Enfermedades cardiovasculares, causa de muerte prematura

Enfermedades cardiovasculares, causa de muerte prematura
Fecha de publicación: 
1 Octubre 2012
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Las enfermedades cardiovasculares son una causa de muerte prematura que provoca cada año el fallecimiento de 17,3 millones de personas en el mundo, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS), a propósito de conmemorarse este 29 de septiembre el Día Mundial del Corazón.

 

La OMS destaca en su sitio web que la alarmante cifra va en aumento y se espera que para 2030 llegue a los 23 millones de personas —¡más que la población total de Australia!—. 

 

Entre las enfermedades cardiovasculares, la cardiopatía isquémica es la que muestra mayor índice de mortalidad en el mundo y en Cuba, aseguró a Cubasí el Dr. Eduardo Rivas Estany, presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología.

 

El experto también señaló que la cardiopatía isquémica se presenta cada vez en edades más tempranas de la vida. «En momentos en que el individuo todavía está en plenitud de desarrollo social, familiar y laboral».

 

De ahí, agrega, que las enfermedades del corazón son la primera causa de incapacidad prematura de la fuerza laboral en muchos países desarrollados y en Cuba. A ese paciente hay que separarlo del centro de trabajo para estudiarlo, tratarlo, operarlo y rehabilitarlo.

 

En Cuba fallecen anualmente más de 20 000 personas como consecuencia de las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de muerte desde hace más de medio siglo. Aunque, señaló el cardiólogo, en el último quinquenio se ha observado un aplanamiento en cuanto a la mortalidad, que es consecuencia directa del programa de prevención y rehabilitación que se desarrolla en todo el país.

 

A la vez, otras enfermedades degenerativas o crónicas no transmisibles como las neoplasias incrementan su frecuencia, hoy la mortalidad por cáncer alcanza cifras elevadas en algunas provincias, apuntó Rivas.

 

Por un corazón sano y joven 

 

Se conoce que el corazón es el principal órgano del sistema cardiovascular y uno de los más importantes del ser humano. Es el responsable de recibir y bombear la sangre para que esta circule por todo el cuerpo. En el adulto tiene el tamaño de un puño y pesa entre 300 y 350 gramos; además, en estado de reposo late como promedio unas 70 veces por minuto.

 

Los expertos aseguran que a mayor grupo etario, la prevalencia, la incidencia y mortalidad son mayores; en ese sentido, la OMS insiste en que es importante tomar medidas preventivas desde edades tempranas, sobre todo porque está demostrado que es totalmente un mito que las enfermedades del corazón afecten únicamente a personas de edad avanzada y a países desarrollados.

 

Hace unos años las enfermedades cardiovasculares significaban la primera causa de muerte en los países desarrollados, mientras en los del tercer mundo predominaban las carencias nutricionales, infecciosas, por lo que aparentemente eran un signo de desarrollo; sin embargo, hoy en esos países en vías de desarrollo se oberva un incremento en la frecuencia en esas enfermedades, puntualizó Rivas. 

  

Pero, ¿por qué seguimos enfermando del corazón? El cardiólogo explica que la principal causa radica en nuestros hábitos de vida poco saludables.
 
«Todavía comemos mucha comida chatarra, azúcares, carbohidratos, grasas saturadas que inciden en el depósito de placas de grasa en las arterias coronarias. También hay que mejorar la práctica sistemática de ejercicio físico, la lucha contra el sedentarismo, el control del peso corporal.

 

«Es importante la aparición de otras enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, o sea, la elevación desmesurada en sangre de los lípidos, en particular el colesterol y los triglicéridos, y el no control de otros factores de riesgo coronario.

 

«A esto se une, por supuesto, un factor genético o hereditario que influye marcadamente y el hábito de fumar. En ese sentido, es necesario reforzar las campañas de información en contra de ese hábito tan dañino para la salud», enfatiza. 

Para el especialista está claro que para salvar el corazón hay que empezar con medidas globales, pero también desde el hogar. «La casa es una entidad fundamental para evitar mañana las enfermedades del corazón».
 
Es vital —insiste— el control de las enfermedades crónicas no transmisibles. «Cada día se incrementa la longevidad de la población, la esperanza de vida en Cuba es de casi 80 años, por lo que la incidencia de enfermedades degenerativas como la aterosclerosis y la cardiopatía isquémica se va haciendo cada día más frecuente». 

 

Cardiología cubana, entre las mejores del área

 

Cuba tiene un lugar de honor en relación a los programas de prevención y rehabilitación cardiovascular entre los países de Latinoamérica, comentó el también director del Centro de Rehabilitación del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.

 

Expresó que producto del desarrollo cardiológico, tratamiento médico, quirúrgico, intervencionista, hoy menos personas mueren durante el episodio agudo; a la vez que otros afectados por cardiopatías sobreviven muchos años.

 

La determinación del riesgo de sobrevivir un episodio coronario agudo depende en gran medida del sexo, la edad, de los factores de riesgo que presente el paciente, del control que tenga de sus medicamentos, los estudios no invasivos (ecocardiografías, ergometrías) y de estudios intervencionistas como la coronariografía.

 

«Aquellos pacientes que se clasifican como de alto riesgo tendrán una mortalidad en el primer año de vida después del infarto de alrededor de un 15 por ciento o más; por el contrario, aquellos clasificados de bajo riesgo tendrán una mortalidad de uno a un dos por ciento».

 

En relación a la mortalidad por sexo, el especialista precisó que a pesar de que se afirma que las mujeres triplican la cifra en algunos países, en Cuba están prácticamente parejas.

 

Por último, Rivas explicó que en nuestro país existe un programa nacional de diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de pacientes con enfermedades cardiovasculares, en particular con cardiopatías isquémicas. Sus resultados son reconocidos a nivel mundial.

 

«Después del triunfo de la Revolución, se formó una nueva generación de cardiólogos con una concepción más integral y preventiva. Se profundizó en la cirugía cardiovascular, intervencionista y la industria farmacéutica, de manera que el trabajo cardiológico cubano es destacado», concluyó.

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