Chelyabinsk.— La presencia de Cuba los campeonatos mundiales de judo tiene una larga historia a la que pretende ser fieles nuestras selecciones nacionales cuando se inicie este 25 de agosto la trigésima edición de estos certámenes, para el cual ya se encuentran en esta ciudad rusa más de 700 judocas de 120 naciones.

Héctor Rodríguez —el judoca de las primeras y grandes actuaciones— estrenó los podios mundialistas en Lausana 1973, cuando terminó con bronce en los 63 kilogramos. Sería la antesala de su título olímpico tres años más tarde en Montreal, aunque la presea universal tuvo un extraordinario valor, pues representó además la segunda para América Latina, ya que en 1971 el brasileño Chiaki Ishili había alcanzado tercer puesto también, pero en 93 kg.

A pesar de celebrarse cada dos años y aunque los resultados eran visibles a nivel panamericano y hasta olímpico —en Moscú 1980 se lograron tres platas del conjunto varonil—, hubo que esperar 14 años para que cayera otra presea cubana en campeonatos mundiales, esta vez a la cuenta de Jorge Fiss (bronce en la libre)

Con la incorporación de los certámenes para mujeres en 1980, la escena quedó lista que llegara la primera corona a través de Estela Rodríguez (categoría libre) en la lid que tuvo por sede Belgrado en 1989. Una precisión histórica ubica a Maritza Pérez con su bronce como la primera mujer cubana que escaló un podio del orbe, horas antes de la dorada de su compañera.

Desde entonces el desfile de medallas y campeonas se ha incrementado, con la mayor tajada para nuestra selección femenina, comandada hace casi tres décadas por el profesor Ronaldo Veitía. Desde esa fecha, siempre han regresado a casa con un botín, que asciende hoy a 15 oros, 14 platas y 26 bronces, solo superadas por japonesas (29-26-33) y francesas (22-8-31).

Nombres como los de Legna Verdecia, Driulis González, Diadenis Luna, Daima Beltrán, Sibelis Veranes, Yurisleidis Lupetey, Amarilis Savón, Yanet Bermoy, Yurisel Laborde e Idalis Ortiz pertenecen a la lista de monarcas del planeta, en tanto el privilegio de haber ganado las citas de 1995 en Chiba, Japón y 2005 en El Cairo, Egipto, se empinan como momentos inolvidables y únicos.

En el apartado masculino, el primer oro lo conquistó Manolo Poulot en Birmingham 1999 y hace solo un año, en Río de Janeiro, Asley González lo imitó con otra faena perfecta. En sentido general, nuestros equipos varoniles registran par de coronas, cuatro platas y ocho bronces en estas lides mundiales.

Las 69 medallas de Cuba en estos campeonatos la ubican quinta en la historia del evento, detrás de las potencias: Japón, Francia, Sudcorea y Rusia, por ese orden. Asimismo, como detalle adicional, acumulan el 48,2 % de las preseas ganadas por América, continente con apenas 30 oros de los 334 repartidos de 1965 hasta el 2013.

Este viernes llegó a esta ciudad rusa la formación femenina, integrada por ocho judocas, y en las primeras horas del domingo lo hará la escuadra varonil que dirige el profesor Justo Noda, ambas procedentes de Francia, donde realizaron la última parte de sus entrenamientos.

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