"Grito humanitario" en juicio por alimentación forzosa a detenidos en Guantánamo

"Grito humanitario" en juicio por alimentación forzosa a detenidos en Guantánamo
Fecha de publicación: 
7 Octubre 2014
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Es la primera vez desde la llegada de los primeros detenidos a esta controvertida cárcel, hace cerca de 13 años, situada en territorio cubano, que la justicia federal considera las condiciones de confinamiento.

Uno de los 149 detenidos, Abu Dhiab, preso sin juicio ni acusación desde 2002 y considerado liberable desde 2009 por las autoridades estadounidenses, protesta contra su detención por medio de huelgas de hambre periódicas.

"Es el único medio que tiene de protestar pacíficamente contra su detención", declaró a la audiencia uno de sus abogados, Eric Lewis, "los meses, los años pasaron y el sigue aquí. Su huelga de hambre, es un grito humanitario, no tiene opción".

Sin embargo, "día tras día, mes tras mes, año tras año", el detenido sirio es sacado a la fuerza de su celda, atado a una silla donde es alimentado a la fuerza por medio de sondas naso-gástricas que le son insertadas y retiradas varias veces por día.

"Todo lo que quiere es ser tratado humanamente", subrayó el abogado, recordando a la jueza Gladyss Kessler que ella misma había calificado el procedimiento de "doloroso y humillante".

"Dhiab está dispuesto a colaborar, está de acuerdo en ser alimentado por sonda, pero no de manera forzada", concordó Sondra Crosby, una experta en víctimas de tortura y profesora de medicina en la universidad de Boston (Massachusetts, noreste de EEUU). "Quiere ser tratado con respeto y humanidad", agregó.

Crosby señaló además, que "pareciera que se le ha privado de cuidados médicos como medida disciplinaria".

- "Como un castigo" -

"No comprendo porqué un médico le retiraría" las muletas, una silla rodante, un almohadón terapéutico o calcetines de algodón, "parece un castigo, teniendo en cuenta que no puede desplazarse sin muletas o una silla rodante", declaró.

Aunque admitió que la alimentación naso-gástrica es un "método normal" en los hospitales, Crosby precisó que a menos que haya una "contra-indicación", la sonda debería permanecer colocada para evitar sufrimientos adicionales.

"Existe un riesgo de infección" si se dejan las sondas, consideró por su parte el representante del gobierno, quien afirmó que ello representaría además un "riesgo para su seguridad", porque los detenidos "podrían usar el tubo para asfixiarse", afirmó el fiscal Andrew Warden.

Dhiab "rechazaba constantemente la comida", dijo Warden y tiene "antecedentes de desobediencia".

La experta médica recordó "sorprendida" que en ocasiones "los guardias le confiscaron la comida" en plena huelga de hambre.

La audiencia proseguía el lunes con la comparecencia de un expsiquiatra del ejército, Stephen Xenakis y el martes, con un especialista de ética médica, Steven Miles.

La jueza Gladyss Kessler ordenó que la casi totalidad de los debates sean públicos, contra la exigencia del gobierno, que había reclamado que se celebraran a puerta cerrada.

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