Hombre interrumpe a Obama y lo llama «El Anticristo» (+ VIDEO)

Un hombre que logró colarse a un acto  de recaudación de fondos en West Hollywood, en California,  interrumpió al presidente de Estados Unidos para gritarle:  "Jesucristo es Dios, Barack Obama es el anticristo".

Todo parecía tranquilo en la noche del lunes en el estadio  para conciertos House of Blues, adonde habían llegado cientos de  sostenedores de Obama que pagaron 250 dólares por cabeza.

Cuando Obama entró al escenario, entre los vítores y alaridos  de sus seguidores se escuchó entonces a un hombre con barba que  comenzó a gritar que "el Dios cristiano es el único Dios  viviente verdadero, el creador del Cielo y el Universo".

Obama se detuvo entonces y comenzó a mirar hacia el lugar con  cara de desconcierto, mientras sus guardaespaldas y los miembros  del servicio secreto se ponían en alerta.

El hombre barbado, de todas maneras, no se reveló como una  amenaza y siguió gritando: "amo a Jesús, Jesucristo es Dios,  Jesucristo es el hijo de Dios".

El exabrupto religioso pareció disgustar a los votantes de  Obama, quienes enseguida empezaron a cantar " otros cuatro  años!" (en referencia a un segundo mandato que el presidente  quiere ganar en las elecciones de noviembre del 2012) para tapar  los gritos del barbado.

Mientras era escoltado fuera del estadio por efectivos de  seguridad, el hombre tuvo tiempo de gritar: "Jesucristo es Dios,  Barack Obama es el anticristo".

El arranque de la velada en el House of Blues tuvo más  condimentos extraños.

Mientras el hombre barbado despotricaba  contra Obama, una chaqueta fue arrojada al escenario, cerca de  donde se encontraba el presidente.

En un primer momento se pensó que pertenecía al iracundo  cristiano, pero resultó ser de una mujer.

"Estamos teniendo todo  tipo de confusiones aquí -bromeó Obama-, no dejen su chaqueta  tirada por ahí", pidió el presidente al auditorio, que estalló  en risas.

Obama se encuentra ya de campaña para los comicios del año  próximo, cuando deberá afrontar su baja popularidad y el alto  desempleo para intentar quedarse otros cuatro años en la Casa  Blanca.