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Rosa nunca será olvidada. Continuará en los teatros como un duende que acompaña a los intérpretes y aconseja a los realizadores en cuanto al movimiento svenico, el diseño y la forma de manejar elementos en el vestir, porque ella siempre fue ejemplo de ello. Con su partida, se cierra una época del saber estar, el saber decir y el saber vestir. Dignificó y le dio el sentido correcto a la palabra vedette, pues, ella fue mucho más que el brillo y las lentejuelas que la gratificaban.
Descansa en paz, ROSA DE CUBA.
13 Junio 2020, 10:15 am
Raúl de la Rosa