Drogas USA: Buscar el mal en patio ajeno
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La solución en el patio trasero. Estados Unidos ataca a lancha presuntamente de narcotraficantes en el Caribe.
Se dice que se han producido menos muertes este año por consumo de drogas en Estados Unidos, pero no que el número de adictos se ha multiplicado y que por razones políticas se busca en lujares equivocados y de países más pequeños latinoamericanos la explotación de un mal que tiene como principal centro de distribución y explotación a delincuentes de cuello blanco norteamericanos, con Miami convertida en su principal centro.
El abuso de drogas y la adicción en Estados Unidos genera pérdidas superiores a los 740 000 millones de dólares cada año, según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud. Esta cifra incluye la pérdida de productividad en el lugar de trabajo, gastos médicos y costos relacionados con el crimen.
La encuesta reveló que actualmente 29,7 millones de adultos en EE.UU. padecen un trastorno por uso de sustancias. De estos, el 74% también consume alcohol, mientras que el 38% lucha contra una adicción a drogas ilícitas.
Además, uno de cada ocho adultos enfrenta al unísono trastornos por consumo de alcohol y drogas, por lo cual la crisis de las adicciones sigue siendo una de las problemáticas más graves para la salud pública en el país.
SOLUCIÓN FALLIDA
La solución que el actual presidente norteamericano ha buscado para este problema tan arraigado dentro de Estados Unidos y con una delincuencia al respecto que se mantiene impune, ha sido salir de las fronteras norteamericanas, poblar el Mar Caribe de naves de guerra, incluido un submarino nuclear, y atacar criminalmente a lanchas de presuntos traficantes en el lugar, acción que ha llevado simultáneamente ahora al Pacífico.
Mientras que aumentan esos crímenes contra supuestos delincuentes y pescadores libres de sospecha, los estadounidenses siguen injiriendo las malignas drogas, hoy con un panorama agravado por sobredosis de fentanilo combinado con estimulantes.
Acota MSN que la proporción de muertes por esta combinación se incrementó más de 50 veces entre el 2010 y el 2021, pasando del 0.6% al 32.3% de las muertes por sobredosis. En este periodo, los fallecimientos relacionadas con esta mezcla aumentaron de 235 a 34 429, marcando una drástica expansión de la crisis de opioides en EE.UU.
Joseph Friedman, investigador, indicó que el uso de fentanilo junto con estimulantes se ha convertido en la principal causa de muertes por sobredosis, subraya AP.
Los operativos marítimos que realiza EE.UU. en el mar Caribe y el océano Pacífico son ilegales bajo el derecho nacional e internacional, no reducen la disponibilidad ni el consumo de drogas ilegales, no debilitan al crimen organizado y no se justifican con las muertes por sobredosis de cocaína, porque la sustancia más letal en ese país es el fentanilo.
INJUSTIFICABLE
Trump justifica los operativos con el argumento de frenar el tránsito de la cocaína que llega a su país y que provoca muertes por sobredosis, pero no ofrece pruebas de que las lanchas atacadas trasladaban drogas ni revela los nombres de las víctimas; e incluso amenaza con incursiones terrestres a Colombia y Venezuela.
Sin embargo, los datos oficiales del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades confirman que el 76% de las muertes por sobredosis registradas en EE.UU. involucra un opioide (recetado o ilegal); el 69 % se relacionó con opioides sintéticos distintos de la metadona (principalmente fentanilo y análogos); el 28 % era por cocaína; y el 33 % involucraba psicoestimulantes como la metanfetamina.
Investigaciones judiciales han demostrado que la epidemia de opioides que provoca decenas de muertes al año es una responsabilidad interna de EE.UU., no de ningún otro país, porque se gestó en los años 90 a través de las agresivas campañas de laboratorios que vendían de manera masiva peligrosos medicamentos legales para tratar el dolor, lo que produjo a una generación de adictos que luego comenzaron a comprar la sustancia en el mercado ilegal y protagonizaron una de las crisis sanitarias más graves en la historia de ese país, pero que, sin embargo, se aborda con una perspectiva de seguridad, no de salud.
Ello demuestra que la estrategia militar de Trump es desproporcionada, porque a los países que, según EEUU, producen el fentanilo (México y China) que provoca la mayor parte de las muertes por sobredosis, los amenaza con sanciones comerciales; pero a los productores (Colombia) o de tránsito (Venezuela) de la cocaína los acosa con operativos bélicos cerca de sus costas, acusa de narcotraficantes a sus presidentes —sin pruebas— y amaga con invasiones. Y sobre todo, porque EE.UU. no se hace responsable de su alta demanda interna de drogas.












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