Insuficiencias productivas de la industria del libro en 2015
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El 2015 supuso para la industria del libro en Cuba un descenso en la producción de títulos, debido en mayor medida al carácter estacional de la poligrafía, reconoció este jueves Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro (ICL).
Romay, en un encuentro con escritores, editores y demás actores del sistema literario en el país, informó que si bien el plan de producción tenía previstos 624 títulos, al cierre de este año solo se habían terminado 231.
Por otra parte, la también escritora e investigadora destacó la labor de la Editorial Oriente en su proceso de gestión comercial, pues, según añadió, se trata de una de las casas editoras más agresivas y autónomas en torno a la manera en que se plantean su función social.
Oriente fue la primera en distribuir sus propios volúmenes y desprenderse así del mecanismo de la Distribuidora Nacional del Libro, además de buscar otras maneras para autofinanciarse, tales como el aprovechamiento de la recoertería, sostuvo la titular del ICL.
Mientras que del Sistema de Ediciones Territoriales, el cual celebró recientemente su aniversario 15, acotó: "Existen hoy muchas editoriales en provincia que dentro de un tiempo debemos buscar cómo catalogarlas, pues debido a la labor que realizan ya no podrán considerarse territoriales".
Sobre los acontecimientos relevantes en 2015, Romay señaló el restablecimiento del Círculo de la Crítica Literaria, el cual se puso a prueba con la elección de los diez mejores volúmenes publicados durante el 2014, dados a conocer en octubre último y dentro de los que resaltan Herejes, de Leonardo Padura y El salvaje placer de explorar, de Daniel Díaz Mantilla, entre otros.
También se reconoció la primera edición de la entrega del Premio del Lector, el cual le otorga un galardón a los diez títulos preferidos por los cubanos en el último año.
La autora de Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad comentó, además, la rehabilitación de nuevos espacios en la ciudad relacionados con la lectura como el Café Literario y Librería del Centro Cultural en Guayabera, de Alamar.
Se trata de un espacio que conecta con las características de la zona –explicó-, donde se vive un auge de la poesía experimental, la fusión entre este géneros y otras manifestaciones del arte y la creación vinculada a la literatura de ciencia ficción.
La presidenta también adelantó sobre las proyecciones para la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana, la cual rompe con el esquema anterior, pues en esta oportunidad se prescindirá de una librería central como las de ediciones anteriores.
Además estimularemos proyectos de promoción y comercialización de la literatura, de manera tal que si algún librero de uso quiere colaborar con nosotros y establecer una expo-venta en la Feria, podrá hacerlo, dijo.
Esta fiesta del libro en Cuba, aseguró, contará con otro elemento añadido: la participación de importantes autores extranjeros, cuyas obras son relevantes en el mundo.
Zuleica Romay acotó que paralelo a la Feria sucederán dos grandes eventos en el país: la reunión del Grupo Iberoamericano de Editores y Traductores; y el Encuentro con editores, distribuidores y agentes literarios entre Cuba y Estados Unidos.
Queremos intercambiar ideas y explorar la posibilidad de conectar la literatura cubana con el gran mercado hispanohablante en la nación estadounidense, así como también buscar la manera de acercar al lector cubano a la producción literaria norteamericana, concluyó la escritora.
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