Las huelgas antiausteridad recorren Europa
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Policía y manifestantes se enfrentaron el miércoles en España e Italia mientras millones de trabajadores iban a la huelga en Europa para protestar contra los recortes que consideran han empeorado la crisis económica.
Cientos de vuelos se cancelaron, las fábricas de automóviles y puertos se quedaron parados y los trenes apenas circulaban en España y Portugal, donde los sindicatos celebran su primera huelga general coordinada.
La Policía detuvo en España a 81 personas tras enfrentamientos en líneas de piquetes o con grupos que provocaban daños en comercios. En Madrid, la policía antidisturbios disparó balas de goma a los manifestantes.
En el centro de Roma, los estudiantes lanzaron piedras a la policía en una protesta por los planes de ahorro de costes en el sistema educativo. Unos pocos tiraron petardos grandes y botellas, enfrentándose con agentes antidisturbios que emplearon gases lacrimógenos y se llevaron al menos a un manifestante ensangrentado a un furgón policial, según un testigo de Reuters.
Se produjeron interrupciones en servicios internacionales de trenes en Bélgica, y los trabajadores de Grecia, Italia y Francia tenían previstos varios paros laborales o manifestaciones dentro de un "Día Europeo de Acción y Solidaridad".
Se trata del mayor desafío que plantean los trabajadores europeos contra las medidas de austeridad, que han agravado recesiones y el desempleo en los casi tres años desde el inicio de la crisis de deuda de la eurozona. Pero sigue siendo improbable que fuercen un cambio en las estrategias de recortes de sus presionados gobiernos.
El desempleo en Portugal ha alcanzado un récord del 15,8 por ciento, mientras que en España, uno de cada cuatro trabajadores está sin empleo. La economía griega se redujo en un 7,2 por ciento anual en el tercer trimestre, mientras el endeudado país avanza hacia su sexto año de recesión.
Cerca de 26 millones de personas están desempleadas en la Unión Europea, mientras los Gobiernos intentan reducir el gasto en las protegidas áreas de Sanidad y Educación.
"Todo el mundo tiene que hacer algo para llamar la atención sobre lo que está pasando", dijo Esteban Quesada, de 58 años, propietario de una tienda de herramientas en Barcelona que cerró su tienda para sumarse a las protestas en la ciudad condal.
"Las cosas tienen que cambiar", señaló. "El dinero ha terminado con todo el poder y la gente con ninguno. ¿Cómo ha podido pasar esto?".
España, Portugal y Grecia han recortado sus gastos en pensiones, salarios del sector público, escuelas y hospitales.
Pero la frustración aumenta conforme los recortes agravan la crisis económica. En España, la mayoría de los ahorros de las arcas del Estado se han visto dedicados a pagar los tipos de interés más altos de la deuda nacional, hinchada por el coste de reestructurar los bancos tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Las subidas de impuestos y recortes de gastos van dirigidas a poner las finanzas públicas de vuelta en el buen camino tras años de gastos excesivos.
El Bundesbank, el banco central alemán, dijo el miércoles en un informe que la crisis de la eurozona sigue siendo el riesgo número para los bancos y aseguradores alemanes, y la situación no ha mejorado desde el año pasado.
Las promesas del Banco Central Europeo para apoyar los bonos soberanos de los países que pidan ayuda han llevado algo de alivio a España e Italia en los mercados de capital.
Italia vendió el miércoles bonos a tres años a su menor coste en dos años.
ESPAÑA SEGUIRÁ SU RUMBO
Aunque varios países del sur de Europa han registrado brotes de violencia, hasta ahora no ha ganado fuerza una protesta regional coordinada y efectiva contra la austeridad, y los Gobiernos se han atenido en buena parte a sus medidas.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, dijo a la prensa el miércoles que pese a la huelga el Gobierno proseguirá con los recortes de gastos para cumplir los ambiciosos objetivos de déficit.
"Estamos en huelga para detener estas políticas suicidas", dijo Cándido Méndez, líder de la Unión General de Trabajadores (UGT).
