Estados Unidos, el blackout en Cuba y el fracaso de su hipocresía

El gobierno estadounidense se pronunció este lunes sobre la emergencia energética que sufre Cuba desde el pasado viernes. De acuerdo con declaraciones realizadas durante una rueda de prensa por la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, la Administración está "monitorizando de cerca" la situación energética en la isla".

Preguntada por la agencia española EFE, la vocera afirmó que su gobierno además de estar siguiendo de cerca los apagones que ha sufrido, no descarta proporcionar ayuda a la isla, aunque precisó que el Ejecutivo cubano no ha solicitado asistencia.

Y agregó: "Nos preocupa el posible impacto humanitario sobre el pueblo cubano. Como hemos visto en los últimos años, las condiciones económicas de Cuba, derivadas de una prolongada mala gestión de sus políticas y recursos, han aumentado sin duda las dificultades de la población cubana", y enfatizó que Estados Unidos "no es responsable" de los apagones ni de la situación energética general en Cuba.

Con tales declaraciones Jean-Pierre intentó contrarrestar la acusación del presidente cubano Miguel Díaz-Canel quien, unas horas antes, había afirmado que la emergencia energética en Cuba "tiene que ver mucho -como consecuencia de los efectos del bloqueo recrudecido y de toda la guerra económica que se comete contra la Isla desde el gobierno de los Estados Unidos, y de la persecución financiera y energética- con la no posibilidad de contar con “los suministros estables de combustible para que el Sistema pueda operar en toda su capacidad y con toda su estabilidad”.

Con el presidente cubano coincidió el congresista demócrata Jim McGovern, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, quien el pasado domingo, en su cuenta de X, afirmó que la actual política de su país contribuyó directamente a los problemas energéticos de Cuba.

Según McGovern, tal política (el férreo bloqueo económico, comercial y financiero) sancionan a los barcos que transportan petróleo a Cuba y privan a la nación caribeña de los ingresos de divisas que necesita para importar combustibles y repuestos.

El representante por Massachusetts subrayó que la asistencia permitiría «restaurar la red eléctrica y lidiar con la escasez de alimentos y medicamentos que está empobreciendo al pueblo cubano y provocando una migración sin precedentes a los Estados Unidos”.

Las declaraciones de la vocera estadounidense, como era de esperarse, rayan en el cinismo.  

Es cierto, como ha reconocido Cuba, que la Isla enfrenta problemas de mala gestión en su economía, pero esos errores tienen su causa esencial en el bloqueo que, durante más de seis décadas, trata de doblegar por hambre y miseria al pueblo de Cuba.

A Estados Unidos lo que menos le preocupa es el "posible impacto humanitario sobre el pueblo cubano". Su política hacia la Isla, desde que fuera redactado el memorando de Mallory en 1960 hasta hoy, lo único que ha buscado es fracturar el apoyo del pueblo cubano al proceso revolucionario.

Por otro lado, si las poderosas y "eficaces" administraciones norteamericanas no han sido capaces de resolver el problema energético que su estado asociado, Puerto Rico, sufre desde los embates del huracán María, en septiembre de 2017, qué le puede importar al gobierno estadounidense la suerte del pueblo de Cuba.

Mucho menos ahora, a pocas semanas de unas reñidas elecciones, cuando los demócratas tratan de arañar algunos votos en el enclave fascista y anticubano de Florida. De lo que se trata también es de, en un país profundamente dividido, apaciguar las presiones políticas de una mafia anticubana que ha medrado durante décadas con el sufrimiento del pueblo cubano. Mientras culpan al comunismo en Cuba de su fracaso, los personeros de la industria anticubana de la Florida no ocultan su alegría ante las medidas extraterritoriales de bloqueo que el gobierno de Estados Unidos le impone a Cuba. ( Ver Video) 

En cuanto a la ayuda humanitaria qué decir. Esperemos que no sea igual al "humanitario" gesto de negarle y obstaculizar a Cuba la adquisición de oxígeno medicinal en el peor momento de la pandemia de Covid-19 o a la de enviar a la Isla 33 trajes de bomberos varios días después de haberse extinguido el incendio de los supertanqueros de Matanzas.

La vocera estadounidense no engaña a nadie con sus declaraciones. Desde hace más de tres décadas el mundo reclama en la Asamblea General de Naciones Unidas, de forma casi unánime, el fin del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y más recientemente la exclusión de la Isla de la espuria lista de paises que apoyan el terrorismo.

Solo quienes han convertido la independencia de Cuba en una ficha del juego de la politiquería estadounidense no son capaces de reconocer el aislamiento de su hipocresía.