Embajada USA-Cuba: Refutando a Marco Rubio
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Diario Las Américas lo caracterizó este martes en Miami como uno de los legisladores de Estados Unidos “más críticos con el gobierno cubano”.
El periódico, además, reprodujo la entrevista que le hizo uno de los medios digitales que financia Washington.
Dedicó su mayor espacio al tema de la reanudación de lazos diplomáticos entre ambas partes.
Las preguntas (cuatro), por cierto muy agresivas, fueron las siguientes:
1) ¿Qué medidas podría tomar el Congreso de Estados Unidos para detener el proceso de normalización de relaciones con Cuba?
“Jamás –contestó Rubio- permitiremos una embajada cuyo personal no pueda reunirse con la sociedad civil”
¿Cuál, vale preguntarle al senador, acaso la que integran grupitos de “disidentes” financiados hace años públicamente desde Estados Unidos?
¿O la que representan quienes niegan los valores esenciales de la actual nación cubana?
Rubio evade tal emplazamiento y prefiere decir que La Habana les exige prohibir a sus diplomáticos reunirse con “los activistas, la resistencia, la sociedad civil”.
¿Quiénes son estos caballeros? Los mismos que a la vista del mundo han recibido millonarias sumas de dinero consignadas en presupuestos de gobiernos estadounidenses.
Tanto, que hasta algunos de sus propios “disidentes” llegaron a solicitarles hacerlo con mayor recato para no ser acusados de títeres del Norte.
2) ¿Seguirán las reuniones de diplomáticos e integrantes del Congreso con miembros de la sociedad civil cubana?
El entrevistado respondió desearlo, así como que futuras delegaciones se reúnan también “con la resistencia” dentro de Cuba.
Para mí, puntualizó el senador, es inaceptable que el destino de la isla corresponda solo al Gobierno sin tomar en cuenta a las personas que “están resistiendo a la tiranía”.
De ahí, -añadió- que cuando alguien viaja a Cuba le pido que, por favor, se reúna también con la sociedad civil, con la resistencia y con los activistas democráticos.
3) ¿Cómo está afectando la normalización de lazos entre Cuba y EE UU a las relaciones entre Washington y el resto del hemisferio occidental?
Su respuesta, lo importante es seguir tomando en cuenta que este hemisferio tiene democracia, la pedida a Cuba.
Un detalle, solo mencionó como expresiones de esta a Colombia y Panamá.
Y a su juicio la enumeró así: escoger a sus propios líderes mediante elecciones, tener una prensa libre y partidos de oposición.
¿De qué prensa libre habla Rubio? ¿Acaso de la más influyente de Estados Unidos hoy en manos de multimillonarias corporaciones que allí radican?
4) ¿Qué medidas podría tomar el Congreso para asegurarse que diversas perspectivas de la sociedad civil cubana se escuchen en Estados Unidos?
Según el entrevistado, lo primero es “seguir invitando a esas personas que viajen a Estados Unidos y compartan sus opiniones con nosotros”.
Lo segundo, exigir que nuestros funcionarios cuando vayan a La Habana se reúnan con ellos.
¿Y quién le dijo al senador Marco Rubio que a Cuba la pueden tratar como la neocolonia estadounidense que fue hasta 1958?
Una de las respuestas del legislador floridano lo corrobora sin la menor duda:
Pidió que en cualquier intercambio entre Estados Unidos y Cuba haya siempre un espacio destinado a la sociedad civil que él califica como tal.
Pero, mientras circulaba esa entrevista con Marco Rubio otros sucesos restaban aún más fuerza a sus puntos de vista.
Un cable de Associated Press (AP) informó este martes sobre la visita de tres senadores estadounidenses a La Habana.
Su gira forma parte de esfuerzos encaminados a impulsar otro proyecto de ley contra el “embargo” a Cuba.
Se trata de los demócratas Claire McCaskill, de Missouri, Amy Klobuchar, de Minnesota, y Mark Warner de Virginia.
Al encuentro asistió además la directora general de Estados Unidos en la cancillería cubana, Josefina Vidal.
Esta última presidió la delegación de la isla durante la primera ronda de conversaciones para normalizar las relaciones diplomáticas y hará otro tanto en la segunda, próxima a tener lugar.
Asimismo se conoció del arribo este martes a la capital cubana de otra delegación del Congreso estadounidense, que preside la líder de la minoría demócrata Nancy Pelosi.
La generalidad de los observadores en ambos lados consideran que estamos en presencia de un proceso largo y espinoso.
Lo reitera el complot ultraderechista que existe en el Capitolio de Washington para frustrar la apertura de una embajada de Estados Unidos en La Habana.
¿Su tambor mayor? El senador Marco Rubio, tildado para la historia en una ocasión por The Washington Post como “un mentiroso”.
Su espectáculo, y el de quienes lo secundan, embarran aún más de lodo el accionar de la historia diplomática de Estados Unidos.
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