Méndez describió el seguimiento de la huelga, la segunda este año, como masiva, con una participación superior al 50 por ciento en el sector público. El Gobierno minimizó su impacto, diciendo que muchos servicios funcionaban con normalidad.
Los ánimos se calentaron la semana pasada cuando una ex edil de Baracaldo se suicidó cuando iba a ser desahuciada. Se ha multiplicado el descontento hacia los bancos rescatados con dinero público mientras los ciudadanos de a pie sufren las medidas de austeridad.
En Portugal, que aceptó un rescate de la UE el año pasado, las calles han estado más tranquilas, pero el público y la oposición política a la austeridad van en aumento, amenazando con descarrilar las nuevas medidas anunciadas por el primer ministro, Pedro Passos Coelho.
Las protestas forzaron a su Gobierno de centroderecha a abandonar un aumento previsto en los costes por empleado a la seguridad social, pero éste se vio reemplazado por una subida de impuestos.
Las medidas aprobadas por Passos Coelho fueron puestas como ejemplo esta semana por la canciller alemana, Angela Merkel, poco apreciada en buena parte del sur de Europa por su insistencia en la austeridad como condición para su apoyo a la ayuda europea.
"Estoy en huelga porque los que trabajan básicamente están siendo chantajeados para sacrificar más y más en nombre de la reducción de deuda, lo que es una gran mentira", dijo Daniel Santos de Jesus, de 43 años y que enseña arquitectura en la Universidad Técnica de Lisboa.
Unos cinco millones de personas, o el 22 por ciento de los trabajadores, están afiliados a sindicatos en España, mientras que en Portugal, en torno a un cuarto de los 5,5 trabajadores están sindicados. Los sindicatos han convocado manifestaciones y marchas en ciudades de ambos países, con grandes protestas previstas para la tarde en Madrid, Lisboa, Barcelona y otras ciudades.
ARRESTOS, VUELOS CANCELADOS
Los manifestantes en Madrid atascaron cajeros automáticos con pegamento y monedas y colocaron pegatinas contra el Gobierno en los escaparates. El consumo energético cayó un 16 por ciento ante el descenso de actividad fabril en el país.
Más de 600 vuelos fueron cancelados en España, especialmente de Iberia y la línea de bajo coste Vueling. La principal aerolínea portuguesa, TAP, canceló en torno al 45 por ciento de sus vuelos.
Trenes, metros y autobuses en ambos países se vieron muy afectados, pero muchas tiendas abrían con normalidad.
El mayor sindicato italiano, CGIL, también convocó un paro laboral de varias horas en todo el país. El Ministerio de Transportes esperaba que trenes y ferris se detuvieran cuatro horas. Estudiantes y profesores preparaban manifestaciones.
En Grecia, que la semana pasada celebró una huelga de dos días mientras el Parlamento votaba nuevos recortes, los principales sindicatos del sector público y privado convocaron un paro de tres horas, aunque la Policía de Atenas esperaba poca asistencia.
En Francia, cinco sindicatos convocaron marchas en más de 100 ciudades, pero no llamaron a la huelga.
Los detractores de izquierdas del presidente francés, el socialista François Hollande, dijeron que no ha resuelto los temores de los trabajadores franceses, que tienen las mismas preocupaciones que sus compañeros del sur de Europa.
"Es una rendición incondicional", dijo el líder de ultraizquierda Jean-Luc Melenchon en la cadena France 2.
Cada semana parece traer nuevos recortes de empleos. La principal aerolínea española, Iberia, propiedad de International Airlines Group, anunció la semana pasada que reducirá su plantilla en 4.500 personas. El diario El País ha despedido casi a un cuarto de su personal.
"Yo creo que tenemos la responsabilidad de dejar a nuestros hijos algo mejor de lo que hemos recibido, no peor", dijo en un piquete en la estación madrileña de Atocha Rocío Blanco, de 47 años, trabajadora ferroviaria y que ha visto su salario reducido en un 15 por ciento.
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