porque están las muy osadas que deciden descolgar, pero son las menos. La causa fundamental está en lo mucho que algunas hablan por teléfono, y no precisamente sobre asuntos de trabajo.

He sido testigo –víctima- de una secretaria que ha estado conversando animadamente con un amigo muy cercano, íntimo por las cosas que le decía, y cuando, después de esperar un tiempo prudencial, me dirigí a ella, me lanzó una mirada mortífera a la vez que le explicaba muy molesta a su interlocutor:

“Espérate Chini, que aquí la gente no se da cuenta que una está hablando,  y quiere que la atiendan,  así porque sí”.

Llave salvadora

ROSAVILLE, la secretaria que dejó el comentario mencionado en el texto de las reuniones, debe estar echando chispas,  y también otras buenas secretarias que conozco, porque, hasta ahora, el balance pareciera negativo.

Por eso, para hacer justicia, vale insistir en que ese oficio no es para nada de segundo orden. Como mismo dicen que tras un gran hombre por lo regular hay una gran mujer en las sombras, igual sucede con los jefes. Tras uno eficiente, con resultados loables, que no tiene “faltantes” ni “pérdidas”, que controla como se debe, y, a su vez, que es respetado y querido por sus subordinados, generalmente hay una buena secretaria.

Es sabido que se trata de un oficio que se estudia. Que exige entrega, poder de gestión,  inteligencia y cultura y que lleva capacitación constante si quienes lo ejercen desean hacerlo en consonancia con estos tiempos de nuevas tecnologías.

Incluso, existe en este país una Red Nacional de Asistentes y Secretarías Ejecutivas de Cuba (RNASEC) creada desde 2006 y con su correspondiente sitio web http://rnasec.uniss.edu.cu/MRSecMultifuncional. En este, su presidenta, la Lic. Amalia Taquechel Barreto, Profesora Principal del Curso Secretariado Ejecutivo, propone a la CTC que se instaure en la Isla el Día de la Secretaria, “para homenajear a todas y todos los profesionales del secretariado cubano”.

 

Varias naciones celebran el 26 de abril el Día Interamericano de la Secretaria a resultas del Primer Congreso Internacional de Secretarias, efectuado en el Buenos Aires de 1970. Pero la RNASEC propone que para nuestro país sea el 14 de mayo, fecha de nacimiento de Conchita Fernández, quien fuera secretaria de personalidades de nuestra historia como Eduardo Chibás, Don Fernando Ortiz y del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

 

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Lilian Sholes, la primera mujer que apareció en público tecleando en una máquina de escribir

 

Tal propuesta retoma la iniciativa de Nancy Lima Otero, quien, con meritorios resultados, se desempeñara como secretaria en la Universidad de La Habana.

 

En ese mismo sitio digital, la presidenta Taquechel Barreto recuerda que “El rol de la Secretaria ha cambiado en los últimos años. Esa idea de una persona cuyo único trabajo es atender el teléfono y apuntar los recados, ha quedado desfasada en el tiempo. Sus competencias y las responsabilidades se han ido incrementando hasta llegar a convertirse en un eslabón fundamental dentro del organigrama empresarial”.

 

altAprendices de secretaria a inicios de los años 60 del pasado siglo

 

Esta profesora de secretarias abunda en cómo las exigencias de la contemporaneidad demandan de ese personal nuevas competencias personales y profesionales, porque “La Secretaria del nuevo milenio debe poseer habilidades y actitudes promotoras del desarrollo humano en los ámbitos: personal, organizacional y social”.

 

“La secretaria multifuncional se enfrenta a nuevos retos: la gestión eficaz del tiempo, el trabajo en equipo, la toma de decisión y la resolución de problemas”, subraya.

 

¿Solo Ellas?

 

En los estudios de técnico medio para la especialidad de Secretariado, las muchachas siguen siendo mayoría. Igual sucede en la vida laboral, donde el puesto de secretaria mayoritariamente es ocupado por mujeres. Los hombres ejercen como Jefes de Despacho.

 

“No podría confirmar que existe abiertamente una discriminación de género en cuanto a la posibilidad o no de ocupar la plaza, pero si puedo plantear que hay cierta reticencia en cuanto a verlas desempeñadas por hombres, ya que son muy fuertes los estereotipos que indican que esta plaza es “solo para mujeres”, cuando en realidad la gestión secretarial puede ser desempeñada por ambos sexos”. Esta es la opinión de la presidenta de la Presidenta Red Nacional de Asistentes y Secretarias Ejecutivas de Cuba,  vertida en una entrevista para la emisora radial santaclareña.

Amable, resolutivo, eficaz, polivalente, con buena presencia, autónomo y discreto son los calificativos que la también  titular del Centro de Adiestramiento de la RNASEC elija para quien pretenda desempeñarse con éxito en el secretariado. Evidentemente, son adjetivos que igual pueden corresponder a un hombre que a una mujer.

Por eso, Taquechel Barreto recomienda a las entidades laborales al seleccionar  para ocupar plaza de secretaria que “retomaran los exámenes de diagnóstico que hacían en años anteriores a la hora de seleccionar ese personal. Que tuvieran en cuenta sus conocimientos y habilidades. Que no exista la discriminación de género, ya que esto atentan contra la imagen del secretariado”.

Esta experimentada profesora de secretariado asegura que tanto hombres como mujeres por igual “pueden tomar al dictado una carta, realizar diversas funciones administrativas, atender correctamente el teléfono y las visitas, dominar el mercado, el protocolo y la actividad empresarial en el nivel donde estén contratados”.

Es claro que no debería haber diferencias. Pero una parte de quienes deciden, prefieren que el rostro de la empresa o de la entidad en general, sea femenino. De seguro desconocen que en sus comienzos, esa profesión era solo ejercida por hombres: los escribanos.

En cuanto a la primera mujer secretaria, algunos aseguran que luego de inventar Christopher Sholes en el siglo XIX la máquina de escribir, fue su hija Lilian Sholes, nacida en 1850, una de las primeras personas en comprobar la eficacia de la creación de su padre. Se convirtió así en la primera mujer que se presentara en público escribiendo a máquina.

De entonces acá, es probable que todos los textos tecleados por secretarias y secretarios, primero en esas máquinas, y luego en ordenadores, fácilmente puedan darle la vuelta al ecuador un par de veces, acumulando a su vez, buenas y malas anécdotas de ese oficio, a veces subestimado y tan necesario cuando se desempeña con eficacia.

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