Canciller cubano: Bloqueo resta credibilidad a la política internacional de EE.UU. (+ VIDEO)
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El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció hoy en la ONU el persistente recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla, en particular de su dimensión extraterritorial.
Dijo que esa es la realidad registrada en los últimos cuatro años, a pesar de las 20 resoluciones consecutivas aprobadas por la Asamblea General en demanda del fin de esa política.
Al hablar ante el plenario del máximo órgano de la ONU, el ministro afirmó que el mantenimiento de ese cerco no es del interés nacional de Estados Unidos, sino que daña los intereses de sus ciudadanos y compañías, en especial en tiempos de crisis económica.
Por qué cercenar los derechos constitucionales y civiles y la libertad de viajar de los norteamericanos prohibiéndoles visitar la isla, si estos pueden ir a cualquier otro lugar del planeta, incluso donde su país libra guerras, preguntó.
Asimismo, cuestionó por qué renunciar a un nuevo mercado de 11 millones de personas, para qué seguir gastando cientos de millones de dólares que vienen de los impuestos que pagan los ciudadanos en la inútil e ilegal subversión contra Cuba.
E indagó para qué dañar las relaciones de Washington con otros Estados, incluidos sus aliados, con medidas extraterritoriales que violan el derecho internacional.
"Como el bloqueo es una política unilateral, deberá cesar unilateralmente", sentenció Rodríguez en la sesión que analizó el tema Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba.
Y explicó que el cese de esa medida evitaría al gobierno estadounidense un mayor descrédito de las políticas humanitarias, al tiempo que esa administración dejaría de ser un pertinaz violador de los derechos humanos de los cubanos.
Precisó que Cuba nunca ha estado en guerra ni ha realizado actos hostiles contra Estados Unidos y jamás ha permitido la organización de acciones terroristas contra el pueblo norteamericano.
"No existe ningún motivo legítimo o moral para mantener este bloqueo que está anclado en la Guerra Fría", apuntó.
"Es sólo el arma de una minoría cada vez más exigua, aislada, violenta y soberbia que lucra electoralmente con ella, desprecia el reclamo de las mayorías y no se resigna ante la indoblegable determinación de los cubanos de decidir su propio destino", acotó.
Rodríguez enumeró una serie de ejemplos que demuestran las múltiples y diversas afectaciones ocasionadas por el bloqueo "no solo a mi país, sino también a muchos de los gobiernos aquí representados".
Durante la gestión del presidente Barack Obama, las multas por sanciones ascienden a dos mil millones 259 mil 732 dólares y duplican las correspondientes a ambos períodos del exmandatario George W. Bush, indicó.
El canciller calificó de inmenso e incalculable el daño humano que causa el bloqueo norteamericano, así como los sufrimientos, carencias y dificultades a cada familia, niña y niño, mujer y hombre, discapacitados, anciana o anciano y los enfermos.
Por su propósito declarado y sus efectos directos, el bloqueo contra Cuba califica como un acto de genocidio y una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de un pueblo entero, puntualizó.
Rodríguez reiteró que los daños económicos acumulados durante más medio siglo por esa medida ascienden hasta el 2011 a un billón 66 mil millones de dólares, "calculados de manera rigurosa y conservadora sobre la base de la depreciación del dólar respecto al oro".
Al recordar la reciente reelección de Obama, el canciller de la isla caribeña afirmó que el mandatario norteamericano tiene la oportunidad de iniciar una nueva política hacia Cuba, distinta a la de sus 10 predecesores durante más de medio siglo.
"Será difícil y enfrentará recios obstáculos, pero el Presidente conserva las facultades constitucionales que le permitirían escuchar a la opinión pública y generar la dinámica necesaria, mediante decisiones ejecutivas, aún sin pasar por el Congreso", dijo.
"No caben dudas de que sería este un legado histórico", insistió.
Rodríguez reiteró a nombre del presidente cubano, Raúl Castro, "la firme voluntad del gobierno de Cuba de avanzar hacia la normalización de relaciones con los Estados Unidos, mediante un diálogo respetuoso, sin condiciones previas, sobre bases recíprocas y de igualdad soberana, sin merma alguna a nuestra independencia y soberanía".
En ese sentido, ratificó a Washington la propuesta de una agenda para un diálogo bilateral dirigido a avanzar hacia la normalización de las relaciones y que incluye el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero.
También contiene la exclusión de Cuba de la arbitraria e ilegítima lista de países terroristas, la abrogación de la Ley de Ajuste Cubano y de la política de pies secos-pies mojados y la compensación por daños económicos y humanos.
Asimismo, la devolución del territorio ocupado por la base naval de Guantánamo, el fin de las agresiones radiales y televisivas y el cese del financiamiento a la subversión interna.
Y como elemento esencial, "la liberación de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, cruel e injustamente presos o retenidos en este país (Estados Unidos)".
Esto último como un acto de justicia o, al menos, una solución humanitaria que "concitaría la gratitud de mi pueblo y la respuesta de nuestro gobierno", puntualizó.
El ministro cubano ofreció al gobierno estadounidense negociar acuerdos de cooperación en áreas del mayor interés mutuo, como el enfrentamiento al narcotráfico, al terrorismo, al tráfico de personas y para la completa regularización de las relaciones migratorias.
Además, para la prevención y mitigación de desastres naturales, la protección del medio ambiente y los mares comunes y la reanudación de las conversaciones, unilateralmente suspendidas por Washington, sobre temas migratorios y para el restablecimiento del correo postal.
No obstante, reafirmó que Cuba "defenderá a cualquier precio sus conquistas, persistirá en sus ideales, se recobrará de las catástrofes naturales" como la que afectó a Santiago de Cuba y las provincias orientales y centrales.
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