Casi 2.700 millones de personas sufren escasez de agua al menos un mes al año
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Cerca de 2.700 millones de personas sufren "escasez de agua al menos un mes cada año" debido a la mayor presión que la población y sus actividades económicas ejercen sobre ese recurso, informó hoy la ONG The Nature Conservancy (TNC).
Un estudio al que Efe tuvo acceso advierte que "el agua que se utiliza para la agricultura, la industria y para beber ha sobrepasado los niveles adecuados de uso sustentable en numerosas regiones".
El análisis, titulado "Escasez mensual global de agua: huellas de agua azul contra disponibilidad de agua azul", precisa muchas de las cuencas hidrográficas en las que existe una merma seria del líquido.
Se realizó tomando mediciones de variabilidad de flujos hídricos en 405 cuencas del mundo entre 1996 y 2005, y concluyó que 201 de ellas "pasan por una escasez severa de agua durante al menos un mes del año".
"En lugares con varios meses de escasez de agua es probable que exista una seria competencia por el agua y en temporada de sequía habrá impactos económicos sobre la agricultura, la producción de electricidad y otras industrias", indicó en un comunicado Brian Richter, director del programa global de agua dulce de TNC, uno de los seis investigadores a cargo del estudio.
Las zonas elegidas concentran el 69 % de los flujos hídricos globales, el 75 % de las áreas de riego mundiales, y el 65 % de la población del planeta.
En 223 de las 405 cuencas estudiadas (55 % del total) "el agua consumida supera la disponibilidad de agua neta al menos durante un mes al año", y en 35 de ellas, habitadas por 483 millones de personas, el líquido faltó "al menos durante seis meses".
La cuenca del Lago Eire, en Australia, habitada por 86.000 personas y que se extiende sobre 1,2 millones de kilómetros cuadrados, padece estrés hídrico los doce meses del año.
La cuenca más poblada con déficit cíclico de agua durante todo el año es la de Yonding He, en el norte de China, que provee el líquido a Pekín, que cubre 214.000 kilómetros cuadrados y tiene una densidad de población de 425 personas por kilómetro.
Otras cuencas con estrés hídrico son la del río San Antonio, en Texas (EE.UU.) y la del río Groot-Kei, en Sudáfrica, ambas durante once meses, mientras en el río Penner, en sur de India, y el Tarim, en China, hay nueve meses de carestía.
Ocho meses de estrés hídrico hay en el río Indo, del que dependen 212 millones de personas, y en el Cauvery, ambos en India.
Lo mismo duran las carencias en la cuenca del Mar Negro, que incluye el río Jordán y cubre varios países de Oriente Medio, y en la del río Salinas, en California (EE.UU.).
En el Río Grande estadounidense, llamado Río Bravo en México, "sufre carestía hídrica severa durante siete meses" y en ese cauce, debido a la alta concentración de contaminantes, se han registrado muertes de peces.
Además, los elevados niveles de salinidad han hecho que 32 especies de peces hayan quedado desplazadas en una zona donde las pérdidas económicas por la escasez de agua se cobran 4.000 puestos de trabajo al año y cuestan 135 millones de dólares cada año.
Los expertos recordaron que el 94 % del impacto hídrico de la humanidad está relacionado con la agricultura, que para el riego utiliza cuatro veces más superficie de tierra que la de las ciudades.
No obstante, las urbes utilizan más agua que los agricultores sobre la base del área que ocupan de las cuencas analizadas.
Por ello, los especialistas llaman a poner en marcha métodos científicos con tecnología de punta y a "mejorar la productividad de los cultivos de temporada".
A futuro, "el crecimiento continuado del consumo de agua debido a una mayor población, los cambios en los patrones de alimentación (con más ingesta de carne) y la creciente demanda de biocombustibles, combinado con los efectos del cambio climático (...), es probable que haya un incremento de la escasez de agua en muchos ríos y cuencas en las décadas venideras", alerta el texto.
El estudio fue promovido por el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, siglas en inglés), TNC, la Water Footprint Network, National Geographic Society y la Universidad de Twente y puede ser consultado desde hoy en www.plosone.org. EFE
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