Luis Eduardo Aute constata en Ecuador contaminación de Chevron
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La delegación visitó este martes el pozo de Aguarico 4, en la provincia de Sucumbíos, donde existe un pantano que rezuma brea y residuos de crudo, como triste recordatorio de las malas prácticas extractivas que utilizó la petrolera en esa región.
Una vez en el lugar, Aute y sus acompañantes hundieron sus manos enguantadas en la piscina, para luego mostrarlas manchadas de un lodo negro y pestilente ante las cámaras de televisión y de los fotógrafos, de acuerdo con reportes de la prensa local.
El recorrido del cantautor español, de Sader y de los políticos brasileños formó parte de la campaña La mano sucia de Chevron, con la cual el gobierno ecuatoriano busca demostrar la responsabilidad de la transnacional en el daño ambiental que causó su filial Texaco en la Amazonía.
La denuncia que hizo en Aguarico 4 el presidente Rafael Correa el 17 de septiembre pasado ya fue corroborada también por el artista norteamericano Danny Glover, la alcaldesa de la ciudad californiana de Richmond, Gaile McLaughlin, y la activista Antonia Juhasz, entre otras personalidades internacionales que han visitado el lugar.
La semana pasada, la Corte Nacional de Justicia de Ecuador ratificó una sentencia por contaminación ambiental dictada en 2011 por un tribunal de Sucumbíos, aunque redujo a la mitad el monto de la indemnización impuesto por la corte provincial a la compañía.
El fallo de última instancia del máximo órgano de justicia ecuatoriano condena a Chevron a pagar nueve mil 500 millones de dólares a los 30 mil afectados, en su mayoría indígenas de las etnias quichua, secoya, waorani, siona y cofán.
La empresa estadounidense no solo se niega a acatar esa sentencia, sino que cuestiona la integridad de la Justicia ecuatoriana, y pretende responsabilizar a la estatal Petroecuador del daño ambiental ante un tribunal de arbitraje internacional.
También acusó a los demandantes ante una corte de Nueva York de tratar de extorsionar a la compañía.
Las autoridades ecuatorianas aseguran que entre 1964 y 1992, Texaco derramó 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema, vertió otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó 235 mil millones de pies cúbicos de gas.
El presidente Correa afirmó, por su parte, que la contaminación provocada por Chevron es 85 veces superior a la del derrame de la British Petroleum en el golfo de México en 2010.
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