Noel González: Del marcapasos a la clonación, nada le es ajeno
especiales
A propósito del fallecimiento este domingo del Doctor en Ciencias Julio Noel González Jiménez (1928-2016), quien en 1985 realizó el primer trasplante de corazón en Cuba, CubaSí reproduce el capítulo dedicado a él del libro inédito A corazón abierto(*).
Los González están asociados al teatro en el municipio villaclareño de Santo Domingo. Fueron los arrendatarios de la sala Domenech desde principios del siglo XX.
En 1956, al morir su padre, un González, de nombre Noel, asumió la dirección de la empresa que le pertenecía junto a sus sobrinos. Tres años después, él y los otros dueños cedieron el teatro a sus empleados para que formaran una cooperativa cinematográfica.
La nombraron Pedro Julio Marcelo, en honor de un joven simpatizante con los barbudos, caído en la toma del municipio por los rebeldes. La historia recoge ese hecho de desprendimiento de una familia cubana que, con posibilidades económicas, actuó de manera altruista en función de la comunidad. Hubo otros ejemplos.
El profesor Noel González Jiménez (D) realizó el primer trasplante cardíaco en Cuba
Cuando manifestó tal gesto, Noel González ya era doctor en Medicina, aunque no tan famoso como lo sería unos lustros más tarde. Siente orgullo de pertenecer a los 3 000 médicos cubanos que se quedaron a compartir los destinos de su pueblo en momentos en los que miles de profesionales abandonaron la isla.
Cuentan que el joven villaclareño, oriundo para orgullo del municipio de Santo Domingo, pensaba estudiar ingeniería, pero que al subir la escalinata universitaria su amigo Pepín Naranjo, lo convenció de que matriculara Medicina. Por suerte lo hizo.
Se graduó de esa carrera en 1954, y en Cirugía Cardiovascular se especializó en 1957 en la Universidad de Minneapolis. Allí conoció a eminentes profesionales, como el cirujano sudafricano Christian Barnard, autor del primer trasplante de corazón en el mundo.
Al triunfar la Revolución, al Dr. González le encomendaron organizar los servicios de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, misión que cumplió a la par de director del Hospital Manuel Fajardo, cargo que le confiaron en 1961.
Solo cinco años después, Noel comenzó el implante de marcapasos, que hoy resulta bastante común —a pesar del bloqueo norteamericano—, pero que entonces era una técnica revolucionaria.
Como transformador fue que en 1969 realizara el primer trasplante ortotópico experimental en perros en Cuba. Noel se había trazado un objetivo y lo conseguiría. Ya su conocido Barnard había efectuado el primer trasplante de corazón ortotópico en humanos en Sudáfrica.
El científico cubano confiaba en las potencialidades del sistema de salud en la isla y en el desarrollo de las diferentes disciplinas imprescindibles para un trasplante exitoso.
Tuvo que esperar casi 20 años. Cuando ya existían las condiciones tecnológicas y de desarrollo científico en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, al amanecer del 9 de diciembre de 1985, a Noel le avisaron que acababa de aparecer un corazón con características compatibles para trasplantarlo a Jorge Hernández Ocaña, un hombre de 38 años con una seria dolencia cardiovascular.
Aquella exitosa operación fue la primera de su tipo efectuada en todo el tercer mundo. La noticia le dio la vuelta al planeta. El profesor Noel González realizó personalmente los primeros seis trasplantes de corazón, y el primero corazón-pulmón, consumado el 26 de diciembre de 1986. Luego le cedió el puesto a sus discípulos, pero ha estado presente en el 50 por ciento de las intervenciones de esas características consumadas en Cuba, y en numerosas de las efectuadas en otros países.
Ahora, revolucionario por nacimiento, el Dr. González apuesta por aplicar en humanos un factor de crecimiento del endotelio vascular, capaz de regenerar las partes dañadas del corazón, probado ya con éxito en animales.
«Quizás en un tiempo se pueda empezar a inyectar el factor de crecimiento del endotelio vascular (tejido superficial del interior de los vasos sanguíneos)... en el corazón de las personas que tengan su área dañada», dijo el doctor González, quien ha dirigido un grupo integrado por especialistas del hospital Hermanos Ameijeiras y del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Los investigadores del CIGB aislaron el factor de crecimiento del endotelio vascular y probaron su eficacia durante largo tiempo, al inyectarlo en animales. En opinión de González, ese factor es capaz «de desarrollar vasos sanguíneos para nutrir aquellos que la ateroesclerosis ha dañado y favorecer la reparación de una lesión cardíaca».
Indicó que otro grupo de investigadores trabaja usando ese factor de crecimiento «para regenerar los vasos sanguíneos que nutren a miembros del cuerpo (brazos y piernas) que de otra forma habría que amputar. La terapia genética puede ser muy útil también para el tratamiento de otras enfermedades como el mal de Alzheimer y la diabetes, entre otros 22 padecimientos genéticos susceptibles de favorecerse con esta técnica».
El respetado profesor aplaude la clonación humana con fines terapéuticos, pero «con fines reproductivos no estoy de acuerdo, aunque no quisiera abogar por prohibir nada». Opinó que «la donación de órganos es solo una solución parcial, pues es necesario auxiliarse cada vez más de la terapia genética y la clonación con fines terapéuticos. Tenemos el criterio de que no podemos privarnos de nada, por ambicioso que parezca».
El profesor Noel ha sido, sin dudas, un genuino ejemplo como profesional y revolucionario, que debe servir de modelo para las nuevas generaciones de especialistas.
(*) A corazón abierto, libro inédito con entrevistas y semblanzas de cirujanos y cardiólogos descollantes de Cuba.
Añadir nuevo comentario