Referendo en Bolivia: un voto por el futuro

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Referendo en Bolivia: un voto por el futuro
Fecha de publicación: 
20 Febrero 2016
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Evo Morales asumió el poder el 22 de enero de 2006, tras ganar los comicios de 2005 con 54 por ciento de los votos. Durante la última década Bolivia pasó de uno de los países más pobres de América Latina, a convertirse en el segundo de mayor crecimiento, con un promedio del cinco por ciento del Producto Interno Bruto anual.

La firme decisión del mandatario de nacionalizar los hidrocarburos impulsó el desarrollo, al punto de que, si en 2006 la renta petrolera anual era de 300 millones de dólares, una década después ascendió a más de seis mil millones.

La nacionalización de los recursos naturales y la redistribución de las riquezas permitieron reducir la pobreza moderada de 60,6 por ciento a 39,3 y la extrema pobreza de 38,2 a 17,3, de acuerdo con el informe presidencial presentado en ocasión de cumplirse una década del gobierno.

Cualquier persona que conoció Bolivia en la década de 2000 y regresa ahora puede constatar las grandes transformaciones del país tanto en la construcción de infraestructuras, como en educación, salud, atención a los niños, mujeres y discapacitados, evolución del empleo y el salario.

Impresionantes son el moderno teleférico que enlaza a La Paz con la ciudad de El Alto, las nuevas carreteras, el desarrollo de las comunicaciones, la construcción de aeropuertos, industrias, escuelas, complejos habitacionales, por solo mencionar algunos.

En la arena internacional, Bolivia adoptó una sólida posición antimperialista y de defensa de la soberanía nacional, que le valió el reconocimiento mundial.

Evo expulsó del país a la Agencia para el Control Antinarcóticos (DEA), a la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid) y al embajador de Estados Unidos Philip Goldberg, por injerencia en los asuntos internos.

Dentro de sus grandes logros figura el haber llevado con éxito ante La Haya el reclamo ante Chile por una salida soberana al mar.

Bolivia perdió su acceso al Pacífico en 1879 por una invasión chilena, que le arrebató 400 kilómetros de litoral y 120 mil kilómetros cuadrados de territorios ricos en minerales.

El 24 de septiembre pasado el país obtuvo una victoria diplomática en la Corte Internacional de Justicia, cuando ese tribunal se declaró competente para atender su demanda.

Todos estos logros le valieron al mandatario un alto índice de aceptación popular. Baste señalar que Evo fue electo presidente de nuevo en 2009 con 64 por ciento de los votos y en 2014 con 61 por ciento.

El país se encuentra ahora en vísperas de un referendo donde se le preguntará a la ciudadanía si está de acuerdo o no con modificar la Carta Magna para permitir al jefe de Estado y al vicepresidente, Álvaro García Linera, postularse para los comicios de 2019.

Pero la guerra sucia desatada por sectores de la oposición para evitar el triunfo del Sí registró niveles sin precedentes y la derecha recurrió a todos los medios, incluidas las redes sociales, para tratar de dañar la imagen del jefe de Estado.

Los medios difundieron facturas inventadas para acusar al mandatario de pagar una elevada suma por un corte de cabello, lo vincularon a un supuesto tráfico de influencias y hasta manipularon fotos de una teniente policial para presentarla como una funcionaria de la empresa CAMCE, con quien el mandatario tuvo hace años una relación sentimental.

"Están denigrando la política a un nivel sin precedentes, porque como la oposición no tiene nada que ofrecer al país, utiliza la guerra sucia", denunció la presidenta de la Cámara de Diputados Gabriela Montaño, quien mostró ante la televisión documentos que prueban la falsedad de las acusaciones.

En una conferencia de prensa, el presidente Morales afirmó que esos mensajes de desprestigio a su persona siguen la línea y el libreto de Estados Unidos.

Con esa posición coinciden analistas como el ex ministro de Gobierno Hugo Moldiz, quien recordó que desde la Doctrina Monroe (América para los americanos) esta intromisión adquirió diversas modalidades, que van desde intervenciones, hasta golpes de Estado, chantajes y otras formas.

El dirigente político boliviano afirmó que la conspiración contra Evo comenzó mucho antes de que asumiera la presidencia y dijo que ya desde 2002, en días próximos a las elecciones, el embajador estadounidense Manuel Rocha había amenazado a la ciudadanía con cortar la ayuda económica, si votaban por él.

Para el ex ministro de Gobierno, Estados Unidos quiere recuperar el control en Latinoamérica y, en el caso de Bolivia, existe interés por su ubicación geoestratégica y por sus recursos naturales, entre ellos las reservas de litio.Es este el clima que precede al referendo, al que están convocados 6,5 millones de ciudadanos, de ellos 258 mil residentes en el exterior.

El proceso será seguido por más de 100 observadores internacionales, que estarán desplegados en todo el territorio, entre ellos 25 expertos en temáticas electorales de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

"Bolivia dará un ejemplo de democracia", declaró el secretario general de Unasur, Ernesto Samper, quien instó a los ciudadanos a votar masivamente y aceptar los resultados.

Más allá de la reforma constitucional para una repostulación de la dupla presidencial, esta es una batalla por el futuro del país y de América Latina.

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