Diálogo, la palabra de orden
especiales
Ahora "diálogo" se ha convertido en la palabra de orden, orden en el sentido mismo de que debe ser asumida. La dictaron los defensores del grupo de San Isidro y ya la incorporamos encantadoramente, sin matices ni consideraciones, bien dogmático el asunto. Ya se percibe el miedo a diferir en lo más mínimo de la idea de "diálogo". Ya todos publicamos nuestros post y artículos sobre la importancia de dialogar. De un día a otro todo en nuestro país debe pasar a un segundo plano, la vida de la nación depende solamente del "diálogo".
Me emociona la idea de que nos unamos al unísono todos juntos en un mismo diálogo y alcemos nuestras voces: los que cobran en el norte, los que quieren protestar porque sí, sin una agenda clara de por qué, protestar en sí mismo es maravilloso, los que tienen demandas legítimas, los anexionistas, los terroristas, los revolucionarios, los liberales, los que han puesto bombas, los que han salvado vidas, al mismo nivel todos en este diálogo vibrante, los de derecha, los centristas, los de izquierda, los que queremos que continúe la Revolución, los que quieren destruirla, los que dicen Viva Fidel y los que lo calumnian, los que llenaron de basura los bustos de Martí y los que los construyen, los que besamos la bandera y los que..... ¡Cuba es de todos! Pero, ¿cómo nos pondremos de acuerdo los que quieren la Revolución y los que quieren destruirla? No pensemos en eso ahora, dialoguemos. ¿Para qué? De lo que sea con quien sea. Pero la constitución dice que el carácter socialista del sistema es irrevocable, para dialogar todos deberíamos partir de asumir eso. ¿Todos los que reclaman diálogo asumen eso? Lo dudo, pero si no nos abrimos al diálogo, así en abstracto, ¿qué pasa? Nos tildarán de dogmáticos e inadecuados. Qué mal gusto este post completo! Dios mío!
Pero....
¿Acaso nos hemos detenido a pensar desde los eventos en San Isidro qué diálogo, con quién y para qué?
Por un diálogo objetivamente situado, partiendo del análisis de las condiciones socio-historicas de posibilidad para que se de en términos de equidad y justicia, apegado a la constitución, con base en nuestra capacidad de discernir con quien podemos dialogar y a quien tendríamos que combatir.
Por un diálogo que nos articule en la defensa de la soberanía nacional, que nos haga más fuertes ante las agresiones y la política hostil de Estados Unidos, que profundice el carácter socialista de nuestro sistema, y en el sentido de ser más socialista, lo haga más democrático.
Por un diálogo que ponga en perspectiva la crítica que puede enriquecer nuestras organizaciones e instituciones, hacerlas cambiar para mejor. Por un diálogo en que se reavive el carácter revolucionario del momento que vivimos. ¿ Quiénes se animan a ese diálogo? Abre la muralla diría Guillén!! Que en quienes se animen a ese diálogo tan necesario late el corazón del amigo!
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José Ramón flores
UNA TARDE DE NOVIEMBRE
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