Descubren el filme en color más antiguo del mundo
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El filme, realizado por el fotógrafo e inventor londinense Edward Raymond Turner, y que muestra imágenes de unos niños -posiblemente sus hijos- con unos girasoles y un pez de colores, un loro rojo y un grupo de soldados desfilando por las calles de Londres, se ha digitalizado para recuperar el color original de la cinta.
“Creemos que esto va a rescribir la historia del cine”, señaló el jefe de colecciones del museo, Paul Goodman. “No creo que sea una exageración. Estas son las primeras imágenes en movimiento en color del mundo”.
Aunque ya se sabía que Turner patentó su método en 1899, que consistía en grabar sucesivamente los fotogramas usando filtros rojos, verdes y azules para después proyectarlos superpuestos, siempre se había dado por hecho que el invento resultó ser un fracaso. El creador, a quien había financiado un tal Frederick Lee, del que poco más se sabe, nunca pudo probarlo ni desmentirlo, dado que murió de un infarto en 1903, a los 29 años.
Los archivos llegaron a Bradford provenientes de Londres hace tres años. El museo de Ciencias de la capital británica había adquirido en 1937 la colección del estadounidense Charles Urban, un pionero del cine asentado en Londres que financió el método Kinemacolor. Entre su legado se encontraban dos rollos de película realizados por Turner, de los que se conservaban en buen estado tanto los negativos como los positivos.
Al encontrar el material, Michael Harvey, el comisario de cinematografía del museo, contactó a dos expertos del Archivo Nacional del Instituto cinematográfico británico para evaluar la posibilidad de convertir el material con el que contaban en película en color.
Tanto los positivos como los negativos del filme de Turner se habían producido en un formato único de 38 milímetros con dos perforaciones redondas entre cada fotograma, que no se podía ver en un proyector moderno. El grupo de expertos copió cada uno de los fotogramas en una película de 35 milímetros y después recompusieron digitalmente la versión en color.
“La imagen del pez era asombrosa, los colores eran tan vivos y sutiles”, exclamó Harvey. “Y había un loro con un brillante plumaje de colores, una breve imagen de soldados desfilando y, lo que es más interesante, unos niños vestidos con sus mejores galas eduardianas”. Entonces, asegura, “me di cuenta de que teníamos un importante hallazgo en nuestras manos”.
Para poner fecha al filme, que se mostró ayer por primera vez al público en el museo de Bradford, los expertos se basaron en las circunstancias que rodeaban a la grabación. Por ejemplo, sabían que la cámara que se utilizó era de 1901, y conocen las fechas de nacimiento de los hijos de Turner, así como la de su muerte, en 1903.
“Este maravilloso redescubrimiento subraya el potencial aún sin explotar de la colección del museo”, concluye Goodman, “y las películas de Lee y Turner pueden ocupar ahora el lugar que merecen”.
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