Vándalos japoneses arrancaron páginas de El Diario de Ana Frank en decenas de bibliotecas capitalinas como parte de una campaña destinada a denigrar a esa niña judía asesinada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Así lo consignó el vicedecano del centro Simon Wiesenthal, el rabino Abraham Cooper, en una declaración remitida con esos términos. Ese organismo defiende los derechos de los judíos y tiene su sede en Estados Unidos.

Cooper señaló que detrás de esos actos vandálicos debe haber alguna organización que intenta demeritar la memoria de la más famosa del millón y medio de niños judíos asesinados por los nazis.

El sitio digital de la cadena radiotelevisiva NHK reflejó que en enero pasado los bibliotecarios se percataron de esas acciones depredadoras y que el vandalismo se hizo presente en al menos 282 libros de 36 bibliotecas públicas dispersas en siete distritos y municipios de Tokio.

Las autoridades abrieron una investigación para analizar los registros de búsqueda y las imágenes de cámaras de seguridad en las instituciones que sufrieron esos daños.

Japón integró un eje con Alemania e Italia durante la Segunda Guerra Mundial, conflicto resultado del cual murieron decenas de millones de personas.

Los ejércitos de esas tres naciones invadieron, ocuparon y masacraron a pueblos enteros, basados en la filosofía de la necesidad del espacio vital recurrente en el militarismo japonés, el nazifascimo alemán y el fascismo italiano.