Vargas: «estoy operado de los nervios»

Al término de la subserie entre Industriales y Matanzas, el mánager de los capitalinos, Lázaro Vargas, accedió a dialogar sobre un balance de su equipo a punto de llegar la primera mitad del campeonato. Comunicativo, inteligente y dado a cualquier crítica de la prensa, el otrora antesalista se mostró complacido con el desempeño de sus 32 integrantes del equipo.

-¿A solo seis juegos de la mitad de la serie, pensaste que Industriales pudiera estar en primer lugar?

-No. El propósito del colectivo de dirección siempre ha sido clasificar, no estar en primer lugar. Claro, si estamos en este puesto es mucho mejor, pero el objetivo es clasificar y luego pensar en ganar el campeonato.

-Es decir, ¿no se propusieron una equis cantidad de victorias por tercios de la temporada como se trazaron algunos mánagers?

-Nunca nos detuvimos en eso y respetamos a quienes lo planificaron así. Nosotros nos proponemos el día a día, el diario. El lema dentro del equipo es que hay dos días en la vida que tú no puedes dejar de estar: uno es ayer y otro es mañana.

-A muchos le preocupaba que Vargas no tuviera experiencia de dirección en ninguna categoría. ¿Te ha presionado eso en algún momento?

-Lo he asumido con toda la responsabilidad del mundo porque sé lo que tengo arriba, dirigir Industriales tiene muchos ojos encima. El rigor en cada juego te hace aprender siempre algo nuevo. Además, las experiencias que tengo no vienen por haber sido director, sino por los tantos años que estuve jugando y lo que he estado observando durante mucho tiempo, pues me encantan las estadísticas.

-¿Si Vargas era un pelotero explosivo, por qué esa imagen de relajación en el banco, sentado en una silla aparte? ¿Traicionan los nervios?

-Primero, te voy a decir que me operaron de los nervios cuando era chiquito. No tengo nervios. El mánager debe tener la mente más fría que todos los demás en el banco y estar más tranquilo porque es quien tiene la responsabilidad de quitar y poner jugadores, mandar a hacer jugadas, etc.

Si en un momento determinado eso se te va de la mano por un desequilibrio emocional, puede ser que el equipo se vaya de la mano y pierda. Otro cosa que pienso es que si das inseguridad, intranquilidad y presión eso es lo que le transmites a los jugadores.

-Dijiste que no ibas a tocar bola antes del quinto inning y lo has cumplido, en tanto has jugado mucho con el corrido y bateo y los robos de base. ¿Seguiremos viendo a ese Industriales en la segunda mitad?

-Continuaremos con ese juego técnico-táctico. Vamos a seguir robando bases y haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Respecto al toque de bola, no me gusta regalar nada. He sido fuertemente criticado por no tocar en el tiek break con Matanzas en el segundo partido, pero no es mi estilo. Con hombre en primera y segunda sin out, y en turno el tercero, cuarto y quinto  bate no puedo perder la oportunidad de que bateen.

-Se habla de algunos cambios para la venidera serie: 16 equipos y un campeonato posterior a la nacional.

-Sería bueno ese otro torneo posterior, pero lo que sí sería un error grave es sacar a Metropolitanos de la serie.

-¿Y con respecto a un posible director del equipo Cuba por varios años?

-Cualquier idea respecto a eso me parece buena, pero eso sí, se debe buscar a alguien con talento,  conocimiento y responsabilidad para dirigir un equipo Cuba. Y ese es el problema.

-¿Satisfecho con algún jugador en específico en esta primera parte de la serie?

-Con los 32 jugadores estoy satisfecho, independientemente de que puedan haber existido altas y bajas en estos primeros 41 juegos. Todos están saliendo a darlo todo en el terreno y mientras eso suceda, no hay problema.

-Finalmente, ¿por qué Roberto Carlos no fue escogido para ser el torpedero de Industriales?

-Hablamos con él y le planteamos que no dudábamos de su calidad, pero venía de una lesión de dos años y no sabíamos cómo sería su rendimiento y recuperación, por tanto no podríamos arriesgarnos. Si todo va bien, como esperamos, el próximo año debe estar en Industriales. No hay nada contra él, porque todo se habló claro a la hora de hacer el equipo.