Amenaza a Venezuela: Mediación bien, pero sobre todo firmeza

Tal como ha hecho ante los conflictos de Afganistán, Irán y Sudán del Sur, la República Popular China se ha ofrecido para mediar en el creado por Estados Unidos, al lanzar injustificadas acusaciones y aplicar sanciones contra Venezuela, ante la incapacidad de sus servidores allí de derrocar al legítimo gobierno de Nicolás Maduro.

"Es algo que interesa a los dos países y a los dos pueblos, y sería beneficioso para la paz y la estabilidad de América Latina", expresó al efecto una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación socialista asiática, que mantiene unas excelentes relaciones políticas con Caracas, de la que es su principal inversor extranjero.

Este domingo 15, el presidente Nicolás Maduro será habilitado por el Congreso para responder adecuadamente a la amenaza real de agresión estadounidense, luego de la inusitada y sorprendente hasta cierto punto ofensiva verbal antivenezolana del presidente Barack Obama, acompañada con descabelladas sanciones contra representantes del Gobierno Bolivariano.

Al destaque al respecto de los medios noticiosos internacionales, siguió la firme postura del mandatario venezolano y las declaraciones solidarias de organizaciones democráticas del continente ante una amenaza que ha sido gestada en parte en Miami por quienes manejan desde allí los hilos económicos en su guerra contra el pueblo suramericano y promueven el boicot de elecciones democráticas en las que siempre salen derrotados.

Y digo en parte porque la historia demuestra que no se puede confiar en representantes de un imperialismo que mientras se muestra verbalmente respetuoso de los derechos humanos e internacionales; tiene en su más reciente aval agresiones injustificadas a Yugoslavia, Afganistán, Iraq, Libia y Siria, donde la cantidad de muertos sobrepasa el millón y medio de civiles indefensos; además de los de Paquistán y Yemen por bombardeos desde aviones sin tripulantes (drones); y el apoyo irrestricto a Israel en el genocidio de Gaza.

Más recientemente es el bombardeo a Iraq y Siria, aparentemente para atacar y destruir a los terroristas del Estado Islámico, cuando es de público conocimiento que ese grupo terrorista fue creado por Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita, con la intención de dominar tanto a Iraq como a Siria y de ese modo apoderarse de su petróleo.

Hay que entender que el Imperio no posee reservas suficientes de petróleo para mantener no solo su hegemonía, sino sobrevivir en la  venidera década, por lo que trata de controlarlo al costo que sea, es algo fundamental para su existencia y, sobretodo, conquistar su objetivo estratégico final de dominar el mundo.

De ahí las recientes políticas agresivas estadounidenses en las que utiliza a la Organización del Tratado del Atlántico Norte e Israel contra Rusia e Irán, lo cual pone en peligro la existencia del planeta.

Precisamente, Venezuela posee las mayores reservas petroleras del mundo y nunca ha boicoteado los envíos a Estados Unidos, uno de sus compradores. Pero desde la asunción revolucionaria, los dividendos de esa y otras exportaciones redundan en beneficio del pueblo, en detrimento de las transnacionales que lo controlaban, con la aquiescencia y servilismo de la reaccionaria burguesía local, que conspira para dividir y clama por una intervención armada imperialista.

Por eso Venezuela y todos los que la apoyan deben estar alertas ante una situación creada por intereses egoístas norteamericanos, en lo que se puede aceptar la mediación, pero siempre acompañada con la mayor firmeza.