Mundial de Remo: Dame dos botes y navegaré a Río 2016
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Obtener preseas en cualquier Campeonato del Mundo, como antesala de los Juegos Olímpicos y con cupos clasificatorios en juego para la magna cita, se antoja prácticamente uno de los 12 trabajos de Hércules, máxime tratándose del remo, una disciplina donde Europa y Oceanía se han encargado de campear por su respeto, sin descartar a Estados Unidos, con una enorme tradición de remeros en sus universidades, especialmente en la modalidad de ocho con timonel.
Entonces en medio de semejante panorama se lanzaron tres embarcaciones cubanas a las aguas de Aiguebelette, Francia, con el sueño de un visado hacia la urbe carioca al alcance de sus proas: el singlista Ángel Fournier, huésped habitual de la élite desde el 2009 cuando irrumpió cuarto en la Copa del Mundo de Banyoles, España (7:15.60); y los dobles par de Eduardo Rubio-Adrián Oquendo, y Aymeé Hernández-Yariulvis Cobas, todos en la categoría de peso abierta.
Entre esas tripulaciones, pese a no “escamotear” ninguna presea esta vez el guantanamero Fournier, recaló sexto en la final A con crono de 7:04.820 minutos; el guantanamero de 1.98 metros y 100 kg de peso y la yunta Rubio-Oquendo acariciaron sus visados y largarán en las aguas de la laguna carioca Rodrigo de Freitas.
De vuelta al single, el fuera de serie checo Ondrej Synek (6:54.76) se coronó por tercera ocasión consecutiva en este tipo de lides y accedió a su cuarto vellocino, luego de imponerse por primera vez en Karapiro, Nueva Zelanda 2010. El legendarioneozelandés Mahe Drysdale (6:55.10) y el lituano Mindaugas Griskonis (6:57.64), se ubicaron a continuación de Synek, de 1.99 metros y 100 kg.
De hecho, puede incluso que algunos aficionados se hallan cuestionado la ausencia de podio de Fournier en aguas galas, luego de su plata en Chungju, Sudcorea, gracias a 6:48.91 minutos; y bronce en Ámsterdam, Holanda 2014, con registro de 6:44.310, convirtiéndose en el único remero antillano capaz de colgarse una presea.
Cabe señalar que para él ha sido un año en extremo intenso, con presencia en la justa universal de ergómetro de Boston (oro entre 166 remeros-5:45.90), dos Copas del Mundo, los Juegos Panamericanos, —remó en dos modalidades— y ahora la lid del orbe en un lapso de seis meses.
Cierro con una pincelada anecdótica: Fue el baloncesto la pasión inicial de Fournier. Llegó a encestar alguna que otra esférica, disputar rebotes bajo el aro... También hizo swines bate en mano, pero en definitiva venció la cercanía. La academia provincial de remo enclavada en su natal Caimanera acuñó el principio de lo que luego sería para él calco del adagio “como pez en el agua”.
DOS QUE SORPRENDIERON
Hablábamos de una justa que acogió a los mejores a 478 remeros de 75 naciones, coronándose Gran Bretaña (5-9-1), Nueva Zelanda (5-3-1), Alemania (3-4-2) y Australia (3-2-0) y en la cual únicamente 21 países lograron agenciarse metal alguno. Ante tamaño rigor, la Federación Internacional premió con cupo bajo los cinco aros a los 11 primeros botes de cada modalidad.
Así la dupla Rubio-Oquendo, una tripulación que se estrenaba al máximo nivel y que no llevaban más de seis meses bogando juntos se colocó, con crono de 6:10.760 en la tercera posición en una final B reñidísima, lo cual significó la novena posición de la clasificación general. Les antecedieron los botes de Azerbaiyán (6:10.260) y Gran Bretaña (6:10.450). Los hermanos croatas Martin y Valent Sinkovic (6:03.330) fueron quiénes en definitiva se llevaron el gato al agua.
Recordemos que en Toronto, Rubio formó binomio con el propio Fournier.
Más tenso se les antojó el panorama a sus homólogas Aimeé Hernández y Yuriulvis Cobas, quienes recalaron quintas en la final D, con discreto parcial de 7:23.340 que les dejó en el puesto 23 entre 30 embarcaciones inscritas.
Esa fue la realidad de Aiguebelette, sede de la 44 edición mundialista de Remo. Para Cuba el rendimiento, más allá de la ausencia de metales, puede considerarse meritorio, avalada por la clasificación de dos embarcaciones a la ciudad Maravillosa.
Un dato de adiós: el italiano Daniele Gilardoni (11-1-1) es el máximo multimedallista en el excelso panorama del orbe.
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