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Hola, Soy cubano y vivo en Cuba, trabajo en el extranjero al servicio de mi pais como otros miles que también lo hacen, son fieles a la misma y no la abandonan por fuertes que soplen los vientos. Se trabaja, duro, la separación prolongada y otros riegos inherentes a una Misión (independientemente de su tipo) esta situación me hace pedir que reflexionemos (no los afectados) me refiero a quienes piensan y trazan las estrategias que llevan a este tipo de medidas que al final nos asfixian poco a poco matando todo tipo de incentivo. Me explico, para nadie es un secreto que cuando se acepta una Misión de colaboración además de una fuerte carga de convicción se hace pensando en algún tipo de mejoría personal y familiar, quien no crea que es así solo se miente a sí mismo y simplemente no valora el duro sacrificio que se tiene que hacer para enviar algún tipo de miscelanea u equipo a nuestros seres queridos para mejorar su calidad de vida prácticamente sancionándolos a pagar un arancel que es mas bien una multa al sacrificio de cumplir una Misión de colaboración ya que el arancel se justificara si se encontrase los bienes que importamos en nuestras redes comerciales a un precio-calidad-garantía más asequible al bolsillo promedio. Estamos recibiendo el mismo tratamiento de las llamadas "mulas de carga" que por cierto son fáciles de detectar en las aduanas y por demás los funcionarios ya las conocen, las mismas con sus 30 kilos seguirán entrando al país su contrabando. Estamos en sitios remotos expuestos a todo tipo de riesgos representando a nuestro país y el riesgo más terrible es al de morir por un disgusto cuando tenemos que enfrentar a situaciones desagradables en nuestros aeropuertos, sinceramente es cuando tanta alegría por el regreso se apaga y convierte en un verdadero martirio.
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