Esconde EE.UU. epidemia real de desempleo

Esconde EE.UU. epidemia real de desempleo
Fecha de publicación: 
28 Septiembre 2011
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Casi devastada y en declive, la ciudad de Detroit parece sentir toda la fuerza de la crisis económica que golpea a EE.UU. Uno de cada tres residentes vive por debajo de la línea de pobreza. Casi la mitad de las escuelas públicas están a punto de cerrar y la tasa de criminalidad aumenta como nunca antes.

Según datos del Gobierno de EE.UU., el 9,1 por ciento de la población se encuentra sin trabajo. Pero los expertos aseveran que las medidas -a las que califican de decepcionantes- y las estadísticas -de cuya veracidad dudan-, enmascaran una epidemia real de desempleo.

«Ellos no toman en cuenta a los trabajadores parciales que buscan un empleo constante. Tampoco consideran a la gente que estuvo sin trabajar un largo tiempo, aquellos que estuvieron desempleados más de medio año», destaca el periodista y escritor David DeGraw.

«Antes esta gente habría sido clasificada como desempleada, pero el Gobierno continuamente modifica la definición de esta clase de desempleados y lo hace con el propósito de que las tasas de desocupación parezcan menores de lo que son. Así que con el transcurso de los años, las cifras fueron rectificadas de manera que el estado de la economía tenga mejor apariencia de la que realmente tiene», señala Peter Schiff, director general de la compañía Euro Pacific Capital.

Si se toma en cuenta a los trabajadores temporalmente ocupados y a los parados, la tasa real del desempleo en EE.UU. asciende a casi el 16 por ciento, una estadística que con frecuencia las autoridades prefieren ocultar a la opinión pública.

«Si estuvieran incluidos, el Gobierno tendría que reconocer que están frente a una crisis mayor y deberían hacer algo al respecto. Esto es parte de su campaña de propaganda, lo que les permite mantener el status quo, hasta que la sociedad sufra un colapso», añade David DeGraw.

La recesión en EE.UU. comenzó en 2007 con la crisis hipotecaria y su expansión provocó la depresión del sector laboral, que se convirtió en un hecho imposible de ignorar.

«Es un período difícil para el país. Pero somos la nación norteamericana. Somos más duros que los tiempos que vivimos», dijo el presidente de EE.UU. Barack Obama durante su discurso en Washington.

Pero para curar las heridas de la economía nacional, los analistas subrayan que los funcionarios deben dejar de lado su retórica optimista y encarar la cruda realidad.

«El desempleo continuará creciendo. La inflación seguirá aumentando y en vez de aparentar que la situación no es tan mala, debemos aceptar su carácter decadente, porque así tenemos más probabilidad de percibir los errores que cometemos. Es decir, que la línea política es deficiente y más regulación gubernamental no mejorará la situación», asegura Peter Schiff.

El presidente Obama propuso un plan de reanimación del mercado laboral en EE.UU., que supone una inversión de 447 000 millones de dólares. Pero hay quienes advierten que si se cierran los ojos a los problemas candentes, no habrá dinero que alcance para acabar con esa enfermedad llamada desempleo.

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