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Me sorprende con frecuencia la manera casi milagrosa que, en muchas ocasiones al abordar este tema en nuestros medios nacionales, los periodistas cubanos ignoran una de sus principales aristas: la diversidad sexual, el contagio entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH, como categoría epidemiológica) y el papel de la homofobia en el aumento de esta epidemia, especialmente cuando más del 80% de los seropositivos son hombres en Cuba, de ellos casi el 90% de HSH, según estadísticas de la ONE. Mientras no seamos capaces de abordar con sinceridad y valentía esta situación, dirigidas públicamente hacia ese sector de la población cubana, tendremos que seguir enfrentando estos altos niveles de prevalencia de la infección entre HSH, pues seguirá ausente el trabajo de prevención en amplia escala que se necesita para revertir esta situación. Vale la pena recordar que vivimos en una sociedad machista (marcada por relaciones de poder de unos sobre otras/otros), en la que hablar de sexualidad entre hombres continúa siendo tabú, lo que expone a los hombres cubanos a una vulnerabilidad creciente en el contagio al VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)