En todas partes, la bandera

La bandera es una sola y son miles de banderas. Pasa con los símbolos: se erigen en representación armónica de infinitud de conceptos, algunos de los cuales poco o nada tienen que ver con la apariencia física del objeto. Uno ve una bandera cubana, la bandera de la estrella solitaria y le vienen a la mente muchas cosas: la isla en peso, con todas sus historias y sus personajes, tantas batallas y tantos acontecimientos más pacíficos en los que ese estandarte tuvo un lugar preponderante.

A Kaloian Santos Cabrera, fotógrafo y periodista, se le ocurrió ir por todo el archipiélago buscando banderas. Pero no se detuvo en las representaciones más o menos formales. Quiso encontrar banderas en todos los ámbitos de la cotidianidad, de manera que los significados se abrieran abanico múltiple, riquísimo. ¿Es lo mismo una bandera en su asta que otra en tatuada en el pecho de un muchacho? Es lo mismo en principio, es presencia irrenunciable de la patria, compromiso si se quiere sagrado. Pero las implicaciones son diversas. La bandera del asta es demostración colectiva, empeño institucionalizado. La del pecho es contorno íntimo, amor personalísimo, declaración de principios.

La bandera se transfigura en tela, cartel, semilla, tierra, cuero, papel, grafiti, cuenta, globo, techo de bicitaxi… Ninguna de las representaciones resulta grosera… es que la bandera dignifica los espacios.

La casa editora Abril presenta en esta Feria un libro de fotografías que antes fueron parte de una exposición itinerante. Con luz propia reúne muchas de las imágenes de las muchas más que Kaloian perpetuó en su aventura. Kaloian es un fotógrafo de los buenos, eso lo saben todos los que saben. No se regodea en esteticismos superficiales, sus imágenes suelen ser contundentes más allá de lo meramente formal. Fotos con mensaje, como se dice por ahí (¿es que puede haber una buena foto sin mensaje?), fotos que más que decir, proponen. Este libro no es inventario frío. Es jardín palpitante.