El exagente de inteligencia estadounidense Edward Snowden solicitó asilo político a Brasil en una carta abierta a cambio de revelar las actividades de espionaje de agencias norteamericanas contra el Gobierno y ciudadanos de este país.

En la misiva, publicada este martes por el diario brasileño Folha de S.Paulo, Snowden señala la disposición de colaborar con el pedido de ayuda de senadores de esta nación que investigan las interceptaciones de correos electrónicos y llamadas telefónicas de la presidenta Dilma Rousseff, sus asesores y la empresa Petrobras, entre otros.

"Muchos senadores brasileños han pedido mi ayuda" y expresé mi voluntad de cooperar, cuando sea apropiado y legal, pero el gobierno de Estados Unidos trabaja muy duro para limitar mi capacidad de hacerlo, refleja la carta.

Con el título "Carta abierta al pueblo de Brasil", el periódico destaca que un documento de este tipo será enviado de manera formal a las autoridades brasileñas e indica que mientras permanezca en las condiciones actuales en Rusia, con asilo temporal, Washington seguirá con su interferencia en su capacidad de hablar.

El exagente es reclamado por las autoridades norteamericanas luego de que sacara a la luz pública en junio último un esquema de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

Las delaciones de interceptación de correos electrónicos y llamadas telefónicas de altos funcionarios de Gobiernos, empresas y ciudadanos de varias naciones generaron gran malestar internacional y dañaron la imagen de Estados Unidos.

La mandataria de Brasil, una de las tantas afectadas por estas actividades ilícitas, denunció el caso, demandó explicaciones concretas de Estados Unidos y canceló una visita oficial a la Casa Blanca tras no recibir respuestas a sus reclamos.

Una propuesta de Rousseff de crear un marco civil global que regule las actividades de Internet y garantice los derechos individuales de los ciudadanos fue presentada en las Naciones Unidas con el respaldo de varias naciones.

Una comisión de senadores brasileños pidió hace dos meses apoyo a la embajada rusa en esta capital para viajar a Moscú y entrevistar el exagente con el propósito de conocer de primera mano al alcance de las actividades de la NSA contra la jefa de Estado, sus asesores y empresas.