Enviar mensajes con celulares modifica el ritmo del cerebro
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Investigadores de la clínica Mayo en la Florida, Estados Unidos, señalan que existen cuatro patrones de ondas cerebrales, o ritmos, relacionados con diferentes estados de conciencia: alfa, beta, theta y delta. Pero el uso de los teléfonos celulares contribuyó a la aparición de un quinto patrón.
Para comprobar cómo funciona el cerebro durante la comunicación textual, los especialistas analizaron datos de 129 pacientes con epilepsia, a los cuales se monitoreó durante un período de 16 meses a través de electroencefalogramas (EEG) combinadas con imágenes de vídeo (Video-EEG).
Los expertos pidieron a sus pacientes que enviaran sms, tamborilearan con los dedos o utilizaran los dispositivos audio del móvil. Además los sometieron a pruebas de atención y función cognitiva.
Los resultados demostraron que la acción de eviar mensajes de texto provocó un tipo de ondas específicas en aproximadamente uno de cada cinco pacientes que usaron sus teléfonos inteligentes para dicha función.
A decir de los neurólogos, la peculiaridad del ritmo cerebral asociado a los sms en comparación con otras formas de estimulación mental, puede estar causada por la combinación de la actividad mental con la motora (escribir el mensaje) y la neurológica auditivo-verbal.
Este nuevo patrón es una medida objetiva de la capacidad del cerebro, conectada a una red que aumenta por la atención o la emoción, para procesar la información no verbal durante el uso de dispositivos electrónicos, indicaron.
Por otro lado, los estudiosos creen que la presencia de este proceso diferente de las ondas cerebrales es fruto también de las pantallas más pequeñas de los smartphones, que requieren mayor concentración.
El hallazgo puede tener implicaciones importantes para el desarrollo de la interfaz cerebro-ordenador, juegos, y, lo más importante, para la conducción, destacó el autor principal del estudio, William Tatum.
Además revela las razones obvias para no mirar el móvil mientras se maneja, ahora hay "una razón biológica para no hacerlo: los mensajes de texto puede cambiar las ondas cerebrales", concluyó.
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