Novedades, ventajas y desventajas a puño limpio

Cuatro meses cocinando una decisión puede parecer mucho tiempo, pero para la inserción del boxeo cubano en la Serie Mundial no lo fue. Créanme que no, al menos no en mi modesta opinión, sobre todo si por más de 50 años y aún hoy día la palabra profesionalismo ha pesado tanto. Lo sabemos de sobra, béisbol y el propio boxeo desde antes de 1959, voleibol, baloncesto y balonmano luego, son de las disciplinas marcadas por la huella del profesionalismo en Cuba.

Lo cierto es que era manifiesto y marcado el interés de incluir a los antillanos en el prestigioso y exigente certamen (punto medio entre el boxeo profesional y olímpico). ¿Cómo no serlo si nuestros púgiles encabezan el medallero en Campeonatos Mundiales con 116 preseas (65-28-23) y ocupan el segundo escaño en Juegos Olímpicos 67 (34-19-14), solo superados por Estados Unidos 110 (49-23-38).

Nadie duda de que nuestra escuela de boxeo es una cátedra, con esa certeza realizó su visita a Cuba en enero el taiwanés Dr. Ching-Kuo Wu, presidente de la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) y del consejo de la Serie Mundial: “Estamos muy contentos de darle la bienvenida a cuba, sus púgiles siempre han vivido en la cúspide de nuestro deporte. Estamos convencidos que la inclusión de esta franquicia llevará a la competición a un nivel más alto”, sentenció hace unos días en Lausana, Suiza, sede de la AIBA al pronunciarse sobre la decisión definitiva de las autoridades de la Isla para insertarse de cara a la IV edición.

También se manifestó al respecto Alberto Puig de la Barca, titular de la Federación Nacional: “Es un deber ayudar a nuestros atletas a desarrollar sus carreras en la medida de lo posible. Nuestros mejores boxeadores competirán en WSB durante casi siete meses contra la crema del mundo de los puños. Esto les ofrecerá la oportunidad de hacerse una idea de los estilos de otros atletas de clase universal y así estar mejor preparados para hacerles frente en Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, Panamericanos y Centroamericanos y del Caribe. Además, estamos satisfechos con la organización y con los principios humanistas de la protección de los boxeadores que han sido desarrollados por WSB. Por todas estas razones, estamos dispuestos a contribuir a la calidad de la competencia.”

Innegable sin dudas es la calidad de la Serie Mundial, abierta incluso para aquellos púgiles profesionales, con menos de 15 pleitos en su historial rentado y avalados por la federación de su país. Un verdadero termómetro para la escuela cubana, además de que se combatirá por equipos a cinco asaltos de tres minutos en lugar de la tríada con que cuenta en el panorama amateur, sin camiseta y con guantes de 10 onzas hasta los 64 kilogramos y de 12 de los 69 en adelante, modificación esta última, que también compete al pugilismo olímpico.

Bajo esos términos nuestra armada, compuesta de una preselección de 20 miembros, competirá en los pesos de 54, 61, 73, 85 y más de 91 kilogramos, en calidad de franquicia independiente, o sea sin ningún púgil foráneo en su membresía.  Algo así como la defensa plena del prestigio y la casta ante el empuje de Rusia, Ucrania, Kazajstán, Italia, Azerbaiján, Polonia, Estados Unidos, Alemania, Argentina, México y Argelia, naciones inscritas hasta la fecha.

 
Junio atestiguará el sorteo de un certamen con tamaña envergadura que, en dependencia de las actuaciones de mayor renombre, la AIBA concederá 30 plazas para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. ¿Del sistema de competencias? Se sortean dos grupos con una fase inicial de diez carteles, luego los tres primeros de cada llave conformarían un apartado más selecto, del cual emergerían los cuatro grandes, dos semifinalistas y… el monarca. Estaríamos hablando, para cada monarca individual de más de 20 combates de primerísimo nivel.

Sobre el acondicionamiento físico y técnico de nuestros exponentes ahondó Puig: “Nuestros boxeadores están preparados física y técnicamente para encarar los cinco asaltos. Por la intensidad del calendario competitivo el entrenamiento está montado sobre mesociclos cortos, lo que no les impedirá además brillar en otros compromisos regidos por el esquema tradicional. Ese componente adicional que les conferirán los pleitos de calidad, será crucial en su puesta en forma óptima para cualquier certamen.”

Hurgando en la historia descubrimos que el París United dominó la primera versión al imponerse 6-4 al Astaná Arlans y al año siguiente la competición ganó en profundidad y rigor: tras disputarse 73 matches y 370 combates el Dolce & Galbana Thunder de Milán sentenció 4-1 al Dynamo de Moscú. A propósito esta tercera edición de nuevo verá el cetro en poder de otros puños pues los finalistas serán los Otamans de Ucrania y nuevamente el Astaná Arlans de Kazajstán.

Pero más allá de sorteos, inclusión e incluso premios en metálico, el del boxeo constituye otro paso de avance hacia la posibilidad de andar a tono con el escenario en el que se desarrolla el deporte mundial, sin renunciar a preceptos ni concepciones. Sí en la búsqueda de criterios de rendimiento y profesionalismo más certeros. Abogo por una apertura bien pensada, equilibrada y sin que derive en mercantilización desenfrenada. Es una realidad que otras disciplinas necesitan de una coyuntura similar. También lo es el hecho de que nuestro deporte está urgido de salir del declive por el que atraviesa.

Por ahora disfrutemos de todas las ventajas que la Serie Mundial nos pueda aportar. Y confiemos en que nuestros 20 boxeadores de mayor calidad preseleccionados, puedan lidiar con el desgaste que representa un calendario de casi siete meses y encima afrontar los torneos registrados en el cronograma de la AIBA. Todo eso, a puño limpio.